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El Cártel de los Güeros; pus en manantial

A todos los ejidatarios despojados de su pertenencia y pertenencias.

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Escrito en OPINIÓN el

El empresario fue citado por el Secretario de Estado para la mañana siguiente. Era de noche cuando llamaron sin saber decir el asunto a tratar, lo que hacía más intrigante la cita, ya que el ramo de la Secretaría le era ajeno a la empresa y ninguno de sus asuntos se tramitaba en ella.

 

Antes de la hora fijada, el empresario recibió a unos promotores inmobiliarios que habían movido cielo, mar y tierra, a través de una publirrelacionista de políticos, para ser atendidos. Tras escuchar su propuesta, el empresario se disculpó para llegar puntual con el Secretario.

 

Ya en la antesala secretarial fue alcanzado por los promotores que, ¡Oh, sorpresa!, acudían a la misma cita.

 

Sentados a la mesa con el Secretario, éste se puso a las ordenes de los presentes, dejando ver que desconocía el motivo de la reunión. La mano de la plublirrelacionista mecía la cuna con todo y Secretario en ella.

 

Lo único que no estaba en el libreto es que el empresario acudió con su asesor, y siendo éste conocido del funcionario, a él se dirigió: “A sus órdenes Señores, en qué les puedo servir. Dime, Zutanito, que los trae por aquí”.

 

“Pues, Señor Secretario, eso habrías que preguntarle a tu representante personal aquí sentado.”

 

El Secretario arqueó las cejas.

“Si, aquí este Señor, en tu nombre, quiere obligar a mi cliente a comprarle tierras de un ejido por su exclusiva intermediación”.

 

“¿En mi nombre?”.

 

“Sí, aquí tengo el acta de la asamblea ejidal en la que se presentó como tu representante personal para auxiliar al ejido a venderle tierras a mi cliente, obteniendo para ello un poder exclusivo y un porcentaje importante de concretarse la operación”.

 

El Secretario leyó varias veces el párrafo subrayado en amarillo del documento que el asesor llevaba en su portafolio con motivo de la reunión previa; luego preguntó: “¿Y dónde están los ejidatarios, por qué no me buscan ellos directamente?”

 

“Los tienes ante ti, estos otros dos señores, además de ser socios de tu representante y promotores inmobiliarios, son ellos mismos ejidatarios del ejido con el que quieren intermediar a nombre de la empresa”.

 

“¡Ah, ejidatarios de corbata!, exclamó el Secretario”.

 

“Así es, ejidatarios de corbata, especuladores inmobiliarios, representantes tuyos, ahora también del ejido y coyotes agrarios. Por si fuera poco, su oferta, si así se le puede llamar, para con mi cliente es convertirse en su negociadores exclusivos y embozados ante el ejido, garantizando obtener el precio más bajo posible por las tierras, a cambio de un estipendio equiparable a la extorsión”.

 

No hizo falta que el Secretario negara relación alguna con su sedicente representante y los “ejidatarios de corbata”.

Para desgracia de México no son pocos los de esta calaña. Allí está como muestra el denominado “cártel de los güeros”. Roban calidades ejidales (ver El ejido en la globalización); ya hechos ejidatarios acaparan tierra ejidal a bajo precio y tortuosas artes, controlan el ejido a través de su asamblea y sus órganos de representación y vigilancia, y, finalmente, la venden a precios inflados dejando al ejido y ejidatarios más pobres y sin tierras.

 

Grande fue el negocio del cártel de los güeros en Apaseo el Grande, donde en el ejido Calderas de Ameche compraron a 191 millones y vendieron a 481. El detalle estuvo en que el negocio (el eufemismo es de ellos) se filtró a la prensa nacional.

 

Sus correrías, al menos las que los medios dan cuenta de este ejemplo, los han llevado al Ejido Aquiles Serdán en Jalisco y Mineral de Pozos en San Luis de la Paz, Guanajuato. En una de las páginas de las empresas mencionadas en los reportajes (Losrram S.A. de C. V.), se listan, además, propiedades en Guadalupe, Baja California, seguramente también ejidales; así como en Bahía de Banderas y Sonora, aunque de estas últimas las ligas están bajadas, como casi todas las relativas a las firmas involucradas en el escándalo de Toyota en Guanajuato recientemente ventilado: LASC, BDI Land Management and Consulting y JAOS & SGB.

 

Para el gobierno sería muy fácil dar con esta especie de pájaros de cuenta, basta que el Registro Agrario Nacional (RAN) ordene por nombre todos los derechos ejidales inscritos para que salgan a la luz todos aquellos ejidatarios de corbata con derechos y tierras en múltiples ejidos en extensiones, además, sorprendentes e insultantes.

 

Para ser ejidatario se requiere estar avecindado en el ejido y ser parte de su núcleo social; si el RAN hiciese esa corrida encontraría que de estos sujetos, siendo todos multiejidatarios, ninguno vive en ejido alguno ni tiene al campo como forma de vida, sino la especulación inmobiliaria.

 

Bien pudieran empezar por aquellos de los que la prensa nacional ha dado puntual cuenta con motivo del escándalo de Toyota en Guanajuato. Nombres, empresas y domicilio fiscal son pistas del tamaño de una catedral. O bien pudiera iniciar listando a todos los ejidatarios con tierras en ejidos con playa. Basta con jalar una hebra para que la pus de los “ejidatarios de corbata” brote en manantial.

 

@LUISFARIASM 

@OpinionLSR