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La incongruencia de AMLO

Se equivoca López Obrador pues no se puede combatir la corrupción ofreciendo impunidad

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Escrito en OPINIÓN el

Andrés Manuel López Obrador es un hombre que sin duda provoca muchas pasiones y con quien es difícil mantener una actitud neutral, pero independientemente de filias y fobias, nadie puede negar esa gran habilidad y olfato político que le han permitido jugar un papel protagónico en la vida pública del país durante más de una década.

Se equivoca al afirmar que basta con su conducta personal y su ejemplo para limpiar la corrupción

Probablemente uno de sus principales aciertos, sea haber logrado posicionarse ante la ciudadanía como un político austero que no ambiciona acumular fortunas, contrastando con muchos de quienes forman parte de la cúpula en el poder y cuyo desprestigio es cada vez mayor. Aunque se pueden decir muchas cosas de él, lo cierto es que hasta el momento no hay elementos que lo involucren directamente en actos de corrupción, pero llama la atención su inconsistencia ante un problema tan grave que aqueja a la sociedad mexicana y que no admite consideraciones o fórmulas simplistas.

Se equivoca al afirmar que basta con su conducta personal y su ejemplo para limpiar la corrupción que ha corroído el tejido social y que no distingue partidos, ideologías o ámbitos de gobierno. Como ejemplo, recordemos los casos de su ex Secretario de Finanzas cuando estuvo al frente del Gobierno del Distrito Federal, Gustavo Ponce a quien se le detectaron 17 viajes a Las Vegas entre 2002 y 2004 en los que apostó fuertes cantidades de dinero, y el del protagonista del celebre vídeo en el que aparece recibiendo fajos de dinero en efectivo, René Bejarano, quien fuera su secretario particular. No es fácil creerlo, pero suponiendo que efectivamente no tuviera conocimiento de los actos delictivos de sus colaboradores, me parece que cuando menos existe una responsabilidad política por omisión.

Por otra parte, durante la gestión de López Obrador no se notó ningún cambio en esta materia, pues de acuerdo al Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno de Transparencia Mexicana, el Distrito Federal ocupó el primer lugar nacional en 2001 (22.6) y 2005 (19.8), siendo que el promedio fue de 10.6 y 10.1 respectivamente -en 2003 ocupó el segundo lugar-.

Es decir, su presunta honestidad personal no permeo en el actuar de los servidores públicos que lo acompañaron durante su administración, y al parecer tampoco en algunos operadores de Morena como lo acredita el más reciente caso de la diputada local por Veracruz, Eva Cadena. Estoy consciente que es imposible responder por la conducta de cada uno de los integrantes de un gobierno o de un partido, pero llama la atención que en vez de reaccionar condenando enérgicamente los hechos -que además han estado a la vista de todos-, trate simplemente de atribuirlos a un complot evadiendo cualquier responsabilidad.

También resulta incongruente que haya descalificado la creación del Sistema Nacional Anticorrupción -que fue producto de una exigencia y esfuerzo de organizaciones de la sociedad civil y la academia-, cuando en todo caso se hubiera esperado que vigilara su correcta integración e implementación.

Pero lo que me parece aún mas cuestionable es que en su afán por obtener el triunfo en 2018, haya decretado una amnistía anticipada a quienes se han beneficiado del poder -cuando poco antes los culpaba de todos los males del país, y que abra las puertas de su partido a todo aquel que quiera sumarse, sin ningún filtro e incluso sin importar su pasado, pues esa decisión los purifica y basta con que se arrepientan de lo malo que hayan hecho. Se equivoca López Obrador pues no se puede combatir la corrupción ofreciendo impunidad, y este pragmatismo por el cual, todo se vale con tal de ganar, lo coloca en la misma situación que los demás políticos. 

@agus_castilla@OpiniónLSR