El secretario de Seguridad Pública del DF, Hiram Almeida Estrada, aseguró que los cárteles del crimen organizado no operan en la capital del país. La declaración fue la respuesta oficial a Isabel Miranda de Wallace, quien denuncióque Los Zetas están extorsionando a comerciantes y empresarios.
Sin embargo, no sabemos quién dice la verdad.
La presidenta de Alto al Secuestro fue enfática al señalar que en la ciudad "sí hay delincuencia organizada, sí hay extorsión, sí hay derecho de piso y sí hay secuestros".
Dijo conocer en forma directa seis casos.
Si bien es cierto que la cifra no parece relevante para algunos, sí lo es si se confirma el modus operandi, que se trata de una tendencia y si se presentan o comprueban las denuncias ante las autoridades.
El asunto no puede minimizarse ni soslayarse.
Primero, porque no tiene que ver solo con estadísticas, sino con vidas humanas y respeto a los derechos humanos. Segundo, porquesería un tema de seguridad nacional.
Y tercero, porque la percepción de inseguridad crece.
Los argumentos hasta ahora no son claros. Una cosa es negar la presencia del crimen organizado y otra muy distinta que los cárteles no operen como lo hacen en otras ciudades del país.
Aquí sí hay crimen organizado.
También hay evidencias cotidianas de los delitos cometidos contra la población y de las confrontaciones entre diversas organizaciones criminales por mantenerse en el poder.
Los indicadores son preocupantes.
Más aún si se considera que un alto porcentaje de las víctimas no presentan denuncias porque no confían en las autoridades debido a la corrupción, impunidad e ineficacia de los ministerios públicos y cuerpos de seguridad.
Las encuestas confirman la gravedad de la situación.
La inseguridad sigue siendo uno de los dos problemas principales en términos de percepción ciudadana y crece en forma considerable el número de personas que han sido víctimas directas de los delincuentes.
Por eso se deben revisar los argumentos.
Tal vez no estén operando los cárteles de las drogas en la #CDMX, pero esta situación no puede llevar a que se niegue la presencia y actividad de criminales organizados. La autoridad comete varios errores de comunicación.
Para avanzar, deben corregir.
Es momento de evaluar y actualizar las estrategias, tácticas y narrativas, pues lo que está en riesgo es la confianza y la credibilidad que se requieren para mantener la gobernabilidad.
También se arriesgan las aspiraciones del Jefe de Gobierno.
El debate en que se ha metido —inevitable, necesario y obligado— lo está perdiendo frente a la contundencia de la realidad. En las #RedesSociales se muestra, por ejemplo, los altos niveles de crítica, cuestionamiento y rechazo que tiene.
La batalla política se intensifica y sube de tono.
Las medidas correctivas tomadas en el marco del tercer informe de Miguel Ángel Mancera están perdiendo fuerza y no logran aún recuperar las calificaciones de aprobación que necesita para lograr una candidatura presidencial competitiva y con posibilidades de ganar.
El gobierno de la ciudad tiene muchos frentes abiertos.
Desde la perspectiva de la #ConsultoríaPolítica se deben corregir la acciones mediáticas y el diseño de mensajes, pero también privilegiar la generación de resultados, el liderazgo efectivo, la habilidad de comunicarse con eficacia y el cumplimiento de compromisos, que son la base de la gobernabilidad.
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