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¡Descendió la violencia! ¿Será?

La única medicina contra el sufrimiento, la delincuencia, y todos los demás males de la humanidad, es la educación: Thomas Henry Huxley.

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Escrito en OPINIÓN el

En la coyuntura actual, donde siguen presentes los violentos hechos de Ayotzinapa en la discusión pública, seguramente nadie creería que la violencia en México se encuentra a la baja. El especialista Eduardo Guerrero Gutiérrez presentó recientemente un estudio que revela que en el último lustro, el 2011 fue el año con el mayor número de ejecuciones y el 2014 registró el menor índice de homicidios vinculados al crimen organizado, además de una baja en delitos de alto impacto como el secuestro, la extorsión y los delitos sexuales.

 

“En 2014 se registraron 8  mil cuatro homicidios vinculados con el crimen organizado en el país, 3 mil 265 menos que en 2013. Esta es la cifra de ejecuciones más baja desde 2009 y prácticamente la mitad del registro de 2011, cuando la violencia alcanzó su punto máximo”, señala Guerrero Gutiérrez en su reciente artículo publicado en la Revista Nexos.

 

La misma publicación revela en una gráfica que en 2007 las ejecuciones en el país fueron 2 mil 800; en el 2008, fueron 6 mil 800; en el 2009, 9 mil 600, en el 2010, 15 mil 260; en el 2011 (que fue el año más violento) se llegó a casi 15 mil 800 ejecuciones, y a partir de ahí empiezan a descender las cifras hasta llegar a las 8 mil registradas en el 2014.

 

Otros datos consignan que mientras en 2007 se registraban 8 homicidios por cada 100 mil habitantes, en 2011 se llegó a 23 por igual número de habitantes. Esto quiere decir que en 2007 hubo en México 9 mil asesinatos y en 2011 la cifra se triplicó.

 

Según el estudio “¿Cómo es la vida?” de la OCDE, presentado en el 2010, en México se registraban 25 ejecuciones por cada 100 mil habitantes y en Brasil 19, mientras que Rusia, Estonia y Estados Unidos, el registro era de sólo 5.

 

Guerrero Gutiérrez, especialista en temas de seguridad y ex asesor de diversas oficinas de gobierno, a través de su agencia Latia Consultores, con base en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), ofrece datos que revelan en el país se ha registrado una tendencia descendente desde hace cuatro años.

 

Al desglosar los datos a nivel estatal, comparando el 2013 con el 2014, sólo cinco entidades registraron incrementos en el número de ejecuciones (Baja California Sur, Coahuila, Guanajuato, Tamaulipas y Tlaxcala), un estado se mantuvo con la misma cifra (Campeche) y otros cinco estados registraron destacados avances: Zacatecas pasó de 310 ejecuciones en 2013 a 76 registradas en 2014, de la misma manera Nuevo León pasó de 600 a 172, Jalisco de 927 a 416; Sinaloa 1100 a 640; Chihuahua de 1210 a 724. Por primera vez desde 2007, en 2014 ningún estado registró más de mil ejecuciones en un año.

 

Sin duda, las cifras que aseguran que vamos a la baja son alentadoras, no obstante, sin echar las campanas al vuelo, hay que reconocer que sí hay avances. Sin embargo, todavía son muchos los homicidios y sobre todo los secuestros no reportados, las fosas clandestinas encontradas en Guerrero son prueba clara de lo afirmado.

 

Por eso, vale insistir en que el éxito del combate a la inseguridad está directamente vinculado con la atención a los jóvenes.

 

Es urgente ofrecer espacios educativos y empleo a esos cientos de miles de jóvenes que deambulan en las periferias de las grandes ciudades sin destino sin proyecto sin trabajo sin esperanza de futuro.

 

Por qué no pensar en un gran acuerdo entre la Secretaría de Educación Pública, los maestros jubilados, las escuelas de educación media superior, las universidades, los tecnológicos, todas las instituciones de educación superior y por supuesto los padres de familia para incrementar, mínimo en un 30% en este 2015, la inscripción y el acceso de estos jóvenes al algún espacio educativo.

 

No olvidemos que las cifras demuestran con claridad que a mayor educación menor vínculo con el crimen y la delincuencia.

 

Y si usted, lectora, lector querido, no tienen inconveniente, muchas gracias por sus amables comentarios y aportaciones, nos leemos el próximo jueves.

 

Facebook: Pedro de Leon Mojarro

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