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La puntualidad y otros demonios

El concepto que tenemos en México y en Estados Unidos es radicalmente opuesto uno de otro.

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Escrito en OPINIÓN el

Como parte del ejercicio de reflexión de cada semana sobre lo que acontece en Estados Unidos –específicamente en su capital– me gusta pensar sobre todo en los detalles. En México tenemos un dicho que reza: “El diablo está en los detalles” y creo que tiene toda la razón. Son los pequeños detalles lo que hace que las cosas funcionen o no funcionen. Y traigo esto a cuento porque el día de ayer tuve una plática larga con una persona que está haciendo un intercambio en la ciudad de Washington y yo trataba de entender cuál era la razón de un problema que tuvo con un supervisor.

 

Después de la charla, descubrí que no había un asunto mayúsculo, sino que era la suma de una serie de cosas que se fueron acumulando y que, al final, explotaron.  Después de ello me puse a pensar en cuáles son las cosas que más desesperan a los estadounidenses de los mexicanos y creo que hay que 3 cosas que específicamente los saca de quicio y que funcionan totalmente diferentes en nuestro país.

 

La primera de ellas, por muy trillado que suene o parezca, es el tema de la puntualidad. El concepto que tenemos en México y en Estados Unidos es radicalmente opuesto uno de otro. Para los mexicanos llegar 5 o 10 minutos tarde es un detalle, mientras que del otro lado de la frontera el tema tiene absolutamente toda la importancia. Llegar dos minutos tarde está visto como algo totalmente inaceptable en el ámbito profesional. Ya ni se diga si se llega tarde por más de 10 o 15 minutos, puesto que será una falta de respeto. Ahora bien, si de manera reiterada se llega tarde (aunque sea por cinco minutos) a la larga, este asunto termina por explotar y causar daño en la relación profesional, incluso equiparable a cometer una falta mayor (como robar algo, por ejemplo).

 

La segunda cosa que he notado que causa enormes confusiones entre México y Estados Unidos es la incapacidad que tenemos para decir “no” y “sí” y mantenernos en el asunto. Cuando alguien le pregunta algo a un mexicano, casi siempre la respuesta será “sí”, aunque ello no necesariamente signifique que sí. Lo que sucede es que es políticamente correcto y resulta más sencillo después inventar algún pretexto o salirnos por la tangente. Al momento de hacer negocios o de establecer relaciones profesionales, debemos entender que el sí y el no significan eso y actuar en consecuencia. En contraparte, un estadunidense que espera lo contrario, estará equivocado.

 

Y la tercera y última cosa que causa desencuentros de manera grave, es el tema de la anticipación y la planeación. Mientras que en México sabemos que al final de cuentas las cosas saldrán –seguramente por la inventiva y la creatividad más que por la planificación anticipada– en Estados Unidos no funciona de esa forma. Y entonces, hay una falta de coordinación cuando uno intenta comunicar que si bien no tiene todos los detalles del caso, en Estados Unidos esperan exactamente lo opuesto.

 

En conclusión, si ponemos todos los elementos juntos actuando de manera sistémica, es cuando su combinación ocasiona problemas. Quizá no son fallas graves, pero sin lugar a dudas podemos entender así dónde están los puntos flacos en nuestra convivencia. México tiene un enorme potencial y en la medida en que comprenda mejor la manera de optimizarlo en su relación con las personas de Estados Unidos, será también capaz de sacar mejor provecho. En contraparte debo admitir que una cosa que me desespera de este lado de la frontera es justamente la cuadratura y la falta de criterio en ocasiones donde éste debe ser el principal factor de decisión. No estamos hablando de cosas como la aplicación de la ley, sino de decisiones cotidianas que podrían ser más eficientes si tuvieran la flexibilidad que tenemos en México.

 

Inclusive, serían más fáciles. Pero aún con todo ello, si logramos encontrar un punto medio y el equilibrio, creo que las cosas operarían nuestro favor. Así de importante pueden ser los detalles al momento de construir cosas mucho más duraderas, grandes y de impacto.

 

@fedeling