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La madre de las reformas

El retraso en la aprobación de las leyes secundarias en materia energética ha postergado el crecimiento de la economía

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Escrito en OPINIÓN el

Han pasado seis largos meses después de que se dieron las Reformas Constitucionales. Con la aprobación en días pasados de las Leyes Secundarias a la Reforma de Telecomunicaciones, lo más importante vendrá ahora con la discusión y eventual aprobación que se dará, esperemos, de la que han denominado “la madre de todas las reformas”: La energética.

Las reglamentarias en telecomunicaciones, aunque algunos no les gustaron porque efectivamente pudieron ser mejores, dan tranquilidad y seguridad de que el Congreso de la Unión estará a la altura del sentimiento nacional para que la Reforma Energética propicie que PEMEX y la CFE se transformen en verdadera palancas del desarrollo nacional. Dice el dicho popular que “los bienes son para remediar los males”.

Ojalá que el legislador a la hora de tomar sus decisiones y emitir su voto tome muy en cuenta lo bueno y lo malo de la privatización de Telmex, los aeropuertos y los ferrocarriles, entre otros.

A esta altura, no hay dudas de que las recién aprobadas leyes reglamentarias de Telecomunicaciones van a generar beneficios importantes en el corto y mediano plazo para los mexicanos.

Habrá eliminación de cobros en las llamadas de larga distancia a partir del primero de enero de 2015, se pone fin al cobro del roaming nacional en telefonía celular, se determina la devolución del dinero a los usuarios cuando haya fallas en el servicio, se eliminan los plazos forzosos en contratos y el cambio de compañía se podrá realizar en sólo 24 horas, de manera gratuita y sin penalización.

La nueva legislación generará ahorros por casi 22 mil millones de pesos para todos en el uso de telefonía fija y móvil, así como una ampliación de 30 mil a 250 mil espacios públicos con conexión a internet. Esperemos que el Instituto Federal de Telecomunicaciones esté a la altura o mejor, si es posible, para hacer respetar la Ley por encima de los poderosos intereses que gravitan alrededor de las telecomunicaciones.

Como insistentemente se ha expresado, las reglamentarias de la reforma energética deben incluir regulación, normatividad, supervisión, me­jora continua y sanción, pero sobre todo beneficio en los bolsillos de todos los mexicanos. Evidentemente, el retraso en la aprobación de las leyes secundarias ha postergado el crecimiento de la economía, por eso la urgencia de concretarlas; al respecto Emilio Lozoya, Director de Pemex, señala que por cada semana que pasa sin que se aprueben las leyes reglamentarias, son decenas de millones de pesos los que no ingresan a la nación, “dejándose de construir escuelas, hospitales y carreteras”.

La apuesta del gobierno es que con la reforma energética se logre una mayor inversión nacional y extranjera, reducción en los precios de luz y gas, así como una mayor competencia en el sector eléctrico. Esperemos que así sea, peor es no hacer nada y continuar con el desorden y la ineficiencia  en la que actualmente se encuentra la industria de los energéticos.

Don Adrián Lajous, ex director de Pemex, hombre honorable y comprometido con su país y conocedor de la empresa, enfatiza que con la enmienda constitucional del 20 de diciembre de 2013, “debe entrar en vigor un nuevo régimen petrolero, con sus propias reglas, instituciones, actores, patrones de comportamiento y políticas públicas, así como el desarrollo de un mercado centralizado de electricidad al mayoreo para atraer la inversión extranjera al sector”.

En el debate en el pleno debe estar presente la visión nacional y nacionalista de la izquierda, dejando a un lado el juego del todo o nada,  recordemos que en política los vacíos se llenan.

Es deseable que en las reglamentarias de la energética, prevalezca la visión de las fuerzas progresistas del país y quede claro que en las reformas es fundamental darle curso a los “Sentimientos de la Nación”, de José María Morelos y Pavón, quien en su apartado 13 mencionaba:

“… Como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, de tal suerte se aumente el jornal del pobre, mejoren sus costumbres, se aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto”.

Y si usted, lectora, lector querido, no tienen inconveniente, muchas gracias por sus amables comentarios y aportaciones, nos leemos el próximo jueves.

Facebook: Pedro de Leon Mojarro

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