No es ninguna novedad que, con la derrota de Hillary Clinton –en las presidenciales de Estados Unidos–, la señora Margarita Zavala sufrió un importante revés a sus aspiraciones presidenciales para 2018.
Y es que, como todos saben, “Margarita” es la más aventajada de los aspirantes presidenciales mexicanos, de todos los partidos. Por tanto, una eventual victoria de la primera presidenta en Estados Unidos se habría convertido en un “poderoso impulso” a la mujer que, en México, encabeza las encuestas.
Sin embargo, la señora Zavala no contará con ese respaldo –que en Estados Unidos se haya elegido a la primera mujer presidenta–, a pesar de que se mantiene como puntera en las encuestas.
Y si bien el resultado electoral de las presidenciales norteamericanas no favoreció a la señora Zavala, en los hechos hubo un importante ganador.
Y no, no nos referimos a la victoria de Donald Trump. No, en realidad hablamos del triunfo del segundo precandidato presidencial mexicano en las encuestas. Nos referimos al señor Andrés Manuel López Obrador.
En efecto, con la victoria inesperada de Donald Trump, con el triunfo del populismo en Estados Unidos, el impulso principal es para López Obrador.
¿Por qué?
Porque existe un paralelismo innegable entre el populismo, el radicalismo, la postura anti sistémica y los eventos antigubernamentales, de los señores Trump y López Obrador.
Dicho de otro modo, que Andrés Manuel López Obrador es, en los hechos, el equivalente en México a Donald Trump en Estados Unidos.
Por eso, ante la victoria de Donald Trump en las urnas, resulta favorecida la candidatura presidencial de López Obrador, quien, sin embargo, empieza a plantear la aspiración presidencial precisamente en dirección opuesta a la de Trump.
Es decir que, a pesar de que AMLO es el más favorecido con la victoria de Trump, por el parentesco ideológico y populista de ambos, resulta que Obrador hace todo por aparecer como distante al presidente electo norteamericano.
El mejor ejemplo han sido las declaraciones del tabasqueño luego de la victoria de Trump.
Dijo, por ejemplo, que la victoria de Trump no significaba ningún riesgo. En ese caso el mensaje va en sentido contrario, es decir, que López Obrador les dice a los electores mexicanos que una eventual victoria de él en las urnas no significaría ningún riesgo.
¿Es creíble esa postura de AMLO?
Al tiempo.