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Guerrero: Tragedia y alternancia

Por: Roberto Rock L.

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Escrito en OPINIÓN el

La masacre de Aguas Blancas, que este año cumplirá 20 años, marcó el inicio del derrumbe político del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Guerrero. Otra matanza, la de septiembre de 2014 contra estudiantes de la Normal de Aytozinapa -con el Partido de la Revolución Democrática en el gobierno-, está a punto de imponer una nueva alternancia.

 

Los partidos de izquierda acudirán divididos a las elecciones estatales de este año. Incluso en el PRD, actualmente en el poder, las facciones internas están en pugna, lo que genera una notable debilidad en su abanderada, Beatriz Mojica, quien de acuerdo con encuestas levantadas al cierre de abril, se dirige a una derrota.

 

Si los comicios fueran hoy, el PRD sería derrotado no sólo en la gubernatura, sino también en el municipio clave del estado, Acapulco, que durante las últimas administraciones fue la plataforma de lanzamiento para múltiples figuras perredistas.

 

Luis Walton, alcalde de Acapulco con licencia y ahora aspirante a la gubernatura por Movimiento Ciudadano, drena también simpatías a Mojica, lo que beneficia indirectamente al aspirante del PRI, Héctor Astudillo. Sólo un improbable reagrupamiento de fuerzas de la izquierda, dentro y fuera del PRD, impediría la debacle prevista ya.

 

De acuerdo con fuentes consultadas, la señora Mojica –quien fuera secretaria de Desarrollo Social del defenestrado gobernador Aguirre Rivero- ha sido abandonada por los grupos más representativos del PRD, incluido el que encabeza el senador Amando Ríos Piter, que en enero pasado canceló su precandidatura tras la matanza de estudiantes de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014.

 

Ríos Piter denunció entonces que dentro del propio PRD se buscó obligarlo a pactar con Aguirre Rivero, quien había pedido licencia en octubre anterior por la masacre de Iguala. Se presume que esa presión fue ejercida por el grupo perredista dominante, Los Chuchos, que encabezan Jesús Ortega y Jesús Zambrano, a quienes está subordinado el actual dirigente del partido del sol azteca, Carlos Navarrete.

 

Bajo ese esquema fue postulada Beatriz Mojica, ella misma seguidora de Los Chuchos, quien se ha negado a deslindarse de Aguirre Rivero, su ex jefe. En privado ha expresado que el mandatario removido es  considerado en Guerrero "una víctima". 

 

Esta percepción favorable a Aguirre, especialmente entre los seguidores del perredismo, gravitaba en algunas encuestas levantadas localmente en los meses previos, pero casi se esfumó luego de que el gobierno federal decidió exhibir al grupo de Aguirre con el encarcelamiento de un hermano y un sobrino suyos, junto con otras cinco personas, los que están acusados de participar en el desvío de cientos de millones de pesos mediante una maquinación apoyada por el gobierno perredista.

 

En abril pasado, vencida la licencia de seis meses que había solicitado, Aguirre amagó con regresar al cargo. Fuentes federales dijeron este espacio que decidió presionar así para que la autoridad aligerara las condiciones de reclusión a  las que está sometido su hermano, Carlos Mateo Aguirre Rivero, internado bajo condiciones extremas en el penal de alta seguridad de El Altiplano.  Al final del plazo, el mandatario solicitó licencia definitiva al puesto. Se ignora aún si sus reclamos fueron atendidos.

 

El paralelismo no puede ser más impecable: El 25 de junio de 1995 un grupo de campesinos fue emboscado en el poblado de Aguas Blancas, lo que derivó en el asesinato de decenas de ellos. El entonces gobernador, el priísta Rubén  Figueroa Alcocer, intoxicado de poder e impunidad, debió renunciar al puesto  pero logró imponer como relevo a su colaborador incondicional y anodino Ángel Aguirre Rivero. Figueroa pasa a la historia como símbolo de la putrefacción del PRI.

 

Dos décadas después, un Aguirre Rivero intoxicado de poder, impunidad y según múltiples testimonios, debilitado por el alcoholismo,  es la encarnación de la descomposición del PRD en el poder.

 

Porque la historia es una película que se repite de cuando en cuando, sólo que con diferentes actores. Y a veces, con los mismos.

 

robertorock@lasillarota.com