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Economía y otras cosas

Quizá valga la pena repensar los programas irreductibles que dependen de los excedentes petroleros.

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Escrito en OPINIÓN el

El 2015 puede ser un año especial. Pero se tiene que determinar exactamente para qué cosas lo será y para qué otras no. Mi impresión personal es que el año actual tendrá un enfoque sumamente claro para los temas de la economía y las finanzas internacionales. Creo que es el caso de México y de Estados Unidos, con los beneficios y los problemas que ello acarreará durante los próximos meses.

 

Comenzaremos por decir que la situación en 2014 no fue muy halagadora para ninguna de las naciones y si bien no hubo una crisis de dimensiones mayúsculas, tampoco hubo crecimiento sostenido que permitiera pensar de manera más positiva en términos económicos. En ese sentido, dada la inmensa presión que existe actualmente por recomponer las finanzas, se necesita entonces que el año 2015 esté dedicado a la economía. Veamos.

 

Para México la situación económica no pinta bien, puesto que la caída en los precios del petróleo y la apreciación del dólar frente a otras monedas han traído una mayor presión sobre las finanzas públicas del país. Recientemente el Secretario de Hacienda y Crédito Público ha tenido que hacer el anuncio fatídico: se recortarán para el año actual, cerca de 124 mil millones de pesos (8.2 billones de dólares, en términos de Estados Unidos aproximadamente), cancelando ciertos proyectos prioritarios, como el tren rápido México – Querétaro y el transpeninsular, entre Mérida y Cancún; además de otras cosas importantes. En lo personal pienso que aunque la medida es dura, es lo mejor que se puede hacer para evitar el endeudamiento público. Quizá valga la pena repensar los programas irreductibles que dependen de los excedentes petroleros, y que cuando el precio del crudo se desploma, como ha sucedido actualmente, todo ello se pone en riesgo.

 

No obstante lo anterior, considero que el año 2015 tendría que concentrarse en preparar el relanzamiento económico para ambas naciones. A pesar que en el corto plazo podría complicarse la situación, en realidad la caída en los precios del petróleo no será por demasiado tiempo, y las cosas comenzarán a mejorar paulatinamente. Recientemente se reporta que, para los Estados Unidos, el año actual traerá una enorme creación de empleo, cuyas cifras se antojan optimistas. Simplemente en enero hubo una creación de cerca de 257,000 nuevos puestos de trabajo, de acuerdo con el Departamento del Trabajo. Esta cifra es prácticamente el doble de aquello generado en el año inmediato anterior.

 

Otro dato que se desprende y me parece por demás interesante, es que la creación de puestos de empleo –en esta única ocasión– no generará presiones inflacionarias sobre la economía en el país anglosajón, toda vez que precisamente derivado del desplome de los precios del petróleo, la gasolina bajó de precio y por ende, desactiva el temor sobre la inflación. Además en el mismo reporte del Departamento del Trabajo se menciona que desde la crisis financiera internacional de 2008 y 2009, es la primera vez que se observa en Estados Unidos un crecimiento de dicha magnitud, pues la situación en veces anteriores no había resultado tan positiva como lo es ahora.

 

No obstante lo anterior, me parece que uno de los datos más interesantes será saber si esto podría tener efectos positivos para México de la misma forma. Me temo que en términos macroeconómicos, las variables se mantienen estables y actuarán de forma muy similar a cómo se comportan en Estados Unidos. Pero hay otros riesgos: en México el subsidio a las gasolinas es sumamente elevado, y si el gobierno deja de tener recursos porque los precios del petróleo cayeron, entonces buscarán mantener sus ingresos de algún lado. Si bien esto no quiere decir que habrá aumentos, precisamente para evitar la inflación y la presión sobre los consumidores, tampoco podemos estar seguros de cómo reaccionarán estas variables durante el año.

 

Parece que es un “cliché” dicho de manera reiterada en numerosas ocasiones, pero definitivamente la economía nacional en México está fuertemente anclada a lo que sucede en el vecino país del norte. Pero estoy convencido de una cosa: si dejamos que el año 2015 sea un año dedicado a prepararnos a fondo para recuperarnos económicamente en el mediano plazo, estoy seguro que pronto podríamos salir de este bache. Celebro que se estén tomando medidas realistas y concretas para que esta situación no se salga de control y finalmente México pueda despegar también; a pesar que 2015 es un año electoral en nuestro país, y por tal motivo, las medidas de recorte al gasto y de impuestos jamás serán positivas ni serán bien recibidas por la población.

 

@fedeling