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Derechos Humanos cómplices y aliados de El Chapo

Varios son los criminales que evaden la acción de la justicia con argumento en el respeto a los derechos humanos.

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Escrito en OPINIÓN el

Es políticamente incorrecto, decir que los derechos humanos en México están al servicio de los delincuentes.

 

El debido proceso, que no es más que respetar los procedimientos legales y los derechos humanos de los delincuentes, ha sido motivo de controversia y en muchos casos, causa para liberar a criminales y secuestradores.

 

En el caso de los grupos que vandalizan, que prenden fuego a policías, que destruyen por consigna ya existe incluso un protocolo perverso según el cual no son tocados por la justicia a causa de la supuesta violación a sus derechos humanos. 

 

Incluso son públicos los casos de abogados que amparan a sus clientes en alegatos de violación de derechos humanos y con ello consiguen el favor de la justicia.

 

Aquí no pretendemos desvirtuar la importancia del respeto a los derechos humanos de todos; sean o no infractores; sean o no presuntos delincuentes.

 

Sin embargo, también es cierto que no pocos criminales y delincuentes se esconden o se evaden de la acción de la justicia en los dobleces poco claros del respeto a los derechos humanos.

 

Más aún hoy en México se puede cometer casi cualquier delito y basta gritar que hubo violación a los derechos humanos para que el presunto delincuente pase a convertirse en víctima y la autoridad en victimario.

 

Más aún el “ariete” de los derechos humanos es que son una herramienta política que destruye, inhibe y hasta somete a gobiernos y gobernantes. En apego de los derechos humanos, por ejemplo, vemos gobernantes timoratos y temerosos que prefieren brindar impunidad que aplicar la justicia. No sea que algún preocupado por los derechos humanos lo acuse de gobernante represor.

 

Y el caso emblema es el de El Chapo Guzmán, quien el pasado fin de semana se fugó  del “Penal de Máxima Seguridad del Altiplano” gracias a que en respeto a sus derechos humanos las cámaras de vigilancia en su celda no pudieron captar el momento en que se perforó bajo su regadera un túnel por el que escapó.

 

Sin duda, que El Chapo Guzmán y que el peor delincuente, preso o no tiene derecho a la garantía de sus derechos humanos. Sin duda que merece respeto a su intimidad.

 

Sin embargo, la sociedad también reclama garantías y respeto a la estricta aplicación de la justicia contra un delincuente como El Chapo.

 

¿A qué nos referimos?

 

Elemental. La fuga de El Chapo fue posible gracias a los dos espacios ciegos en su celda. Es decir, que cuando El Chapo se bañaba o practicaba sus necesidades fisiológicas las cámaras no alcanzaban el espacio de la regadera y del mueble de baño.

 

Sin embargo, El Chapo no se bañaba todo el tiempo ni estaba en la taza de baño todo el tiempo.

 

Y aquí es donde viene la pregunta fundamental frente a esa realidad.

 

¿Por qué los derechos humanos no permiten que las cámaras estén activas en los dos espacios ciegos cuando no son ocupados?

 

Parece un detalle menor, una minucia. Incluso se puede prestar al chacoteo.

 

Sin embargo, si la restricción de derechos humanos sobre el espacio vital de El Chapo, en la prisión de alta seguridad, se aplica con un mínimo de sentido común y de responsabilidad legal, no habría ocurrido la fuga.

 

O por lo menos las cámaras habrían captado el momento en que bajo tierra rompieron el concreto del piso que conduce a la celda de El Chapo.

 

Por eso es políticamente correcto decir que los derechos humanos son aliados de criminales como en este caso con El Chapo, ¿o no?

 

Al tiempo.

 

@RicardoAlemanMx