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#EstadoAbiertoMx, ¿un movimiento nacional?

Los resultados de un gobierno abierto son muy positivos.

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Escrito en OPINIÓN el

En septiembre próximo, se cumplirán cinco años del surgimiento de la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA). Hoy 70 países integramos esta Alianza con la promesa de asumir compromisos nacionales para responder a la crisis de confianza que aqueja a la mayor parte de las democracias contemporáneas. Queremos hacer efectiva la combinación del derecho de acceso a la información, la transparencia, la participación ciudadana y la rendición de cuentas, para generar soluciones conjuntas entre población y autoridades a los problemas públicos más sentidos en nuestras comunidades. Luego de cinco años, el gobierno abierto es hoy una tendencia pujante y es una oportunidad para los países que lo adoptan de hacer frente a los retos del contexto actual. Gobierno abierto es la forma de gobernar que permitirá a las autoridades recuperar la confianza ciudadana.

 

En particular, en México, los ciudadanos están desencantados porque nuestra democracia no ha dado los resultados esperados, porque se gastan recursos y los resultados de los programas son escasos o, simplemente, la población no percibe cambios en los servicios públicos a los que tiene derecho. Una forma de reconstruir las relaciones entre autoridades y sociedad es enterando a ésta de qué hacemos las autoridades, abrir espacios para que nos cuestionen libremente y, sobre todo, para que sean también partícipes de la solución a los problemas que los afectan. Esto es gobierno abierto, un gobierno que se preocupa en el fondo por transformar la forma en cómo se ejerce el poder.

 

Los primeros pasos de México en el gobierno abierto se dieron a nivel federal en los compromisos establecidos en dos Planes de acción nacionales y estamos por escribir el tercero. El aprendizaje ha sido gradual, pero sus resultados son muy positivos. El alcance de los compromisos es nacional y para llegar a ellos es necesario que actores de diversos sectores nos sentemos y lleguemos a acuerdos sin precedentes. Buscamos que estas dinámicas colaborativas se mantengan y que los compromisos establecidos, hasta ahora casi todos referentes a publicar información relevante, detonen procesos de rendición de cuentas y participación ciudadana que impacten positivamente en la vida cotidiana de las personas. Estos han sido pasos necesarios para que, en adelante, el gobierno abierto se traduzca en cambios en las rutinas gubernamentales a favor del diálogo y la colaboración.

 

Pero ya no bastan los esfuerzos aislados de gobierno abierto, hoy debemos trabajar para construir un Estado Abierto en México. Es tiempo que el impulso al gobierno abierto se convierta en un movimiento nacional sin precedentes en el mundo. Ya estamos caminando en ese sentido. El INAI impulsa desde el 2015 un proyecto de cocreación desde lo local. Hasta ahora, 13 entidades respondieron al llamado y tres de lanzaron ya Planes de acción locales. En ello, se involucran los gobiernos y los poderes locales, la sociedad civil, la academia, entre otros sectores interesados. Se acuerdan acciones puntuales para solucionar problemas concretos, de acuerdo con el contexto propio.

 

Por ejemplo, se cubren temas como medio ambiente, seguridad ciudadana y pública, educación, contrataciones públicas, transparencia presupuestal, justicia electoral y parlamento abierto. Así, estos Planes de Acción Local abonan a que los programas y servicios públicos den los resultados esperados y se garanticen plenamente los derechos fundamentales de los mexicanos. Para que exista un México inclusivo, pacífico y justo, necesitamos que tanto autoridades como sociedad estemos involucrados. Si queremos que las políticas que implementamos den resultados, impulsar el gobierno abierto debe ser una prioridad.

 

Además, desde los municipios y los estados, el gobierno abierto puede ayudarnos a cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por la ONU. El gobierno abierto está estrechamente vinculado al objetivo 16 de esta agenda: la creación de instituciones eficaces, responsables e inclusivas, que privilegien el acceso a la información y protejan los derechos fundamentales mediante la adopción de decisiones participativas y representativas que respondan a las necesidades a todos los niveles. Para continuar impulsando este movimiento, en marzo pasado, en el marco del Sistema Nacional de Transparencia, el INAI lanzó una convocatoria nacional para que más estados se sumen a este movimiento y se constituya la política nacional de gobierno abierto.

 

Este año podemos dar un impulso definitivo a este movimiento para construir un Estado Abierto. México redactará su tercer Plan de Acción Nacional y esperamos que siete estados del país se sumen a los 13 que ya forman parte de los ejercicios locales de gobierno abierto que impulsa el INAI. Esto significaría que este año se redactaría el Plan de Acción Nacional y de manera simultánea 17 Planes de Acción Locales. Es necesario unir esfuerzos para que estos planes compartan objetivos. Así podremos convertir la aspiración de construir un Estado Abierto en un movimiento nacional que permita a la población involucrarse en los asuntos públicos y juntos, autoridades y población,  combatir los males que aquejan a nuestra democracia: corrupción, impunidad y desigualdad.

 

No sabemos de otro caso en el mundo donde se esté impulsando una política pública de gobierno abierto tanto a nivel nacional como local para constituir un Estado abierto. En la próxima Cumbre de la AGA, a celebrarse los días 7, 8 y 9 de diciembre en París, Francia, México podría ofrecer a otros países el testimonio de un movimiento nacional que reunió a los tres poderes y niveles de gobierno con la población para lograr un Estado Abierto, uno que impulsa la participación de la población con información pública para combatir la corrupción, para disminuir la desigualdad y para construir comunidades menos impunes y más seguras.

 

@joelsas

@OpinionLSR