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Dos lecciones de la captura de ‘El Chapo’

Algo sí está cambiando en México en cuanto a la profesionalización de los aparatos de seguridad y justicia.

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Escrito en OPINIÓN el

El debate sobre el significado de la captura de El Chapo Guzmán ha sido opacado por las revelaciones de que Kate del Castillo y Sean Penn se habrían reunido con él, y las reacciones a la captura han variado entre celebración acrílica de una "misión cumplida" y la ufanía del gobierno que lo ve como una ¨misión cumplida" y el cinismo de muchos que dicen que sólo tuvieron que capturarlo porque en primer lugar se escapó.

 

En medio de este revuelo de historias y emociones, hay algunas lecciones que valen la pena sacar de lo que pasó en esta serie de eventos. Destaco dos, aunque seguramente hay muchas más.

 

En primer lugar, el lastre de la corrupción sigue profundamente imbricado en las estructuras de seguridad, por eso El Chapo pudo escaparse de la cárcel por un túnel arquitectónicamente perfecto, con una moto y aire acondicionado. No hay duda de que siguen existiendo esquemas de corrupción profundamente arraigados en los aparatos de justicia, a pesar de esfuerzos de profesionalización. Y el arresto del ex gobernador, Humberto Moreira, en España también nos recuerda que la corrupción empieza arriba en las estructuras políticas y aún faltan esfuerzos por enfrentar esto de frente.

 

Sin embargo, la captura de El Chapo también nos muestra que la corrupción no siempre gana y que la profesionalización de los cuerpos de seguridad a veces sí rinde frutos. Una segunda lección que es igual de importante: La Marina logró rastrear y casi arrestar a El Chapo Guzmán gracias al uso de inteligencia y una campaña sin piedad contra sus estructuras de apoyo, y su captura vino, a final de cuentas, a las manos de policías, quienes lo agarraron por robar una auto con su guardaespaldas.

 

Funcionó el C4, el comando integrado de los diferentes niveles de policía en Los Mochis (y que ya existe en gran parte del país), reportando el robo del auto, y la Policía Federal detuvo al carro por el robo, si se pueden creer los reportajes disponibles en los medios. Y una vez que descubrieron que el detenido era el criminal más buscado en México, si no el mundo, los oficiales de Policía no cedieron ni a chantajes ni a la compra ni a amenazas de parte de El Chapo, y lo entregaron a los soldados de la Marina. Dudo mucho que esto podría haber pasado hace cinco o diez años.

 

Estos sucesos nos sugieren que algo sí está cambiando en México en cuanto a la profesionalización de los aparatos de seguridad y justicia, pero que todavía hay mucho camino que recorrer. La corrupción sigue presente y profundamente arraigada, pero tampoco permea todo ni es el único futuro posible.

 

@SeleeAndrew