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El pleito de las 50 mil computadoras de Pemex

Los proveedores están furiosos y parece que viene otra serie de ataques.

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Escrito en OPINIÓN el

Además de despedir personal innecesario, cancelar contratos opacos y acelerar pagos a proveedores en agonía, José Antonio González Anaya y su equipo deberían acabar con la corrupción que se vive en la paraestatal de una vez por todas.

 

González Anaya, quien es perfilado en los medios como el salvador de empresas estatales tras su paso por el IMSS, tiene en su escritorio temas de urgente necesidad para la operación diaria, como el proceso de Suministro, Instalación y Puesta en Operación de Equipos de Cómputo, una licitación que ya cuenta con un presupuesto de inversión aprobado por Hacienda, de Luis Videgaray.

 

Esta última licitación viene desde julio de 2013, cuando la Dirección Corporativa de Operación en coordinación con la DCPNTI de Pemex, solicitaron a la consultora global AT Kearney, que lleva aquí Ricardo Haneine, un análisis costo-beneficio para evaluar las opciones de compra contra arrendamiento de alrededor de 50 mil computadoras, el cual arrojó como la opción más viable la adquisición de los equipos.

 

Ante ello, Pemex procedió vía licitación internacional abierta, concurso en el que participaron empresas como GNR Apoyo Estratégico, Integradores de Tecnología, Comercializadora Teknodigital, Soluciones Tecnológicas Especializadas y LDI Associats, entre otras, quienes además tuvieron que presentar requisitos como líneas de crédito aprobadas y cartas de respaldo de los grandes fabricantes.

 

La licitación exige más que una simple compra de equipo, ya que contempla la entrega en sitio, instalación, configuración y migración de información de las máquinas a sustituir; una garantía extendida de 3 años que ampara desde defectos de fabricación, hasta cualquier falla del hardware; atención inmediata en sitio y Mesa de Servicios las 24 horas; y en equipos móviles sistema de servicio de software antirrobo, localización y borrado de datos remoto.

 

Sin embargo, el dream team del nuevo director de Pemex concluyó que el concurso debía cancelarse porque, según ellos, hay sobrecostos en los equipos, cuando ni siquiera revisaron el estudio de AT Kearney ni los procedimientos correspondientes. Las suspicacias inician.

 

En estos procesos de tecnología hemos encontrado ejemplos de corrupción notables que se han sepultado en las manos de las autoridades que deben buscar y aplicar un castigo. El tiempo los ha enterrado en el olvido, mientras que los culpables abren nuevas empresas o son movidos a otras latitudes en busca de más contratos de gobierno. Recordemos el caso de HP y la corrupción o la pelea por las cédulas de identificación.

 

La realidad también es que el nuevo director de Pemex, José Antonio González, tiene otras empresas consentidas, y si no pregúntenle a Igor Rossete, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico en el IMSS, quien a control remoto puede operar para tirar y cambiar las bases de esta licitación y por qué no, intentar beneficiar a un grupo de empresas que obtuvieron jugosos contratos en el Seguro Social durante la gestión del ahora nuevo director de Pemex.

 

Por lo pronto, González Anaya detuvo la renovación de más de 50 mil computadoras vía ocho partidas licitadas, que incluyen computadoras de escritorio, tabletas y notebooks.

 

Los proveedores están furiosos y parece que viene otra serie de ataques en los que las manos no se mostrarán, hasta que alguien vea de plano la guerra perdida.

 

El contrato prevé una inversión que va de los 705 millones a los mil 298 millones de pesos, esto ante la urgencia de renovar los equipos adquiridos en 2009 y 2011, lo que permitirá a Pemex contar con una infraestructura tecnológica actualizada, al tiempo de reducir costos asociados al mantenimiento de las máquinas, riesgo de pérdida de información y mejora de la productividad del personal. En fin, todas esas promesas que nos hacen los vendedores de tecnología y que al final del día no siempre cumplen. El viejo cuento de que la tecnología todo lo resuelve.

 

Los golpes comienzan a lanzarse bajo la mesa. Los otros afectados por Pemex comienzan a llorar. El pleito de las 50 mil computadoras ya comenzó, mientras que José Antonio González Anaya promete que pagará los adeudos que están matando a decenas de empresas mexicanas, a más tardar en dos semanas.

 

Otro mensaje de la nueva administración para los proveedores que quieren seguir viviendo de Pemex: el mismo nivel de gastos, con menores ingresos, no será posible.

 

@takaink 

@OpinionLSR