Main logo

Chiapas: Morena contra el Verde

A la intervención del gobierno, la compra de voto y el derroche se sumó la violencia.

Por
Escrito en OPINIÓN el

La pasada elección en Chiapas es la más sucia en la historia del estado. En ella intervinieron de manera abierta los tres niveles de gobierno para manipular la voluntad popular mediante el uso de programas sociales como la entrega de fertilizantes, despensas, apoyos a madres solteras y adultos mayores, así como de los programas Prospera y Piso Firme Nos Une.

 

Incluso, el gobernador, Manuel Velasco, promovió un acuerdo entre partidos para que se pudiera violar la ley que exige paridad de género en las candidaturas y que nadie impugnara esta conducta sancionada por la ley electoral. Morena denunció y logró que el tribunal ordenara a los partidos corregir pero todo fue una simulación ya que los candidatos hombres pusieron en su lugar a novias y familiares.

 

También en Chiapas vimos cómo inicia la era del fraude electoral de los mexicanos en el exterior ya que la oposición tiene pruebas que demuestran que quienes se registraron en esta modalidad no son chiapanecos residentes en el exterior sino que viven en el propio estado. Esta irregularidad dio como resultado una copiosa votación para el partido del gobernador que rebasó los 3 mil votos y también una muy buena cantidad de sufragios para el partido Mover a Chiapas, liderado por la madre del gobernador, que logró cerca de 3 mil votos, mientras que Morena obtuvo 14 sufragios y Movimiento Ciudadano uno solo. El resto de los partidos tuvo cero.

 

El proceso electoral en esta entidad también estuvo marcado por el derroche y los elevados topes de campaña. Por ejemplo, municipios como Tuxtla Gutiérrez o Tapachula tuvieron topes de campaña más elevados que los asignados para las contiendas por las gubernaturas de Campeche o Baja California Sur.

 

A la intervención del gobierno, la compra de voto y el derroche se sumó la violencia presente en municipios como Chilón, Amatenango de la Frontera, Bejucal de Ocampo y Chanal en donde la papelería electoral fue quemada. Mientras que en Nicolás Ruiz y Belisario Domínguez no hubo elecciones.

 

Por otra parte, las instalaciones del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) fueron incendiadas en Benemérito de las Américas, Marqués de Comillas, Ocosingo, Salto del Agua, Siltepec, Chanal, Ocotepec y Villacorzo; y fueron tomadas en Amatenango del Valle, Venustiano Carranza, Sitalá, San Fernando, Chenalhó, Larráinzar, Villaflores y Pantelhó. En Mitontic militantes del PRI secuestraron a la presidenta y a la secretaria técnica del Consejo Municipal del IEPC.

 

A pesar del cúmulo de violaciones a la ley y agravios a la ciudadanía, Morena pudo colocarse como la principal fuerza opositora en la entidad, ya que pudo capitalizar el voto independiente. Asimismo, el partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador fue el que en promedio gastó menos por cada voto recibido.

 

Esta nueva fuerza política logró el triunfo en Chicoasén, mismo que ya está reconocido por el órgano electoral y está defendiendo ante las autoridades sus victorias en Tapachula, Ixtapa, Huehuetán y San Cristóbal de las Casas. Lo anterior, no es poca cosa para una fuerza política joven que enfrentó a toda la fuerza y el dinero del gobierno.

 

Las elecciones en Chiapas dejan a la luz principalmente dos cosas, por un lado, el uso del poder para manipular las elecciones; y por otro, la capacidad de organización y resistencia de la ciudadanía y de una fuerza opositora como Morena para hacerle frente a la andanada de compra de votos e irregularidades electorales.

 

Esto demuestra que es posible ganarle al poder corrupto si enfrenta a una sociedad informada y organizada. Hay esperanza de lograr un cambio de régimen, de lograr un cambio verdadero.

 

@martibatres