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Dos caras de la misma moneda

Trump y Sanders apelan al mismo tipo de votantes. Sus propuestas son radicales, mesiánicas.

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Escrito en OPINIÓN el

 

Los votantes potenciales que harán lo propio el próximo noviembre por uno de los inefables personajes de la política estadounidense, no son sacados de un cuento de ciencia ficción. Me refiero a que todos aquellos que potencialmente podrían votar por Donald Trump vienen de algún lado. Pero antes de eso, quiero comentar que desde mi óptica personal, Trump será el candidato republicano (ya tiene los más de 1,237 delegados en la "bolsa") y creo que tiene altas probabilidades de ganar la Casa Blanca.

 

Mientras tanto en el Partido Demócrata, Hillary Clinton batalla para alzarse con la candidatura frente a Bernie Sanders. Recientemente ha perdido ciertos estados clave, pero sobre todo el problema que tiene frente a la justicia por haber utilizado servidores de correo electrónico privados en comunicaciones oficiales la pondrán al borde de enfrentar un proceso penal que puede descarrilar sus aspiraciones presidenciales. En sus investigaciones, el Departamento de Estado ha declarado que la ex Secretaria violó las normas al utilizar dichos servidores, y por ende, ahora dependerá si la justicia decide indiciarla. Como dice la canción - por eso y muchas cosas más - la Señora Clinton va en declive. Si finalmente consiguiera hacerse con la nominación demócrata, tendría menos posibilidades de derrotar a Trump, pues sus negativos han aumentado entre el electorado general.

 

Pero vayamos un poco más lejos: en encuestas recientes, Hillary Clinton no logra vencer en la elección de noviembre a Trump; contrario a Bernie Sanders quien tendría más oportunidades de ganarle al magnate. Después de muchos meses de diatribas y de malos tratos, Trump sigue subiendo y al parecer, él único que podría detenerlo y prevenir que obtenga la "Oficina Oval" sería Sanders. Esta es una revelación importante, pues todos hemos pensado que Clinton sería la persona idónea para competir, pero quizá esto ya no sea una verdad. Lo que nos queda entonces es entender porqué la gente prefiere a Trump y porqué Sanders - y no Hillary - sería el candidato fuerte que se le oponga.

 

La razón es muy simple: Trump y Sanders, ambos, apelan al mismo tipo de votantes. Sus propuestas son radicales, mesiánicas, dicen lo que la gente quiere escuchar y proponen acciones que son inviables. Las personas que apoyan a Trump y Sanders son regularmente de clase media y clase media-baja que tienen uno o dos empleos para pagar la hipoteca de su casa y que no han tenido acceso a oportunidades educativas de alto nivel. Además, suelen ser gente poco educada (en términos de contar con grado académico) y que gustan de soluciones simples. Son personas que prefieren las soluciones radicales a problemas comunes, porque ya están hartos de las promesas de campaña de toda la vida y han visto que las respuestas no llegan. Trump culpa a los mexicanos, a los inmigrantes, a los musulmanes. Sanders culpa a las corporaciones, a Wall Street y a la codicia empresarial y al régimen de privilegios. Ambos creen que si destruyen el status quo de las cosas, todo cambiará para bien. No toman en cuenta a otras variables y proponen soluciones autoritarias y disparatadas. La diferencia es que uno es de derecha y el otro de izquierda. Pero en realidad son dos caras de la misma moneda.

 

La verdad es que en esta ocasión, la elección será entre los menos malos. No sabemos qué va a suceder, pero creo que ante cualquier escenario, México debería estar preparándose para lo que venga. No sé si lo esté. Lo que sí podemos decir es, a menos que el actual vicepresidente Joe Biden decida participar en la contienda y se lleve la nominación demócrata, no creo que se pueda modificar el escenario. La hipótesis en este sentido es guardar algunas fichas por si aquella que constituye su apuesta primordial resulta fallida. Biden puede representar esta oportunidad. En mi opinión personal, si el Partido Demócrata y sus seguidores quieren continuar en la Casa Blanca otros cuatro años al menos, tendrían que nombrar a Joe Biden como su abanderado.

 

Pero como decía antes, lo más importante no es qué van a hacer los electores en Estados Unidos, sino que vamos a hacer los mexicanos. Urge tener respuestas claras y líneas de acción concretas, porque de otro modo, Trump o Sanders podrían volver a darnos una sorpresa, como ya pasó.

 

@fedeling 

@OpinionLSR