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La insensatez del procurador capitalino

¿Cómo identificaran a los sujetos que seguían y amenazaron a Rubén Espinosa en la ciudad de Xalapa, Veracruz?

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Escrito en OPINIÓN el

Enorme indignación causó entre los amigos y colegas periodistas del fotorreportero asesinado, Rubén Manuel Espinosa Becerril, cuando se enteraron del comentario en privado que hizo Rodolfo Ríos, procurador de Justicia del Distrito Federal, de que el móvil principal del multihomicidio de la Narvarte fue un robo.

 

Fue tanta la indignación que se causó en distintos medios que Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del DF, se apuró al día siguiente a convocar a una conferencia de prensa para tratar de corregir la insensatez de su procurador de justicia. Tuvo que desdecirlo públicamente, claro, sin mencionarlo para no evidenciarlo más, para comprometerse a nombre de su gobierno a agotar todas las líneas de investigación y que no habría impunidad.

 

Fue tan poca la sensibilidad y madurez del procurador capitalino que apenas a unas horas del homicidio múltiple y sin haber agotado todas las líneas de investigación apresuraba una hipótesis, la más fácil, para salir del atolladero, la de un robo. Las amenazas a Nadia Vera, también asesinada, golpeada y ultrajada sexualmente, como las recibidas semanas antes en contra del periodista Rubén Espinosa en Veracruz ni siquiera fueron consideradas en un primer momento.

 

Fue en la manifestación en el Ángel de la Independencia del domingo por la tarde en la que un fotorreportero amigo del desaparecido Rubén Espinosa denunciaba la confidencia desafortunada del procurador de justicia que hizo horas antes, en privado, a un grupo de periodistas amigos del infortunado comunicador. Un clamor de indignación surgió a gritos por los que estaban presentes. ¡En nadie se puede confiar!, era el reclamo de mayor consenso.

 

El procurador usó su cuenta de twitter @rodolforiosg para aclarar que todas las líneas de investigación se agotarían, pero la avalancha de desconfianza no la pudo parar ni el propio jefe de gobierno del DF.

 

El gobierno federal tiene un supuesto mecanismo de protección a periodistas y defensores de derechos humanos y es un total fracaso. El gobierno del Distrito Federal presume tenerlo pero tampoco funciona. En la administración de Marcelo Ebrard se prometió impulsar una casa refugio de periodistas perseguidos, hasta se consiguió un terreno y se empezó la construcción, y en la administración de Miguel Ángel Mancera se prometió concretar ese proyecto, pera nada de ello ha ocurrido.

 

La CDHDF acepta que su Relatoría de Libertad de Expresión tuvo informes sobre las agresiones que sufrió el fotógrafo Rubén Espinosa el 14 de febrero pasado en Xalapa, Veracruz, que lo obligó a huir al DF por las amenazas y hostigamiento a su labor periodística. ¿Qué hicieron con esa información? ¿Qué medidas tomaron para protegerlo? Las preguntas son ociosas.

 

La propia Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación acepta también haber conocido de las agresiones contra el periodista. Pero sólo se concretó en mandar oficios, como cualquier agencia burocrática más, a la oficina de “protección a periodistas” (sic) en Veracruz y al Fiscal General del Estado de los que nunca recibió respuesta. Ahora aduce que no existió solicitud de incorporación al mecanismo, como si ello hiciera falta para intervenir ante hechos graves que esta oficina inoperante conoció.

 

Periodistas perseguidos consideraban al Distrito Federal un refugio natural ante la persecución que sufren, pero ahora ningún lugar es seguro. Los sicarios de los grupos de poder ofendidos por el trabajo periodístico crítico andan a sus anchas en la ciudad de México. Las ejecuciones son cada vez más frecuentes en la capital. Actúan con total impunidad y la muestra de ello fue la quíntuple ejecución cometida.

 

Ningún trabajo les cuesta a los sicarios esconder una venganza política, un escarmiento a luchadores sociales (como Nadia Vera), a comunicadores críticos (como Rubén Espinosa), saqueando una vivienda, ultrajando a mujeres, torturándolas y darles un tiro de gracia a cada una de sus víctimas para aparentar un delito “común y corriente” (así lo catalogan los fríos investigadores policiacos). A fin de cuentas hay funcionarios como el procurador de justicia capitalino que les hace un infausto favor al sacar conclusiones apresuradas.

 

La verdad es que la policía capitalina no tiene la capacidad para agotar “todas las líneas de investigación” y menos las que apuntan al gobernador de Veracruz. ¿Qué van a hacer los policías defeños para seguir la línea de los grupos de poder en Veracruz que están metidos en una simbiosis de política y delincuencia? ¿Van a pedir el apoyo de la procuraduría de justicia veracruzana para que investigue al mismísimo gobernador y a los grupos que lo protegen? ¿Cómo identificaran a los sujetos que seguían y amenazaron a Rubén Espinosa en la ciudad de Xalapa, Veracruz, días antes que buscara un refugio en el DF y en el que sólo encontró la muerte?

 

La sociedad pide más respeto. No se puede engañar con la promesa de que se agotarán “todas las líneas de investigación” cuando la policía capitalina no tiene las facultades legales ni los recursos para entrometerse en otro estado de la República.

 

La PGR tampoco es confiable. Su estructura judicial no le permite golpear a gobernadores priístas afines al gobierno federal como el de Veracruz, cuya entidad tiene en su cuenta 14 asesinatos de periodistas desde 2010 y 17 comunicadores exiliados. La PGR carece de independencia para realizar una investigación auténtica, pero también es cierto que no puede actuar con disimulo ante un homicidio múltiple de tan graves consecuencias. La PGR también debe asumir responsabilidades y tiene la obligación de intervenir de inmediato.

 

En este acto criminal debemos tener presentes a las cuatro mujeres asesinadas salvajemente a Nadia Vera Pérez, Yesenia Quiroz Alfaro, Simone y Alejandra de las que poco se habla o menciona. Feminicidios que son el común denominador en nuestro país y hechos repugnantes como éste deben ser debidamente aclarados.

 

La sociedad exige una investigación confiable, imparcial e inmediata, porque hay hartazgo social ante la insensatez e incapacidad de nuestros gobernantes.  El clamor social es que termine tanta impunidad, tanta complicidad, tanto cinismo.

 

Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx            Twitter: @Manuel_FuentesM