Internet tiene un pasado profundo, un presente vertiginoso y un futuro incierto: Ariel Vercelli.
Ante la interrogante de si es necesario regular el internet y las redes sociales, la respuesta sin lugar a dudas, es siempre afirmativa. El debate entonces debería ayudar a responder las siguientes interrogantes: ¿Qué se debe regular en internet? ¿Cómo se debe regular? ¿Quiénes deben participar en el proceso? ¿Cómo evitar que en el proceso de regulación se transgreda el derecho fundamental de libertad de expresión?
Al respecto el doctorAriel Vercelli, autor del ensayo: Repensando las regulaciones de Internet 2015, advierte que ha llegado el momento de repensar la regulación no solo para evitar la comisión de algunos delitos, sino también para mejorar y aprovechar las tecnologías digitales en la construcción de sociedades más justas, incluyentes y democráticas. http://bit.ly/1NQtPLL
La polémica que se generó a partir de la iniciativa de la Ley Federal para Prevenir y Sancionar los Delitos Informáticos presentada por el senador Omar Fayad Meneses, es sin duda una gran lección. Pero no solamente para el legislador que se atrevió a poner en la mesa del debate nacional un tema de gran relevancia, también para quienes la cuestionaron con dureza. Porque criticar sin proponer es sólo activismo sin sentido.
Después de leer y escuchar con atención los comentarios y cuestionamientos al respecto de su iniciativa, el senador Omar Fayad, con quien he colaborado en diversas responsabilidades, además de mantener una amistad, decidió bajar su iniciativa, porque como decía el filósofo alemán Immanuel Kant: “El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca”. El legislador demostró entonces que cuenta con las cualidades básicas de un buen político: escuchar las opiniones, calcular los pasos y sus consecuencias, establecer acuerdos, entre otras.
No obstante, esto no significa que el legislador simplemente desista y se olvide de sus preocupaciones, mismas que seguramente compartimos gran parte de los 54 millones de mexicanos que contamos con acceso a internet. Ya que como él mismo advierte, existen personas en México que usan internet para la ejecución de numerosas conductas que deberían ser tipificados como delitos, como el acoso sexual, la suplantación de identidad y los robos electrónicos.
Para que nos demos una idea de la gravedad de la problemática, es conveniente mencionar que tan sólo en 2013, el costo de los delitos informáticos ascendió a 113 mil millones de dólares en América Latina y el Caribe, según estimaciones reveladas en el análisis: Tendencias de Ciberseguridad en América Latina y El Caribe.
En el reporte se detalla que los países latinoamericanos más afectados por el crimen en internet durante 2013 fueron: Brasil, con un impacto económico de 8000 millones de dólares; México, con alrededor de 3000 millones, y Colombia, que alcanzó pérdidas por 464 millones. Asimismo se prevé que la incidencia podría mantenerse a la alza durante los próximos años. http://symc.ly/1jIixIp
A partir de estas cifras la Organización de los Estados Americanos (OEA), calificó el 2013 como: “El año de la Gran Violación de la Seguridad Cibernética”, al registrar más de 253 violaciones de seguridad, 62% más que en 2012. Pues con sólo ocho de estas violaciones de datos quedó expuesta la información sensible de 10 millones de personas.
Ante este panorama y futuro incierto resultaría ocioso negar que las nuevas tecnologías de información impliquen grandes desafíos jurídicos ante las amenazas latentes. Después de analizar estas cifras y entender cuál es el daño que pueden alcanzar, se puede reconocer la imperiosa necesidad de establecer algún tipo de regulación.
Estamos entonces en la etapa del debate y la propuesta constructiva. Como ciudadanos responsables, además de cuestionar también tenemos la responsabilidad de informarnos, deintercambiar ideas y resolver inquietudes, como bien expresó el senador Fayad: “podemos construir una iniciativa que responda al problema que vivimos”. Recordemos que el crimen aguarda cualquier oportunidad para actuar.
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