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El contexto del Matrimonio Infantil en México

A causa de estas uniones prematuras, deviene la mortalidad materno infantil.

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Escrito en OPINIÓN el

El interés superior del niño o niña tiene la finalidad de garantizar que la familia, sociedad y gobierno construyan las condiciones favorables para vivir plenamente y alcanzar su desarrollo con pleno respeto de sus derechos humanos.

 

Los elementos propios de la niñez, como el esparcimiento y la educación, son necesarios para su desarrollo, por ello es imperante protegerlos de aquellas actividades que puedan impedir su sano crecimiento.

 

Una de las prácticas culturales que toman notoriedad por el riesgo que implica para las y los menores, es el matrimonio infantil. La UNICEF lo define como unión informal antes de los 18 años, y comúnmente afecta a las niñas y adolescentes.

 

Una tercera parte de las mujeres de 20 a 24 años de edad en el mundo, se casaron durante la etapa de la infancia, por razones económicas, culturales o religiosas.

 

Una niña que se casa, a menudo dejará la escuela, y estará expuesta a riesgos de violencia sexual, además del embarazo prematuro que pone en peligro su vida.

 

Estás practicas tienen su raíz en la discriminación de género, la cual da preferencia al varón sobre derechos básicos como la educación y el empleo.

 

El matrimonio temprano es un tema de preocupación en América Latina y el Caribe, puesto que las cifras indican que 18% de las jóvenes entre 15 y 19 años están casadas en unión informal. http://bit.ly/2cLYcrU

 

Ante esta situación, los organismos internacionales como ONU Mujeres, UNFPA, ONUSIDA, UNICEF y la Organización Panamericana de la Salud presentaron un programa para eliminar el matrimonio infantil a fin de prevenir, proteger y erradicar este tipo de violencia contra las adolescentes y niñas.

 

La iniciativa promueve modificar las legislaciones para eliminar todas las excepciones legales a la edad mínima para contraer matrimonio. Además, esclarece que estas prácticas son una violación a los derechos humanos de las menores.

 

En el caso de México, en diciembre de 2014 entró en vigor la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, donde el Artículo 45, establece como edad mínima para contraer matrimonio los 18 años. http://bit.ly/29FIL0m

 

Al menos 1 de cada 5 mujeres entra en unión conyugal antes de cumplir la mayoría de edad, de acuerdo a la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014 del INEGI. http://bit.ly/1JX1Qbm

 

Únicamente los Códigos Civiles y Familiares de Baja California Sur, Coahuila, Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz y Yucatán, establecen tanto para mujeres como para hombres, la edad de 18 años sin excepción para contraer matrimonio.

 

Todos los demás estados establecen los 18 años de edad para contraer matrimonio, pero con excepciones, o establecen edades mínimas de 14 o 16 años para mujeres y 16 o 18 para hombres.

 

A causa de estas uniones prematuras, deviene la mortalidad materno infantil, que resulta ser la segunda causa de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años en todo el mundo, de acuerdo a los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud. http://bit.ly/1EDJsP5n

 

El matrimonio infantil, permitido por usos y costumbres en la mayoría de las comunidades indígenas, representa una grave violación a los Derechos Humanos de las menores de edad, a lo que se suma la criminalización y persecución contra las adolescentes y niñas que se rehúsen a estos enlaces arreglados.

 

Estas costumbres están relacionadas principalmente a motivos económicos, ya sea para incrementar los bienes de propiedad y tierra o para reducir la carga económica de las familias, que en muchas ocasiones son de escasos recursos y zonas marginadas.

 

La Encuesta Nacional Sobre la Salud y los Derechos de las Mujeres Indígenas 2008, señala que el 68% de las mujeres indígenas se casó entre los 9 y los 19 años, edad que supera la media nacional, que es de 21 años. http://bit.ly/2dlrOgR

 

El matrimonio infantil, temprano y forzado, contraviene al desarrollo integral de las y los menores, socava las posibilidades de una mejor calidad de vida y atenta contra la equidad de género.

 

Nuestro país está teniendo un gran avance en visibilizar la situación, incluso se cuenta con programas y proyectos interdisciplinarios, que han permitido reducir los indicadores de embarazos prematuros, trata, así como abusos a mujeres indígenas.

 

El reto continúa, los esfuerzos de la comunidad internacional, organizaciones civiles y gobierno se están viendo fortalecidos, y el empoderamiento a mujeres, niñas y adolescentes sigue siendo una prioridad en la agenda política, buscando garantizar siempre, tanto el respeto a sus derechos como el bienestar físico y emocional.

 

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