El tema de las candidaturas independientes se mantiene en el centro de la agenda política. Era de esperarse, sobre todo después de la sorpresa que nos dieron algunos candidatos en las pasadas elecciones.
Al parecer, ya nadie los puede frenar.
Los intentos que se hicieron en varios estados para restringir sus posibilidades solo atizaron el fuego. La tendencia a competir contra el sistema de partidos resulta atractiva no sólo para algunos grupos de la sociedad, sino para ciertos intereses económicos de gran poder.
La batalla se intensifica.
Y crece el número de quienes pretenden mantener encendido el debate con acciones de comunicación que llamen la atención de los medios de comunicación y la sociedad. Entrevistas, mesas de análisis, foros y desplegados son ejemplos de un proceso irreversible.
Hoy se pide una "cancha pareja".
El objetivo es que haya una regulación nacional que sea más justa, quite bloqueos y unifique criterios. Por eso, decenas de artistas, empresarios, intelectuales, representantes de organizaciones sociales y políticos se pronunciaron en contra de las leyes que les pusieron nuevos candados.
La presión crece y va por buen camino.
La iniciativa de ley que presentó el diputado independiente Manuel Clouthier reactivó la discusión. A reserva de conocer si prospera en los términos presentados, lo que ya logró es que líderes políticos de varios sectores fijen posición.
El #PAN mostró también su acuerdo.
Ricardo Anaya aseguró que su partido presentará otra iniciativa de reforma constitucional para homologar los criterios a nivel nacional. Se trata, dijo, de ampliar los derechos ciudadanos, de impulsar una mayor competencia electoral y de obligar a los partidos a rectificar con sentido de urgencia.
El desafío se pone interesante.
Primero, porque quizás en forma impensada el interés ciudadano sigue creciendo. Segundo, porque se está impidiendo un retroceso en la democracia con las leyes hasta ahora aprobadas en los estados. Y tercero, porque las campañas de los independientes ya comenzaron.
Lo curioso es que no las están haciendo ellos.
Las realizan quienes tienen temor o están preocupados por el efecto que podrían lograr en contra de sus intereses. Los primeros resultados se verán en los 13 estados que tendrán elecciones el próximo año, sobre todo si se mantiene activa la ofensiva jurídica y política.
Visto así, si el conflicto sigue crecen sus posibilidades.
En caso contrario, lo peor que podría suceder es que logren ocupar un lugar secundario en la distribución de espacios, tal y como ha sucedido en otros países democráticos en los que esta figura fue recibida con naturalidad y sin tantas trabas.
Lo que no lograrán los independientes es la cancha pareja.
El objetivo que no pueden perder está en alcanzar condiciones más equitativas con los candidatos y candidatas postulados por los partidos políticos.
La misión parece inalcanzable.
Y debería ser motivo de otras acciones en el futuro. Por lo anterior, los involucrados deben revisar sus estrategias para calcular mejor los costos y beneficios. Analicemos el caso desde la perspectiva de la #ConsultoríaPolítica.
Destacan dos frentes.
Para quienes están en contra de la normatividad nacional, lo que más les conviene es que el dilema jurídico se resuelva a la brevedad. Si el asunto sale de agenda, podrían ganar.
Pero eso al país no le conviene.
En el otro extremo, si los simpatizantes de las candidaturas independientes logran extender la confrontación hasta el próximo año, las noticias operarán en su favor, ya que el respaldo de la ciudadanía sería mayor.
Además, lo deben hacer por otras razones.
Está plenamente demostrado que el avance de las candidaturas independientes favorece la pluralidad, la competencia, la transparencia y, lo más importante, se trata de la defensa de los derechos humanos.
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