Casi siempre durante mis colaboraciones, he tratado de comentar sobre los hechos más importantes y los más interesantes que –desde mi punto de vista– acontencen en la capital de los Estados Unidos. La idea es tratar de proveer de elementos para quien me lee, de tal manera que se pueda imaginar un poco las cosas que suceden, y cuáles son aquellas que nos afectan o nos interesan. Esto por supuesto que también incluye a las instituciones que están en el área metropolitana de Washington, y en esta ocasión no será la excepción y quiero platicar un poco sobre una organización muy poco comentada, pero que realiza una tarea fundamental. Me refiero al Colegio Interamericano de Defensa.
Para comenzar, quiero explicar brevemente qué es y en cómo está organizado el Colegio Interamericano de Defensa. Para ello, debo comenzar hablando por la Organización de los Estados Americanos (la OEA, mejor conocida por sus siglas). Este organismo internacional que aglutina a todos los países de América Latina, fue fundado oficialmente en 1948, pero sus orígenes datan de mucho más atrás (desde 1890, aproximadamente). Entre sus propósitos, tiene como fin garantizar la paz y la seguridad en el Continente Americano, consolidar la democracia en la región, promover la acción solidaria entre los países, erradicar la pobreza, etc. Todas sus resoluciones tienen que tomarse por consenso (es decir, unanimidad) y de ella dependen otras instituciones y organizaciones que coadyuvan a que la OEA cumpla con su misión y razón de ser.
Entre las organizaciones que prestan servicios a la OEA, está la Junta Interamericana de Defensa (JID), que es un órgano técnico consultivo que presta sus servicios a la OEA y a los países miembros de ésta, en materia de defensa y seguridad nacional, de acuerdo a los principios de la carta fundacional de la OEA. La JID cuenta con autonomía técnica para cumplir sus funciones y cuenta con los siguientes órganos: el Consejo de Delegados, la Secretaría y el Colegio Interamericano de Defensa (CID).
Ahora bien, el CID, como órgano de la JID, es un instituto de educación superior que depende de la OEA y está financiado por ésta para cumplir su misión. Todos los países miembros de la OEA pueden presentar a sus candidatos para que cursen estudios en el Colegio y tienen que estar avalados por sus respectivos gobiernos. El CID se encuentra ubicado dentro del Fuerte Leslie McNair (que depende del Ejército de los Estados Unidos) y recibe a 70 candidatos cada año aproximadamente para cursar estudios de Seguridad Nacional y Defensa. De esta manera, los países americanos se benefician del conocimiento y expertise técnico de sus contrapartes y reciben una educación de calidad en los temas de interés para cada uno.
La composición del cuerpo de estudiantes del CID es variado, pero en general provienen en un 70% del ámbito militar, 20% de policías federales y 10% del ámbito civil. Hay más o menos 80% de hombres y 20% de mujeres y durante los casi 12 meses que dura el curso de maestría, los alumnos estarán dedicados a cumplir con su tarea académica. Como uno se podrá imaginar, no es fácil acceder a estas instalaciones, pues el CID, al estar dentro del Fuerte McNair, requiere todo un proceso de identificación y de acceso militar para poder asistir a sus instalaciones. Pero ya una vez dentro, uno puede observar otras dos instituciones de alto prestigio que están dentro del fuerte: la “National Defense University” y el “National College of War”. Todo ello a orillas del Rio Potomac, que es tan característico de Washington DC.
Entre los estudiantes y directivos del CID hay varios mexicanos. Y ello resulta relevante para nuestro país, porque los miembros del CID generalmente gozan de un alto prestigio, y suelen ocupar posiciones de importancia posteriormente. Por ejemplo, la actual Presidenta de Chile, Michelle Bachelet es una de las egresadas del CID de hace algunas generaciones.
Traigo todo esto a cuento porque en muchas ocasiones resulta sumamente complicado conocer instituciones de las que no estamos muy familiarizados, pero que a la larga juegan un papel central para los países. Creo que el caso de la OEA, la JID y el CID vale la pena mencionarse porque, al final del día México está realizando un papel digno y decoroso frente a sus homólogos de otros países, no solamente con sus estudiantes, sino con sus directivos. En un lugar como el CID, donde confluyen personas de todas las nacionalidades del continente, hay que valorar el peso que tiene México y reconocer que hay cosas que están muy bien hechas.