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El problema es la informalidad

Tenemos entidades como Chiapas, donde el 80% de la población está en la informalidad.

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Escrito en OPINIÓN el

La discusión para elevar el ingreso de las personas y las familias en México no puede reducirse a incrementar el salario mínimo; lo primero es buscar soluciones de fondo para reducir el tamaño de la informalidad, abatir los niveles de pobreza y encontrar la manera de que las empresas hagan más con los recursos limitados que disponen, es decir, que sean más productivas.

El sector patronal considera que el problema de los bajos ingresos de los trabajadores no es el salario mínimo, es la informalidad. Es en esta realidad donde debemos centrar la discusión.

Al primer trimestre del año, según cifras del INEGI, el 13% de la población ocupada del país, casi 6 millones y medio de personas, percibían un salario mínimo. Sin embargo, se encontraban concentradas casi en su totalidad en el sector informal de nuestra economía.

Únicamente el 7% de la población ocupada, 420 mil personas, ganan un salario mínimo en la formalidad. Queda claro entonces que el problema urgente a atender es cómo pasar a más mexicanos al marco de una empresa formal, donde además de las prestaciones sociales, recibirán mejores salarios.

Formalidad, productividad e ingresos van de la mano. Por ello, una gran limitante para mejorar los ingresos de los mexicanos es el estancamiento de la productividad. Un análisis de la situación de las diferentes regiones del país realizado por la COPARMEX, reveló que hay una alta correlación entre baja productividad, informalidad y pobreza.

Tenemos entidades como Chiapas, donde el 80% de la población está en la informalidad y sólo un 20% labora en el sector formal. Allí, el 75% de los habitantes vive en la pobreza.

Por el contrario, hay otros estados como Nuevo León, que es el líder nacional en materia de productividad, donde sólo el 23.2% de la población vive en pobreza -prácticamente la mitad con respecto del promedio nacional-, y únicamente el 37% de los trabajadores está en la informalidad, muy por debajo del 60% promedio nacional.

Nuestra conclusión es que el salario mínimo es sobre todo una realidad en el sector informal: Donde hay más informalidad, hay más personas ganando el salario mínimo.

Esto se explica porque gracias a una mayor productividad, generada en el diálogo social entre empresarios y trabajadores, en los últimos años el sector formal ha reducido consistentemente el número de personas que ganan un salario mínimo. Esto contrasta con la situación del sector informal, en el que cada vez son más las personas que se encuentran en ese nivel mínimo de ingresos.

El salario mínimo real lo está fijando desde hace muchos años el mercado, el comercio, la industria, donde el ingreso real de los trabajadores del sector formal, en promedio, es de tres veces el salario mínimo general.

Los trabajadores informales carecen de prestaciones y de protección social, que sí poseen los trabajadores formales para complementar sus ingresos y bienestar familiar.

Debemos atender de forma urgente la situación de quienes trabajan en la informalidad y que ganan un salario mínimo o menos, pero hay que hacerlo de manera sustentable y con visión de largo plazo. No hay soluciones mágicas, una sola decisión no puede resolver un problema tan complejo, tiene que ser un proceso gradual.

Los salarios no pueden ni deben aumentarse por decreto, ya hemos aprendido esa dura lección en la década de los 80, con incrementos de hasta 30%, que en la realidad  derivaron en tasas de inflación del 100%, y que terminaron por disminuir la capacidad adquisitiva del mismo salario, como ocurre siempre cuando la inflación es muy superior a los ingresos netos de los trabajadores.

El Banco de México ha alertado que elevar los salarios mínimos sin que ello se acompañe en aumentos de la productividad, podría generar un aumento generalizado de precios, derivando en una espiral inflacionaria que en consecuencia no se traducirá en un aumento de los salarios reales.

El bajo crecimiento esperado este año, no nos permite presionar a la economía y al empleo formal con incrementos no sustentados en la productividad.

En la COPARMEX proponemos una estrategia integral con base en tres ejes:

1.- Desvincular el salario mínimo como unidad de medida de diversas legislaciones. Éste se utiliza como unidad de referencia en más de 300 leyes, reglamentos, circulares, disposiciones de carácter federal y muchas otras más de carácter estatal; aproximadamente 900 leyes en ambas esferas.  Allí figuran las aportaciones de patrones y cotización de trabajadores al IMSS; montos y amortización de créditos del INFONAVIT; prerrogativas otorgadas a los partidos políticos, subsidio al empleo y créditos fiscales, sólo por mencionar algunos.

2.- Elevar la productividad. Las economías regionales más productivas tienen menores tasas de informalidad y por lo tanto, sus habitantes tienen mejores niveles de ingreso promedio.

Debemos hacer un esfuerzo nacional para ser más productivos; es decir, hacer más con los mismos recursos, abandonando el esquema de competencia con base en costos e iniciar por la innovación y el mayor valor agregado. Eso nos permitirá contratar mejores talentos y por tanto, pagar mejores salarios y también consecuentemente avanzar en la formalidad.

3.- Políticas públicas que favorezcan el fortalecimiento y la formalización de las empresas.- No se trata sólo de que las empresas se den de alta ante las autoridades fiscales y laborales: la solución es que efectivamente crezcan y tengan oportunidad de crecer.

Una política que busca subir el salario mínimo sin una estrategia clara para abatir la informalidad, no puede ser una solución integral.

La única solución viable y sustentable en el tiempo, es que empresarios, trabajadores y Estado conjuntemos esfuerzos a través de políticas públicas, que promuevan el crecimiento de las empresas y que éste las lleve, de manera natural, a la formalización, a la productividad, a la competencia por valor, a ser cada vez más productivas, a generar empleos de calidad que se traduzcan en mayores ingresos y, en consecuencia, mejores niveles de vida para todos los mexicanos.

 

@jpcastanon