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La COP13 y la imperiosa necesidad de la sociedad incluyente

Reconocer nuestra diversidad social y cultural nos ayudará a dar paso a una sociedad que no deje fuera a nadie.

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Escrito en OPINIÓN el

Este 3 de diciembre pasado se adoptó la Declaratoria de Cancún sobre Diversidad Biológica. Para México el tema de la Biodiversidad no es cosa menor ya que nuestro país ocupa un lugar relevante en la lista de aquellos países denominados “megadiversos”. En la selecta lista se encuentran: Brasil, Colombia, China, Indonesia, Venezuela, Ecuador, Perú, Australia, Madagascar, Congo y México. En estos países se encuentra el 70% de todas las formas de vida que habitan nuestro planeta.


México posee unas 23 mil especies de plantas, 564 especies de mamíferos, unas 1150 especies de aves, 864 especies de reptiles, y 376 especies de anfibios. Una buena parte de estas especies sólo se puede encontrar en algunas zonas de México, es decir que se trata de especies endémicas.


Sin duda, el problema de pérdida acelerada de especies no es aún un tema que le preocupe al ciudadano de a pie y mucho menos al político promedio en un país como el nuestro. A pesar de esto, es importante mencionar que la pérdida de biodiversidad que enfrenta el planeta desde la década de 1950 es un problema quizá aún más grave que el Cambio Climático. Ambos desajustes planetarios se derivan directa o indirectamente de la actividad humana, especialmente el sistema económico global, que es la principal fuerza motriz que empuja el cambio del Sistema Terrestre.


La economía actual está sustentada en el comercio de bienes y servicios, que se manifiestan en la enorme red de vías de transporte aéreo, marítimo y terrestre, siendo estas a su vez abastecidas de energía que en su gran mayoría provienen del petróleo y el carbón.


La reunión de las Naciones Unidas en torno al tema de biodiversidad se dirige a otros sectores, en esta ocasión: agrícola, pesca, forestal y turismo. Durante mi participación en esta reunión estuve preguntando ¿por qué no se están incluyendo sectores que impactan de sobremanera a la biodiversidad como la minería y el sector energético? Amy Fraenkel, jefa del área de Incorporación, Cooperación y Apoyo del Convenio de Diversidad Biológica, comentó que eran de esperarse las preguntas sobre este tema, y que el esfuerzo del CDB se dará entorno a la integración del tema en todos los sectores. En los pasillos obtuve una respuesta un poco más concreta. En esta ocasión de la COP13 era necesario iniciar la integración en sectores donde el tema de la biodiversidad fuera recibido sin tantas resistencias y así poco a poco avanzar con sectores más duros de roer.

Sin embargo, a mí no me queda claro el por qué se dejó afuera al sector energético. Habrá que considerar quizá que México llevó la mano en las negociaciones previas a Cancún y que habría sido un error político que la administración “verde” de la SEMARNAT hubiera metido el pie a la mal lograda reforma energética, en la cual sustentó toda su campaña política la presente administración.


Resulta interesante leer la declaratoria de la COP13 en la que se reconoce la importancia de vivir en armonía con la Madre naturaleza y hacer cambios sustantivos en los patrones de desarrollo. Se enuncia también la sinergia que hay entre los Objetivos del Desarrollo Sustentable de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Además en este documento se enuncian los compromisos de incorporar a todos los sectores que impactan la biodiversidad, así como a reducir la huella ecológica y a fortalecer el sistema de conservación de las áreas naturales protegidas, entre otras acciones.


Sin embargo, la experiencia que tuve al tratar de caminar en la playa de Cancún me hace ser escéptico de los resultados que veremos en México. Me tomé una selfie que sin darme cuenta retrataba mi desilusión. A mis espaldas las aguas azules del caribe no concordaban con mi rostro. Mis ojos habían visto como nunca antes las playas reducidas a costales de arena y el acceso a la escasa playa casi reservado para los huéspedes que pueden pagar su alojamiento en exclusivos resorts, que ahora yacen construidos en la zona federal de la playa. El desastre ambiental de la mano con la exclusión social.


Después de la COP13 es necesario mantener el tema de la biodiversidad no como un espacio exclusivo para los iniciados. Es importante que este tema verdaderamente se incorpore a la forma de hacer política pública, no solo por el bien de la Madre naturaleza, sino por la salud que representa para nosotros, sus hijos –muy frecuentemente mal agradecidos.


A partir del planteamiento de la crisis civilizatoria que actualmente vivimos, tenemos que reflexionar sobre el problema de pérdida de biodiversidad como reflejo de una sociedad excluyente, que evita las diferencias y sobrevalora las ganancias económicas por sobre otros valores. Reconocer nuestra diversidad social y cultural nos ayudará a dar paso a una sociedad que no deje fuera a nadie, debemos ser incluyentes primero con nuestros congéneres, solo entonces podremos incorporar a las diferentes formas de vida con quienes compartimos este planeta.


@ergaticus01

@Observacoop

@institutomora


Iván Espinosa Hernández

Coordinador ejecutivo del Observatorio de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Instituto Mora. Biólogo de la Facultad de Ciencias de la UNAM, estudió la Maestría en Estudios Regionales en Medio Ambiente y Desarrollo en la Universidad Iberoamericana – Puebla. Ha colaborado en organizaciones ambientalistas nacionales e internacionales. Participó en la COP16 de Cambio Climático y en la COP13 de Biodiversidad.