El Congreso de la Unión está en la recta final de la aprobación de la Ley de Ingresos para 2015, que debe quedar aprobada por los diputados antes del próximo 20 de octubre y por los senadores a más tardar el 31 del mismo mes.
En los Criterios Generales de Política Económica se prevé para 2015 un crecimiento de 3.7% en términos reales con un déficit fiscal de 3.5% del Producto Interno Bruto incluyendo las inversiones de las empresas productivas del Estado, PEMEX y la CFE.
El gasto neto del gobierno federal se prevé en poco más de 4.6 billones de pesos.
Los diputados y senadores están obligados a hacer un gran esfuerzo para aprobar un paquete económico que realmente beneficie a todos los mexicanos y nos permita blindarnos ante los riesgos del sector externo.
Apenas la semana pasada, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional advirtieron que persisten señales de fragilidad en el proceso de recuperación de la economía global con riesgo de recesión en Europa y un viraje en la política monetaria de Estados Unidos que podría generar una eventual alza de las tasas de interés afectando la deuda pública y privada de instituciones mexicanas.
Algunos analistas ven riesgo de baja en los precios internacionales del petróleo, lo que indudablemente afectará nuestros ingresos públicos en México. De hecho ya se viene observando un descenso de los ingresos petroleros provocado por una menor producción.
Esa merma de ingresos se ha compensado con una mayor recaudación y con endeudamiento público. Sin embargo, no podemos seguir sosteniendo indefinidamente esa tendencia porque las empresas y los consumidores aún no terminan de asimilar los costos de la Reforma Hacendaria, misma que generó un aumento de los costos laborales y un consumo interno lento que apenas da signos de recuperación.
Este entorno marca un momento muy importante en la discusión y aprobación del Presupuesto de Egresos de 2015 el cual iniciará en las próximas semanas.
Necesitamos nuevas estrategias para que la economía crezca, para estar en condiciones de generar empleos formales que efectivamente se traduzcan en mejores condiciones de vida para los mexicanos que viven en las regiones más afectadas por la desigualdad.
El sector empresarial respalda la política social para resolver de fondo los rezagos sociales y abatir los índices de pobreza. Ello requiere de una reingeniería a fondo del gasto social, consolidando los programas presupuestales de “Prospera” y la iniciativa de formalización “Crezcamos Juntos” con una estrategia que efectivamente impulse el crecimiento económico a través de estímulos que incentiven la inversión y la creación de empleos formales.
COPARMEX ha venido señalando la urgencia de incorporar medidas fiscales que estimulen la inversión, que atraigan capitales, que promuevan el empleo formal.
El crecimiento de la economía y la creación de oportunidades de empleo formal es la mejor manera de abatir la pobreza y de mejorar la calidad de vida de las personas que hoy están en pobreza extrema en condiciones vulnerables, enfrentando carencias alimentarias, de salud y educación.
Se requieren esquemas de deducibilidad inmediata de las inversiones para detonar la inversión; esquemas fiscales que reduzcan los impactos de la limitación en la deducibilidad parcial de prestaciones laborales previstas en la Ley Federal del Trabajo así como en las aportaciones a fondos de pensiones y haberes de retiro.
Es posible ampliar los estímulos fiscales en el ámbito educativo para extender los mismos al nivel de educación superior. Medidas como ésta contribuyen favorablemente en el poder adquisitivo de las personas pero además, en su formación profesional.
Por supuesto hacemos un llamado a ser prudentes con el endeudamiento porque venimos de dos años en los que se ha observado una tendencia a ampliar el déficit fiscal.
En 2013 y 2014 se ejercieron mayores niveles de endeudamiento pero el desempeño de la economía no fue el esperado; a pesar de que se observó mayor gasto público, no fue posible alcanzar las metas de crecimiento esperadas.
Los empresarios hemos visto una buena disposición de los legisladores a escuchar nuestras posiciones. Por ello seguiremos buscando un diálogo con los legisladores para que realmente puedan generarse incentivos para la inversión y la creación de los empleos que tanta falta nos hacen en México, esa sin duda, es la mejor estrategia contra la pobreza.