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La corrupción e ineptitud cuentan…y cuentan mucho

El ajustón o recorte del gasto público de 239 mil 000 millones de pesos tiene, según el gobierno un trasfondo, la caída del precio del petróleo.

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Escrito en OPINIÓN el

“Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”, dice Enrique Peña Nieto, presidente de México, en uno de sus slogans televisivos. La corrupción y la ineptitud, desde las esferas del poder, no se cuenta y, más bien, se trata de ocultar, y sí que cuentan mucho.

 

El gobernante lo sabe, pero como jefe de Estado sigue obviando e ignorando, deliberadamente, muchas cosas y eso también cuenta en la percepción ciudadana que cada día se sigue desencantando.

 

Y así como él quiere que se cuente lo bueno también hay que sacar a relucir sus trapitos al sol y el de sus funcionarios y gobernadores para que no crea que tiene la verdad absoluta.

 

A Enrique Peña Nieto, presidente de México, ni quien le crea. Prometió “apretarse el cinturón”, pero en un acto de total cinismo y mientras la sociedad hace peripecias para mal comer, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le aumentó el sueldo.

 

En el 2017, el todavía gobernante mexicano se embolsará, vía salario, dos millones 414 mil 868 pesos, una cifra que ni en sueños podrá acumular durante toda su vida algún mexicano que cobre el sueldo mínimo. Y así quiere que creamos que el apretón de cinturón es parejo. Las verdades también cuentan y valen mucho, señor Peña Nieto.

 

Tan sólo este año, Peña Nieto ganará 2 millones 401 mil 044 pesos anuales. ¿Le creemos que con eso alcanza para pagar todos sus lujos, los gastos de sus hijos, de su esposa, las residencias y otros gustitos que se da?

 

Hace casi una semana al llegar a la Secretaría de Hacienda de México José Antonio Meade recalcó que al propio gobierno le tocará el ajustón de cinturón, pero esa broma de mal gusto no concuerda con el despilfarro que realizan varios gobernadores, alcaldes, diputados, senadores, y una camarilla incrustada en nóminas oficiales.

 

El paquetazo económico impactará en la clase baja. Habrá reducción de medicamentos en los hospitales. De por sí ya casi no hay abasto suficiente. Tampoco se refaccionarán las escuelas públicas y si alguien pensaba en que en el último tramo de la administración de Peña Nieto se iba a levantar al país en peso, llevándose los pesos, parece que se equivocó porque el ajustón viene duro.

 

Mientras los mexicanos tendrán que comer más tortillas y frijoles porque ya no alcanza para carnes o pescado, en el Presupuesto de Egresos 2017, que fuera entregado hace unos días por la Secretaría de Hacienda al Congreso, ya se contempla un pequeño aumento salarial a Peña Nieto. Como si el horno estuviera para bollos.

 

No hay moral. No la ha habido y la mejor prueba de ello de que los que toman las decisiones se sirven con la cuchara grande es el salario del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar Morales, quien tendrá en el 2017 una percepción anual bruta de 6 millones 938,234 pesos, una subida de 2.5% respecto a lo que gana en 2016.

 

El salario de Aguilar Morales equivale a 346 mil 912 kilogramos de frijol que alcanzaría para que comieran en un día dos millones 081 mil 472 mexicanos. ¿Esto no es una aberración?

 

Las cosas no quedan ahí, cada “Padre de la Patria” se echará un millón 942 mil 122 pesos este año.  Es decir que los 500 diputados nos costarán este año 971 millones de pesos. Por su parte, los senadores nos costarán, cada uno, 2 millones 732,962 pesos ese año.

 

Los recortes anunciados por el gobierno de Peña Nieto se dan en el marco de una serie de promesas incumplidas como un crecimiento del cinco por ciento al cierre del presente año.

 

El ajustón o recorte del gasto público de 239 mil 000 millones de pesos tiene, según el gobierno un trasfondo, la caída del precio del petróleo. Con esto la economía se enfría y el gobierno de Peña Nieto se va al despeñadero.

 

México está siendo sacudido en el plano económico y en el político, la actual administración no pasa por sus mejores momentos. Sigue en el círculo vigente de la pobreza en la que están inmersos 53 millones de mexicanos, el desempleo, la inseguridad, la corrupción y otros males que generan desconcierto en la sociedad.

 

México está débil económicamente y a eso se suma la crisis del crudo y el enorme forado económico en Pemex que ahora sólo aporta el 15 por ciento de los ingresos públicos, 25 por ciento menos que en 2012. La paraestatal enfrenta pérdidas superiores a los 40 mil millones de pesos y enormes adeudos.

 

A José Antonio Meade, el nuevo secretario de Hacienda, le tocó vivir el momento de cierre de la actual administración y él lo sabe que las perspectivas del país son poco alentadoras.

 

Este 15 de septiembre cuando salga el presidente al balcón de Palacio Nacional a dar el “Grito de la Independencia” debiera pedir una disculpa pública nacional por no haber podido gobernar como el pueblo se lo pidió. Que atienda de esa forma el grito nacional del ¡Ya basta!

 

Que la Nación, ahora, os lo demande.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

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