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Jorgito Castañeda reloaded

Nuevo León vive hoy el despertar de una borrachera llamada Bronco.

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Escrito en OPINIÓN el

La historia se repite pero como Ópera buffa.

 

En su momento fue el voto útil y sacar al PRI de Los Pinos. Lo hicieron para acreditar que además de ello no traían nada más. Así nos fue.

 

No quiero decir que el PRI debió seguir ad infinitum, pero sí que sacarlo de Los Pinos era sólo un objetivo instrumental para impulsar cambios trascendentes. Pero quienes avivaron el foxiato carecieron de cualquier otro propósito ulterior; llegados al gobierno se instalaron en la nulidad. La historia acreditó la impotencia de la transición cuando ésta no llega acompañada de un planteamiento ideológico y programático más allá de su juego electorero de espejos. Fue por obra y gracia de ellos que el voto útil devino inútil.

 

Pues bien, hoy uno de sus epónimos personeros recorre el país con una nueva versión de su impotencia; ya no ceba sus iras contra un solo partido, el PRI, sino que descalifica a todos por igual.

 

Sé bien que las expresiones de nuestros partidos hic et nunc son indefendibles, pero por igual considero que el desdoro de nuestro sistema de partidos no extiende en automático certificados de eficacia y perfección a sus contrarios.

 

Para mi la moda de los independientes expresa, sí, el descrédito de los partidos, pero no ha aportado aún elemento alguno que sustente en sus propios méritos el acierto, oportunidad y eficacia de la figura y sus personificadores.

 

Nuevamente Jorgito Castañeda recorre la República haciéndose presente y reclamando una especie de derecho de reservado sobre las candidaturas independientes. Lo hace montado en un contrasentido únicamente más grande que su ego: que todos los independientes dejen de serlo para lanzar de entre ellos, en una especie de partido de independientes, a uno solo en contra la partidocracia. ¿Y quién mejor que él? De allí el título de su libro: “Sólo así”, que debe traducirse en “Sólo yo”.

 

Hasta aquí muy bien y muy de él, ¿y luego?

 

¿Son realmente nuestros partidos el Problema nacional y desapareciendo éstos habremos exorcizado nuestros males? ¿O son expresiones de problemas que no hemos sabido enfrentar por perder tanto tiempo en una democratización de quimeras y egocentrismos?

 

Los problemas de México son múltiples y angustiantes, los partidos y sus excesos son sólo una de sus expresiones más visibles y molestas, pero nuestra realidad los rebasa con temas sociales, políticos y económicos de mucho mayor calado. Sobre estos temas Castañeda, promotores y compañeros de camino nada dicen. Nuevamente nos venden molinos de viento: conquistemos Los Pinos con un independiente previamente escogido (cooptado) por nosotros; hagámoslo montados en el desprestigio partidista, no perdamos el tiempo en acreditar mérito adicional al de ser independientes.

 

Pero Nuevo León vive hoy el despertar de una borrachera llamada Bronco; todo el entusiasmo y reclamo ciudadano se desperdició en el happening a que se redujo la elección. Toda aquella energía cívica y política despertada no se supo organizar ni conducir más allá de su enojo y reclamo; la suma de voluntades no se convirtió en unidad de acción, no se tradujo en programa de gobierno, menos en efectividad de la cosa pública.

 

En ello Jorgito Castañeda y Jaimito el echador se identifican en lo que podría ser la semilla de su partido de independientes: Los une y dependen de su odio a los partidos y en él se agotan. Más allá de su encono antipartidos y su voracidad de poder carecen de visión, idea, proyecto y programa.

 

@LUISFARIASM

@OpinionLSR