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El archipiélago de la libertad

Defender el espacio y la tarea del equipo de la primera emisión de MVS es defender el derecho de la audiencia a estar informada.

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Escrito en OPINIÓN el

Hace unos días, como consecuencia del despido de Carmen Aristegui y de su equipo, Denise Dresser sentó su posición muy claramente y habló sobre la necesidad de defender “el archipiélago de la libertad” que significaba ese espacio de noticias, información y opinión. Llama mucho la atención las posiciones que se han dado alrededor del tema: No hay medias tintas, se está con Carmen o contra ella.

 

Hay quienes quieren reducir el asunto a un tema entre particulares (y pregunto, ¿cuando el propio gobierno opina, a través de la Secretaría de Gobernación, realmente queda como un asunto entre particulares? ¿Por qué la necesidad de precisarlo?), o a un tema económico, en un burdo intento de descalificar el trabajo de investigación y análisis de un equipo de trabajo.

 

¿Defender el trabajo de Carmen Aristegui y de su equipo significa aceptar a pie juntillas sus opiniones o simplemente se reconoce la profesionalidad y seriedad con que son abordados los temas? Reconocer que el ejercicio periodístico busca abrir la caja de Pandora, hacer evidente, como ha hecho este equipo, lo que no nos gustaría saber y descubrir, las anormalidades de un modelo social, político, es básico para entender la exigencia de tantos porque ese espacio se conserve.  

 

Las distinciones

Es importante distinguir entre el medio como un espacio empresarial, propietario de los equipos de transmisión, usufructuario de una señal, concesionada por el Estado, por un lado, frente al comunicador, periodista, comentarista, por el otro.

 

Defender el espacio y la tarea del equipo de la primera emisión de MVS es defender el derecho de la audiencia, amparado por el artículo sexto de la Constitución (Art. 6, párrafos 1, 2, apartado B, fracción VI así como el Art. 7 completo) a estar informada.

 

¿Es Carmen Aristegui una periodista, una  informadora o simplemente una comentarista que da opinión? La pregunta es válida en cuanto hay quien quiere reducirla a simple comentarista y desde ahí, señalar que no se atenta contra el derecho a la información. Habrá que recordar que el asunto de la casa blanca, la casa en Malinalco, de Ayotzinapa, de Tlatlaya, de Cuauhtémoc Gutiérrez, para citar los más inmediatos, no han sido casos de opinión, sino trabajo de investigación periodística que se ha dado a la luz para cumplir con una de las responsabilidades del periodista: Informar, denunciar y hacer público los asuntos que afectan a la sociedad.

 

¿El medio, el periodista?

¿Hay un atentado a la libertad de expresión, de información? Sí, indudablemente. Y digo sí porque incluso para ese medio, MVS, las reglas del juego con Carmen Aristegui estaban establecidas: No era el medio el que definía la línea editorial sino que ella fue contratada precisamente por su línea editorial que mantuvo durante todos los años de trabajo.

 

La relación entre ese medio y la conductora se vio fortalecida, además, en un avance importante para la regulación de los medios, los comunicadores y las audiencias, a través de la creación de un Ombudsman de las audiencias de esa estación radiofónica.

 

Si los conductores de otros programas de noticias, incluso con posiciones muy diversas, apoyan y apuestan por la continuidad de ese equipo, estamos hablando de que en la percepción de los medios queda claro que hay un atentado a la libertad, por tanto, que su trabajo peligra más allá de que alguno pudiera pensar que son tapete o molestia para el régimen.

 

Un poco e historia

Recordemos algunos casos emblemáticos de atentados a la palabra escrita y su divulgación: A José Pagés Llergo, en los cincuenta; Manuel Marcué Pardiñas, de la revista Política, y la salida del FCE de Arnaldo Orfila, en los sesenta; el golpe a Excélsior y la salida de Julio Scherer, en los setenta.

 

Como resultado de esos atentados (asunto entre particulares dijeron de muchos de ellos), la sociedad se organizó y creó nuevos proyectos: La revista Siempre!, Siglo XXI Editores, la revista Proceso, el Unomásuno y La Jornada. Los golpes se correspondieron con las condiciones de cada época. ¿Nos organizamos?

 

De pilón…

En los últimos años los noticieros radiofónicos tomaron una gran relevancia y por eso el régimen va contra ellos, no lo duden. ¿Hay más de fondo en el asunto? Sí, nada más recordemos que el ex abogado de MVS es ahora el director de comunicación social de la Presidencia: La venganza es un plato que se come frío.

 

¿Qué tiene que ver Televisa y el discurso de sus comentaristas? ¿Será que el régimen les quitó una posición que era de ellos? ¿El régimen quiere pegarle a MVS, medio identificado con Slim, porque The New York Times, del que es accionista mayoritario, hace comentarios críticos sobre la situación del país? ¿MVS se defiende corriendo al equipo crítico para congraciarse?

 

Saque usted sus conclusiones y veamos si hay necesidad de que ese archipiélago se vuelva un continente, un mundo completo. Eso, señor Chao, es lo importante, nada más y nada menos. De otros atentados hablaremos la próxima semana.

 

Facebook: carlos.anayarosique

Twitter: @anayacar

 

(Obviedades es un ejercicio de reflexión que comparto con mucho gusto no para que estén de acuerdo sino para hacer conciencia de las contradicciones de un régimen… que puede ser cualquier  régimen, no importa el partido, por supuesto)