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La movilidad y las nuevas tecnologías

La movilidad sustentable está en el transporte público y en la movilidad no motorizada.

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Escrito en OPINIÓN el

 

La Ley de Movilidad fue publicada en julio del 2014. Esta ley reconoció por primera vez en México, a la movilidad como un derecho. En consecuencia el Estado está obligado a invertir para garantizar traslados eficientes, seguros y con una mayor cobertura. Dichas innovaciones normativas se respaldan en una visión de futuro centrada en las personas y a escala humana que orientan el desarrollo de la ciudad.

 

En el pasado nos hemos enfrentado a presupuestos para la movilidad que asignan el 74% de los recursos al coche, y el resultado ha sido un aumento desmedido del parque vehicular (4% promedio anualmente), de la congestión vehicular y de los tiempos de traslado. Bajo el nuevo paradigma, este gasto será revertido en los siguientes años y cada vez más recursos serán destinados al mejoramiento de la infraestructura peatonal y ciclista, así como a la expansión y mejoramiento del transporte público.

 

Las nuevas tecnologías

 

Si bien la Ley ha logrado encaminar los esfuerzos del gobierno en la dirección correcta, la suma de voluntades es esencial para dar solución a los problemas de movilidad que enfrentamos diariamente todos en la Ciudad de México. La iniciativa privada ha buscado ofrecer soluciones innovadoras para los desplazamientos, tanto de la Ciudad de México como del resto del mundo, resultando en una larga lista de “start ups” que hoy ofrecen servicios de desplazamiento que buscan ser rápidos, seguros y sustentables.

 

Fue así como aparecieron las Empresas de Redes de Transporte, como son Uber y Cabify, definidas por la Cofece como “empresas que median el acuerdo entre usuarios y proveedores de servicios de transporte a través de aplicaciones en teléfonos móviles”. Las ERT han causado controversia en decenas de ciudades en el mundo, pues la gran mayoría de los marcos normativos no estaban listos para esta nueva dinámica.

 

Este no fue el caso de la Ciudad de México. Cuando se elaboró, discutió y aprobó la Ley de Movilidad, los modelos de negocio de empresas como Uber y Cabify ya estaban creciendo rápidamente en la Ciudad y fueron parte de la discusión para la legislación. Se consideró importante no reglamentarlos detalladamente dentro del marco de la Ley de Movilidad, sino permitir que fueran ordenados a través de un reglamento con la suficiente flexibilidad para dar respuesta a la innovación de la tecnología que, por su naturaleza, consiste de cambios constantes.

 

Los servicios prestados por empresas como Uber y Cabify fueron contemplados en la Ley de Movilidad bajo la figura de Servicio Privado de Transporte, clasificado en el artículo 56 y definido en el artículo 9, apartado LXXXIV, como “la actividad por virtud de la cual, mediante el permiso otorgado por la Secretaría, las personas físicas o morales satisfacen sus necesidades de transporte de pasajeros o de carga, relacionadas directamente ya sea con el cumplimiento de su objeto social o con la realización de actividades comerciales, sean éstas de carácter transitorio o permanente y que no se ofrece al público en general”.

 

¿Qué sigue?

 

Las ERT son una nueva opción, complementaria para los viajes de las personas y que genera incentivos a que dejemos el coche en nuestras casas y avancemos hacia un estilo de vida intermodal. Donde el transporte público deja de ofrecer una adecuada cobertura, los servicios de transporte individual (públicos y privados) cubren tramos de los desplazamientos sin los cuales los ciudadanos no podrían ejercer plenamente su derecho a la movilidad.

 

Lo que nos preocupa hoy de las ERT es que puedan incrementar el número de autos en circulación. Es por esta razón que hoy buscamos impulsar los esquemas de carpooling, bajo los cuales los usuarios de automóvil pueden optar por compartir sus viajes con personas que tengan trayectos y destinos similares a los suyos, reduciendo así el número de coches necesarios para movilizar a estas personas.

 

Para funcionar, este esquema necesita estar acompañado de incentivos tales como carriles preferenciales que reduzcan los tiempos de traslado y, por lo tanto, los costos que implica el viaje. La tarea del gobierno es trabajar por el futuro de la Ciudad, el cual necesita estar fundamentado en la sustentabilidad. La movilidad sustentable está en el transporte público y en la movilidad no motorizada, no en el uso de transporte individual motorizado.

 

@LBallesterosM