El fin de semana pasado se dio una de las noticias más esperadas en México: arrestaron en Guatemala a Javier Duarte, el enemigo público número uno del país.
Hemos oído muchas opiniones, hemos visto las listas de indignantes corruptelas que hasta vidas involucraron y también, vimos al mismo Javier Duarte decir que nunca escaparía porque estaba limpio, pero más allá de hablar de la corrupción o de las razones por las que debe estar encerrado hay muchos problemas colaterales en la detención.
- En primer lugar, al haber entrado de forma ilegal a Guatemala y al haberse registrado en donde se quedaba con una identidad falsa la captura de Duarte tuvo que haber devenido una deportación no en una extradición. La diferencia es que la deportación es inmediata (máximo en 10 días) y la extradición es un proceso legal que puede llevar más de medio año. Aquí hay que resaltar que el gobierno de Guatemala empezó los trámites de deportación, pero por alguna misteriosa razón, el gobierno de México optó por la extradición.
- En segundo lugar, también el gobierno de Guatemala declaró que sabían desde hacía meses de su paradero pero que la PGR no había pedido que se le arrestara. Esto evidencia que el gobierno de Peña Nieto no lo estaba ni siquiera buscando.
- En tercer lugar, el tema de la esposa de Duarte, Karime Macías. Según Omar Hamid García Harfuch, jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República, no existe investigación ni nada que la vincule… ¿cómo? Si hay pruebas de gastos por más 5 millones de pesos en un solo fin de semana de “shopping” en Estados Unidos… al hijo de Padres lo tienen encarcelado por depósitos que no llegan a los 100 mil pesos que le hizo su papá para pagar las colegiaturas… Evidencia mayor de que la PGR está politizada no puede haber, mientras en un caso buscan venganza en otro o pactaron la libertad de Karime Macías a cambio de algo (podría ser que Duarte no declare sus “donativos” a la campaña de Peña Nieto) o bien simplemente están intentando aparentar que hacen su trabajo pero es evidente que no.
- En cuarto lugar, el video de López Obrador diciendo que van a atacarlo y vincularlo con Duarte… ¿es en serio? A ese señor nadie le preguntó su opinión al respecto, no recuerdo haber visto videos de AMLO desvinculándose de César Duarte, de Yarrington, del Chapo o de Elba Esther… creo que su video es prueba de que está vinculado a Javier Duarte… bueno, el video es prueba, pero también la campaña del año pasado en Veracruz en donde Morena guardó silencio sobre Duarte y desde luego, el nuevo sentido de “perdón” a los corruptos que tiene AMLO en su discurso.
- Quinto lugar, oír al presidente del PRI decir que a Duarte lo corrieron del PRI desde 2016 ni exime al PRI ni puede considerarse una respuesta válida. Fue el PRI quien lo llevó a la gubernatura y fue el PRI el que lo respaldó los 6 años que fue gobernador. Es más, desde que corrieron a Duarte del PRI no se ha robado nada, sólo ha escapado y ha estado desaparecido. Fue un priista el que saqueó Veracruz y el PRI no puede lavarse las manos diciendo que lo corrieron el año pasado. Corrieron a un prófugo, pero protegieron y respaldaron a un ladrón asesino.
- Sexto Lugar, que Peña Nieto diga que las capturas de Yarrington y Duarte son prueba de que México no tolerará más impunidad… ¿es en serio?... a Yarrington lo arrestó la policía italiana por una petición de Estados Unidos (México o la PGR no figuran en la documentación) y el caso de Duarte fue en Guatemala y están viendo cuándo lo extraditan… las detenciones de los exgobernadores no son prueba de la lucha contra la corrupción de México o del gobierno de Peña; son prueba de que hay otros países en donde sí combaten la impunidad a pesar de que el gobierno mexicano haga lo posible por proteger la impunidad de sus corruptos (la mejor prueba de ello es la forma en que se movilizó todo el gobierno para liberar a otro corrupto de abolengo que fue arrestado en el extranjero, Humberto Moreira).
La corrupción en Veracruz pasó cualquier límite o cualquier tolerancia posible. Fue la corrupción que cuesta vidas y acaba con familias y oportunidades. Esperemos que el PRI entienda que sus “controles de calidad” no deben ser para prófugos sino para candidatos, funcionarios públicos, legisladores, alcaldes y gobernadores. No queremos ver cómo expulsan de su partido a los que ya están o deben estar en la cárcel, a esas alturas ya no sirve de nada.