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Delincuencia electoral

Hay un hartazgo en México donde no se logra recuperar la paz y la seguridad para los mexicanos.

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Escrito en OPINIÓN el

Nadie duda, a estas alturas, que los comicios del último domingo estuvieron plagados de vicios, corruptelas, manipulación grosera, mapachismo, fraude y es una clara advertencia de lo que viviremos en el 2018 en el marco de un clima de hartazgo social. La democracia se fue, en pocas palabras, a la alcantarilla.

 

La voluntad popular se vio defraudada por grupos políticos que únicamente les interesa el pastel del poder sin importarles que el país cada vez se vaya al hoyo. El ruido de las calles, las protestas sociales y las críticas al gobierno parecieran no interesar a este.

 

El reparto indiscriminado de dinero, despensas, cobertores, cemento, y otras baratijas revela que los partidos no han cambiado nada. Viejas prácticas priístas fueron denunciadas, pero el dirigente nacional del tricolor Manlio Fabio Beltrones se hace el sordo, el ciego, el mudo. Para él, este país está en paz, hay gobernabilidad y quienes los criticas no evalúan bien los aciertos de Enrique Peña Nieto. Vive, desde luego, en otra realidad.

 

Este fue un lodazal. Elecciones sucias con resultados manipulados para cortarle las alas a Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador quien desde hace muchos meses ha venido alertando de todo el juego sucio.

 

Las otroras prácticas priístas salieron a relucir: compra de votos, acarreos, carrusel, represión, coacción. La delincuencia electoral en su máximo esplendor. John M. Ackerman denunció que en la Ciudad de México, miles de taxis y microbuses, regulares e irregulares, se movilizaron para participar en la actividad delincuencial de llevar y traer votantes a las casillas al servicio del Partido de la Revolución Democrática (PRD). En todo el país, se pedía a los votantes que enviaran fotos digitales de sus votos tomados con el celular para poder cobrar su recompensa. También hubo múltiples denuncias de boletas electorales apócrifas, perdidas y robadas.

 

Investigador asociado "C" de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Ackerman recordó que el artículo 7 de la Ley General en Materia de Delitos Electorales castiga con hasta tres años de cárcel a quien organice la reunión o el transporte de votantes el día de la jornada electoral, con la finalidad de influir en el sentido del voto.

 

También impone la misma sanción a quien solicite votos por paga, promesa de dinero u otra contraprestación o solicite u ordene evidencia del sentido de su voto.

 

Quedó claro (en este proceso electoral) que PRI, PAN y PRD se han convertido en unos grupos más del crimen organizado. En lugar de convencer a los ciudadanos por medio de propuestas, la principal función de estos partidos caducos es organizar la comisión de delitos el día de las elecciones.

 

La meta trazada por el presidente Enrique Peña Nieto de lograr un México en paz, con mayor inclusión social, educación de calidad, prosperidad, reforma energética y responsabilidad global a estas alturas está difícil que cuaje.

 

 Se están yendo a la alcantarilla las estrategias, objetivos, líneas de acción e indicadores de desempeño del Ejecutivo Federal, para avanzar en el cumplimiento de cada una de estas grandes metas nacionales. Lo acontecido el último domingo prueba que el priísmo no quiere soltar la ubre presupuestal, en tanto crecen las protestas y el rechazo es generalizado contra las reformas impulsadas en telecomunicaciones,  educativa y energética, entre otras.

 

En México no se ha democratizado la productividad lo que impide que hayan oportunidades de desarrollo para todas las regiones, sectores económicos y grupos de la población. Tampoco ha logrado el actual gobierno ejercer un gobierno cercano y moderno, para responder con sensibilidad, oportunidad y eficacia a las demandas y necesidades de los mexicanos.

 

Hay un hartazgo en México donde no se logra recuperar la paz y la seguridad para los mexicanos. La tarea es difícil por la infiltración del narcotráfico en las corporaciones policiales y mandos militares. Por ello todo esfuerzo que realice el Ejecutivo tendrá que ser hilado finamente para evitar que se desborde  la violencia, que se ha asentado en varias regiones del norte mexicano. Con triquiñuelas y fraude no logrará nada.

 

Mientras no se respeten los principios democráticos y no se resuelvan una serie de problemas de fondo difícilmente se podrá hacer un uso eficiente, transparente y eficaz de los recursos públicos.

 

El 2018 será la prueba de fuego para el actual sistema político. Los mexicanos, estoy seguro, le pasarán la factura a una clase política que ya está caduca y que insiste en las viejas prácticas caciquiles.

 

joseluiscastillejos@gmail.com

@JLCastillejos

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