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La memoria del mexicano: Un mito

Muchos “políticos” apuestan por lo que dicen es la corta “memoria del mexicano”.

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Escrito en OPINIÓN el

Parecería una condición o tal vez hasta una estrategia política de cualquier gobierno en turno que las crisis, desequilibrios, desencuentros, ajustes presupuestales, entre otros tantos aspectos más, se desarrollen al menos fuera de dos momentos: O mucho antes de un proceso electoral o bien, mucho después de los comicios.

 

La razón, según diversos especialistas o conocedores de la asesoría gubernamental que pudiera contar con cierta lógica, es el no empañar las elecciones con noticias en medios o con acciones gubernamentales que inhiban la participación ciudadana, aunque la realidad más bien sea que determinadas condiciones signifique una debacle electoral para el partido o la pérdida de cierto posicionamiento electoral que pudiera resultar difìcil de revertir.

 

A lo anterior, habría que agregarle los dos momentos que nuestros “políticos”, al menos en un buen número con muy contadas excepciones, establecen para hacer “política”. Me explico.

 

Primero, cuando algún partido político o candidato a determinado cargo de elección popular se encuentra en campaña, las ideas, los proyectos, los planes y hasta las promesas sobran; con lo que en ocasiones los deseos se desbordan por parte de los ciudadanos al grado de creer fervientemente en tales promesas serán cumplidas; incluso si analizamos algunas de ellas, ni siquiera cabrían en la esfera de competencia lo que deja ver en ocasiones, la escasa preparación de algunos candidatos.

 

Desde la perspectiva de “los políticos”, la intención es clara: Garantizar las simpatías del electorado para que el voto que es ejercido en la jornada electoral, les sea favorable. Lo malo es que esa intención muchas veces se desarrolle sin escrúpulos o hasta fuera de la normatividad legal establecida. O dígame amable lector: ¿Cuántas veces escuchó usted a algún vecino o conocido quejarse de haber otorgado su voto a tal partido o candidato, y luego de un tiempo se queja del no cumplimiento de lo que se le ofreció en campaña?

 

Segundo, fuera de campaña, si acaso, los “políticos” vuelven a establecer algún contacto para legitimar alguna acción de gobierno en el que tengan particular interés, o bien para buscar el consenso “mayoritario” para llevar a cabo determinada obra que no necesariamente corresponde al sentir de la población de determinada demarcación territorial. Aunque claro, sobre esto pueden existir varios enfoques.

 

Lo que sí es una realidad es que en la mayoría de los casos y fuera de las campañas electorales, los ciudadanos difícilmente volvemos a ver a quienes legalmente nos representan.

 

A lo anterior hay que agregar que los “políticos” apuestan además, para que en los dos momentos alejados de una elección hagan crisis diversos factores que deben ser el hilo conductor de la estabilidad social.  Ejemplos tenemos muchos de los cuales sólo de manera ilustrativa enunciaré algunos de ellos que en estos momentos me parecen significativos por la importancia que revisten.

 

El primer caso es el relativo a lo recientemente resuelto por la Secretaría de la Función Pública en donde, según las investigaciones practicadas, se determinó que tanto el presidente de la República como su secretario de Hacienda no incurrieron en el ilícito de conflicto de intereses.

 

El otro asunto es el relativo a la depreciación del peso mexicano que, dicho sea de paso, su estrepitosa caída ha significado ya casi un 30% frente al dólar de noviembre de 2014; tan sólo en la última semana ha sufrido una pérdida de alrededor de 5 por ciento. Esto, según varios especialistas es el real reflejo de la economía mexicana, sin dejar de lado por supuesto, las circunstancias del mercado mundial. Así tenemos por un lado, un dólar que se fortalece, un peso que se debilita y el declive del precio del petróleo al que se le ha apostado mucho.

 

Sin entrar a detalles de esta situación lo que quiero resaltar es que pareciera mucha casualidad que este tipo de coyunturas se den justo en estos momentos y no en momentos llamados “electorales”. ¿No les parece?

 

Muchos “políticos” apuestan por lo que dicen es la corta “memoria del mexicano” y que de aquí al 2018 las cosas se compondrán y se olvidarán estos momentos. Lamentablemente para los políticos y afortunadamente para los ciudadanos eso ya no es así. Ejemplos hoy tenemos muchos en donde los ciudadanos sí recuerdan, no olvidan y hasta en ocasiones se convierten en los jueces de la contienda electoral con su voto.

 

Hay casos desde los registrados en diversas entidades federativas, pasando por varios Ayuntamientos hasta los ocurridos en el Distrito Federal con Morena a pesar de las predicciones del PRD capitalino.

 

La “memoria del mexicano” que todo olvidaba y hasta todo perdonaba es hoy un mito. Hoy el ciudadano entiende que tienen un gran poder de decisión al emitir su voto: Tiene el poder de refrenda o de revocar, así de simple. El problema y lo que hace falta es incentivar la participación de los ciudadanos en las urnas para que emitan su voto de manera libre por el partido o candidato de su preferencia y alejar la sombra del abstencionismo que es un factor que daña a nuestra democracia.

 

@fdodiaznaranjo