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El poder de una imagen

¿Cuánto vamos a cambiar por causa de las imágenes difundidas?

Por
Escrito en OPINIÓN el

El día de hoy no voy a escribir de cine, pido una disculpa por eso.

 

El día de hoy voy escribir sobre imágenes y su poder, y mi incredulidad acerca de que en verdad lo tengan.

 

El día de hoy voy a escribir como padre de un niño y dos niñas de tres años que se siente profundamente perturbado por ciertas imágenes desde unos días atrás, algunas surgidas de mi propio país y otras traídas desde el otro lado del mundo.

 

Como muchos podrán imaginar a estas alturas me refiero a las imágenes de pequeños niños, casi bebés, que han muerto ahogados en los últimos días. Ambos, al igual que mis hijos de tres años de vida. Imágenes que declaran en gran medida el fracaso de nuestra humanidad y de la construcción de una sociedad que pueda proteger a nuestros niños de muertes terribles o de torturas que acaben con su vida.

 

Todo esto comenzó hace una semana, más o menos, cuando me enteré que una pequeñita de tres años había muerto ahogada en la alberca de un hotel en Michoacán a causa de la tortura (no hay otra palabra) que sufrió a manos de su padrastro. Horas de ser aventada de forma violenta contra el agua y sumergida cobraron la factura, el frágil cuerpecito no resistió y la vida la abandonó.

 

 

 

Gran revuelo causó en las redes sociales el video de seguridad del hotel donde queda el testimonio de semejante barbarie, aún puede encontrase con facilidad en internet pero no recomiendo verlo.

 

Parece ser que el padrastro recibirá el castigo legal correspondiente pero para mí no es suficiente, me gustaría ver que se fincaran responsabilidades contra el hotel, la gente de seguridad del mismo y la madre por negligencia extrema. Las imágenes deberían bastar para esto.

 

La segunda imagen es la del pequeño Aylan Kurdi, el niño sirio ahogado cuyo cuerpo fue arrojado por la marea a una playa de Turquía en una posición muy semejante a la que mis propios hijos adoptan en sus camitas muchas veces mientras duermen. Algo profundamente perturbador.

 

No sé qué es más terrible en este caso, verlo sin vida en la arena o pensar qué situación debió padecer en su tierra natal para que sus padres arriesgaran todo al intentar huir a un lugar que consideraban mejor, una apuesta muy alta con pésimos resultados para el apostador.

 

Pero, ¿y el poder de las imágenes?

 

 

Creo que estas imágenes -el video del hotel, las fotos periodísticas y/o las ilustraciones que han aparecido inspiradas en la muerte de Kurdi- no tienen el poder que muchos dicen.

 

Por un lado son hechos consumados, el puro testimonio de tragedias que debieron ser evitadas. Por el otro, estos dos ejemplos, la pequeña de Michoacán cuyo nombre se desconoce y Aylan, se han convertido en trend topics, comentarios de miles de notas e imágenes reenviadas a todo el mundo. Y nada más.

 

Todas estas acciones en la redes no han detenido a los mayores a seguir maltratando, y en muchos casos  matando, a los pequeños que se supone están a su cuidado, ni ha disminuido la intensidad de la guerra en Siria.

 

Es cierto que ya existen algunas reacciones, como la de los gobiernos autonómicos en España que anuncian la recepción de refugiados, pero no son más que meros paliativos. Un amigo me dijo hoy en la mañana “es preferible tres semanas de acciones que ninguna” pero mis entrañas me indican que mejor que algunos gobiernos solidarios o modas en internet hubiera sido que nada de esto ocurriera desde el inicio.

 

Y a la velocidad que las imágenes cambian hoy en día creo que el único poder que la final quedará será el de los premios periodísticos que gane el fotoperiodista que tomó la imagen en la playa, y en el caso de la pequeñita en Michoacán ni eso. Quizá una declaración de locura o un amparo por un caso mal llevado dejarán libre al perpetrador.

 

Por eso le pregunto a usted:

¿Qué poder tienen las imágenes?

¿Cuánto vamos a cambiar por causa de ellas?

 

Las respuestas serán muy tistes.

 

eduardohiguerabonfil@gmail.com