Main logo

Cine Cuestionado

El cine es exploración y cuando uno expande los límites de lo que conoce puede terminar en terrenos que no son totalmente de nuestro agrado.

Por
Escrito en OPINIÓN el

El cine y sus historias pueden ser fuente inagotable de reflexiones pero por desgracia, casi invariablemente recurrimos a un catálogo bastante conocido y típico de temas: quién es el galán o belleza de turno, qué estrenos habrá esta semana o mes, qué bodrio vimos en nuestra última visita a las salas de proyecciones.

 

En pocas ocasiones abordamos los aspectos más duros y extremos del cine o sobre los límites que el cine, puede o debe tener de acuerdo con lo que consideramos normal o correcto, pero como arte, el cine explora y a veces se encuentra con páramos inquietantes  donde podemos encontrar también, el reflejo de nuestra sociedad.

 

Por supuesto que no hablaré aquí de cintas comerciales de alto contenido pornográfico tipo gonzo como se pueden encontrar en mil y un sitios de internet o que pretenden ser snuff como fue la famosa Holocausto Caníbal (Deodato,1979), más bien de aquellas películas que han parado de punta los vellos de la nuca por diferentes razones y han sido consideradas al mismo tiempo obras maestras de sus directores por unos y piezas dignas de ser retiradas de exhibición o abiertamente censuradas “por el bien público”. Tampoco debatiremos la pertinencia de las opciones control-libertad irrestricta, eso es material para un espacio mayor y diferente.

 

Una de esas películas  que logró ambos aspectos con creces fue Natural Born Killers (Stone, 1994), una película que a pesar del diseño de producción y fotografía alucinante y fársico, de las tomas evidentemente falsas y hechas con animaciones y mil y un detalles más, sacudió a todos los que la vimos en la pantalla grande de tal forma que salíamos en shock y fascinados de la sala.

 

Y es que el verdadero horror no era la cantidad y brutalidad de los asesinatos cometidos por Mikey y Mallory Knox, la pareja de asesinos psicópatas y seriales encarnada por unos maravillosos Woody Harrelson y Juliette Lewiss, sino la glorificación que a través del circo mediático lograron, al punto de convertirse en los rock stars de los asesinos en serie.

Los verdaderos monstruos en esta historia están entre los llamados cuerdos, los asesinos “solo actúan como lo que son”.

 

 

 

Otro excelente ejemplo de cine que toca los límites de lo que para muchos es el buen gusto lo constituye Salò o le 120 giornate di Sodoma (Passolini, 1975). Aquí somos testigos de cómo un grupo de adolescentes son torturados y abusados por fascistas libertinos y algo aficionados a las filias, ya sea coprofilia, sadismo o torturas físicas como marcar a una persona con un hierro candente, al estilo del ganado de cualquier rancho.

 

Lo que a la distancia parece increíble no es la reacción asustada de una sociedad italiana, sino que el famoso y renombrado director haya recibido amenazas por que en su película… mostraba a fascistas y eso no le gustó a la derecha italiana, a pesar de que el guión solo es una adaptación del famoso libro del marqués de Sade. Sin comentarios.

 

 

 

La siguiente fue una película que en su momento dijeron que era obra del demonio mismo, a pesar de que la trama contaba el combate en su contra emprendido por un sacerdote católico. Por supuesto que hablamos de The Exorcist (Friedkin, 1973), película que mucha gente no soporto ver y que provocaba accesos de llanto histérico entre muchos de sus asistentes, o al menos eso dicen las leyendas urbanas.

 

Aquí lo que privó fue la mojigatería de la sociedad setentera que pedía que se retirara la película debido a que mostraba los conflictos emocionales y personales de un padre obligado por la circunstancias a realizar un exorcismo a una niña y que termina perdiendo su batalla contra el demonio a pesar de tener “el poder de Dios” de su lado.

 

La siguiente pieza es una favorita personal y que en muchos sentidos ha sido un pilar en los cursos de análisis de medios que he dado durante algunos años, me refiero a L'amant (Annaud, 1992). La película, basada de una forma más o menos fiel a la novela homónima de Marguerite Duras, nos relata el amor imposible entre una jovencita francesa y un rico chino en la colonia de Indochina a pesar de lo cual, ambos dan rienda suelta a sus pasiones y sexualidad en encuentros clandestinos.

 

Uno podría pensar que una sociedad europea y liberal como supuestamente es la francesa no tendría muchos problemas con la trama o los desnudos “interraciales”. Sin embargo el director tuvo que dar muchas explicaciones a la opinión pública de su país por los supuestos encuentros sexuales reales, la edad imaginaria supuesta de la protagonista y hasta por mostrar relaciones que no son apropiadas por su marco cultural (racismo disfrazado).

 

 

 

Ya sé qué estará pensando, querido lector.

Todas esas películas son de hace quince años por lo menos y las cosas han cambiado mucho desde entonces.

 

Si tal afirmación fuera correcta entonces el shock y reacciones ante la última realización de Lars Von Trier: Nymphomaniac: Vol. I y Vol. II (2013). Y es que a mucha gente esta película le pareció demasiado reveladora, de un mal gusto exagerado, pornográfica y sin sentido.

 

Personalmente creo que aunque la versión sin censura tiene una gran cantidad de tomas explícitas pero que no son gratuitas, es muy interesante cómo ese contexto sirve para explorar la evolución de la protagonista, es cruenta pero elegante y muy impactante sin duda.

 

 

 

Como dije al inicio, el cine es exploración. Y cuando uno expande los límites de lo que conoce puede terminar en terrenos que no son totalmente de nuestro agrado, entonces encontramos en la pantalla de plata un historia que sirve para mostrar el monstruo mediático que hemos creado (Natural Born Killers), los prejuicios raciales que conservamos (L´amant), nuestra incapacidad de lograr aceptar que el mal y el bien son dos camisas que el universo usa sin que nosotros podamos hacer nada al respecto ( The Exorcist) o que el sexo y sus manifestaciones extremas son “anormales”. El cine es cuestionado constantemente porque es una pregunta, un cuestionamiento a lo que creemos ser y nos obliga a mirarnos como realmente somos, es el cuestionador cuestionado.

 

Final cut

Me gustaría saber cuáles son sus películas prohibidas personales, escribe a mi twitter y comentemos las razones.

Twitter: @HigueraB