El ciberespacio será el viejo y salvaje oeste en el año 2020, cualquiera que se aventure a meterse a ese mundo tendrá que protegerse y buscar justicia con sus propias manos. En ese año, cualquiera que use internet sabrá que sus datos serán robados y su información personal y confidencial incluso será transmitida como contenidos en algunos canales masivos.
Las fuerzas de la ley vivirán días muy complicados tratando de mantener la paz, mientras los ataques a gran escala continúan, y los pequeños ataques se hacen cosa de todos los días y más y más personales.
Los gobiernos se harán bolas por la falta de claridad acerca de la jurisdicción en la mayoría de los crímenes digitales. Los hackers cada vez más probarán estar abiertos a aliarse con otros de sus pares en cualquier región del mundo, mientras los encargados de proteger a los ciudadanos no.
Los individuos y las instituciones responderán de diversas maneras: unos escogerán no estar en internet, salirse de ese mundo. Otros harán sus datos públicos antes de que sean hurtados.
Y otros pelearán, utilizando las herramientas que sean necesarias para mantenerse un paso delante del siguiente ataque.
Lo anterior es el escenario 1, The New Normal, que propone el Center for Long-Term Cibersecurity, de la Universidad de California, en Berkeley. Es decir, esa será la vida diaria que avizoran los expertos en crear escenarios sobre lo que internet nos depara y el futuro de la tecnología digital.
Scenario thinking, recuerdan los expertos en su reporte, es una herramienta para ordenar argumentos sobre los ambientes futuros alternativos, en los que las decisiones de hoy y mañana jugarán un rol decisivo.
Para lo que sea que se utilice, ya sea planeación estratégica o identificar prioridades de investigación, scenario thinking se basa en tres pilares: el cambio y la sorpresa en ambientes socio técnicos que se mueven rápido, son a menudo consecuencia de lo inesperado o lo no observado, permutaciones que parecen desconectadas o no relacionadas como fuerzas de cambio. Es decir, el mundo nunca toma su forma simplemente por la tecnología, el comportamiento humano, la regulación o modelos de negocios. Está formado por todo ello y más, en constante mutación. Nuevas oportunidades y problemas se levantan a partir de las combinaciones.
La segunda proposición dice que algunas de las fuerzas de cambio más importantes vienen de distintos dominios: salud, mercados, normas sociales y la que quieras nombrar. El análisis de esas fuerzas por lo general necesita apretarse más de lo normal para poder identificar casos marginales donde las potenciales fuerzas de cambio se hacen más visibles.
Nuevas, relevantes, y a veces programas de investigación inspiradores se desarrollan fuera de la normalidad, con modelos que incorporan esas múltiples dimensiones de incertidumbre y enfatizan cómo el futuro puede ser diferente del presente en significativos y no continuos caminos. En otras palabras, dice el texto, los escenarios son instrumentos que alumbran nuevas hipótesis, insights, e ideas sobre el futuro.
Agregan que Royal Dutch Shell es pionera en el uso del scenario thinking en la planeación corporativa, desde los años 70, cuando los shocks del petróleo sacudían dramáticamente la política, economía y a los militares en el ecosistema energético global. La metodología fue después desarrollada por Global Business Network en 1990 y empleada en una amplia variedad de asuntos corporativos, sin fines de lucro y políticos.
A lo largo del tiempo, los practicantes del scenario thinking determinan que los escenarios trabajan mejor cuando son tratados como hipótesis, no predicciones, cuando son usados para segmentar, alumbrar, y comparar algunas de las muy diferentes posibilidades de un ambiente cambiante.
Por eso los investigadores dicen que el estudio que liberan sobre el ciberescenario y la seguridad global no es una predicción del futuro. No es tratar de entender el futuro como una extrapolación linear de tendencias actuales. En cambio, se enfocan en cómo las causas de diferentes áreas y direcciones chocan unas con otras para crear discontinuidades que pueden cambiar lo que significa la ciberseguridad.
No estoy hablando de ciencia ficción, que como me enseñó mi maestra Priscilla Higuera, arranca muchas veces con el What if?, si hablamos de historia alternativa. Estamos hablando del futuro posible. Es una hipótesis.
https://cltc.berkeley.edu/files/2016/04/cltcReport_04-27-04a_pages.pdf