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La Secretaría de las Mesas

Lo que hace al mandato es la obediencia.

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Escrito en OPINIÓN el

El mensaje gubernamental no puede ser más ominoso ni suicida.

 

El gobierno ha perdido la capacidad de entender que todos sus actos sientan precedente y tendencia, y que algunos se convierten para ciertas franjas de la sociedad en conquistas irrenunciables.

 

El mensaje que este gobierno está emitiendo con una consistencia digna de mejor causa es que al Estado se le doblega con actos vandálicos, ilegales y de fuerza.

 

En un verdadero Estado de Derecho, a quien afecta con lujo de violencia derechos de terceros se le abren procedimientos judiciales, no mesas de negociación.

 

Antier escuchaba a Osorio Chong en el noticiero radiofónico de López Dóriga calificar de “atorón” de trenes lo que en derecho es la privación de la libertad de tránsito y el mexicano conoce (y sufre cotidianamente) como bloqueo de vías generales de comunicación. Si los trenes se atoraron fue por un bloqueo intencional e ilegal de las vías de tren.

 

Los atorones en la Carretera del Sol no se dan por y para placer de quienes por ella circulan, sino por bloqueos y robo bajo la presión de “colaboración a la causa” de grupos perfectamente identificados y que delinquen con lujo de ostentación impertérrita, un día sí y otro también, bajo la abdicación del Estado.

 

En Michoacán hay más de 190 vehículos secuestrados, las más de las veces con lujo de violencia y robo de mercancía. Sólo falta que el gobierno se refiera a ellos como vehículos pensionados.

 

Los hechos hablan por sí solos. Desde el 22 de junio se suceden en Gobernación mesas de negociación en las que lo que se negocia es la gobernación misma.

 

Y decir negociación es un piropo. Son mesas de bullying, donde al Estado se le sujeta al más vil de los sometimientos, humillaciones y chantajes.

 

Nuevamente los hechos hablan por sí mismos: La mayoría de los líderes de la CNTE sujetos a procesos judiciales por delitos del orden común y federales han sido liberados, seguramente violentando el debido proceso de ley; los maestros informan haber logrado la recuperación de sus cuentas bancarias, la reinstalación de los cesados, los pagos retenidos por ausencia en aulas, otorgamiento de plazas en automático y demás lindezas que violentan y anulan la reforma educativa, sin que nadie del gobierno los desmienta.

 

Del otro lado los bloqueos, marchas y violación a derechos de terceros se recrudecen. Gobernación festina como gran logro que la Guelaguetza se haya podido celebrar, gracias a un gesto magnánimo de la CNTE obsequiado en las mesas de negociación. Mañana tendremos que darle gracias a la CNTE que a la costa oaxaqueña pueda llegar comida o que en las carreteras y ciudades de México se pueda circular. Y después de agradecer a la CNTE, tendremos que agradecer a los negociadores de Gobernación las mercedes obtenidas en nuestro favor en las mesas a su cargo.

 

Es más, propongo que cambiemos la denominación de esa entidad de Secretaría de Gobernación a Secretaría de las Mesas, habida cuenta que la gobernación brilla por su ausencia y las mesas aquilatan con creces su eficacia humillante y abdicatoria.

 

El problema es mucho más grave de lo que se cree. No es lo que la CNTE y secuaces asociados puedan sangrar de nueva cuenta al gobierno; es que el gobierno sólo se explica y sostiene por su eficacia.

 

Se gobierna bajo la espada de Damocles de un plebiscito diario. Son los actos de gobierno y su eficacia lo que legitima día a día su existencia.

 

Lo que hace al mandato es la obediencia. En otras palabras, no mandas porque eres muy chiras pelas, sino porque te obedecen. El día que te dejan de obedecer cesa tu capacidad de mando.

 

El mensaje que el gobierno de Peña Nieto se obstina en mandar es que gana más el que no lo obedece, el que no observa la ley, el violento, el antisistémico.

 

¿Qué espera en el gobierno ante su claudicación de aplicar la ley? ¿Qué los ciudadanos la sostengan por sí solos, incluso frente a autoridades que han remitido en ello?

 

Si los trenes se “atoran”, también se pueden atorar los impuestos, o el cumplimiento de otras obligaciones ciudadanas.

 

Si las mercancías se atoran y los vehículos se pensionan, lo lógico es que el comercio abandone esos mercados.

 

Si lo que rifa es tomar casetas, vandalizar comercios, secuestrar vehículos y joder a terceros; y ante ello el gobierno procede en acto reflejo a abrir mesas de negociación donde cede hasta la dignidad; ¿qué camino le queda al mexicano?

 

¿Es eso lo que se busca? ¿Es ese el México que queremos?

 

Gobernar contiene una fuerte dosis de pedagogía, y el gobierno actual lo que enseña es que gana más quien violenta la ley que el que la observa.

 

Pobre México.  

 

@LUISFARIASM 

@OpinionLSR

 

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