La violencia, la guerra y la muerte se han convertido en los tópicos más frecuentes de los titulares en los medios de comunicación de todo el mundo, y aunque todos los países lidiamos con estos conflictos, en mayor o menor medida, las atrocidades cometidas por algunas personas han dejado cicatrices en nuestra propia humanidad.
No obstante, las cosas serían peores si no fuera por héroes reales, con extraordinaria voluntad y vocación de servicio, que se adentran en los peligrosos campos de batalla o desastres naturales para atender a los heridos, abandonados, huérfanos y cualquier individuo que necesite ayuda. Sin ellos, la humanidad estaría profundamente herida y marcada más por nuestra indiferencia, que por nuestra compasión.
El 19 de agosto es el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, un reconocimiento a los voluntarios, a los caídos y a los que siguen en las líneas de frente, socorriendo en las crisis.
En un principio, la ayuda humanitaria se centralizaba en ayudar a víctimas de guerra, pero después de 1977 también se sumaron a los eventos de origen natural o tecnológico, por lo que su concepto se ha redefinido con los años y la naturaleza de las contingencias actuales. http://bit.ly/2bsHbR2
Se eligió esta fecha porque conmemora la pérdida de 22 personas en un atentado terrorista contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad, Iraq hace trece años.
Cada año se brinda homenaje a todos los trabajadores de asistencia humanitaria con un concepto diferente, se reconoce a miembros destacados y se refuerzan las campañas de apoyo para las comunidades o países que necesitan urgentemente servicios de salud, vivienda, refugio, alimentos y agua, así como ayuda para la recuperación ante futuras eventualidades catastróficas.
Para la Organización Mundial de la Salud, es apremiante coadyuvar a garantizar la seguridad de los colaboradores que prestan auxilio y cuidado a los enfermos y heridos, quienes en muchas ocasiones también se vuelven víctimas de actos violentos e incluso asesinatos. http://bit.ly/1nfJqFv
Según datos de la ONU, son 130 millones de personas las que necesitan ayuda en todo el mundo. En mayo de este año se realizó la primera Cumbre Humanitaria Mundial en Estambul, para hacer un llamado a los líderes mundiales de todos los sectores a asumir cinco responsabilidades: prevenir los conflictos y ponerles fin, respetar las normas de la guerra, no dejar nadie atrás, trabajar de manera diferente para poner fin a las necesidades e invertir más en humanidad. http://bit.ly/1tuaOqj
Las secuelas de una guerra no solamente afectan a los involucrados, también ha tenido un alto costo para las personas que se unieron a los programas de ayuda humanitaria, en la búsqueda de contribuir en la construcción de la paz.
En lo que va del año, la guerra en Sudán ha ocasionado la muerte de 57 trabajadores voluntarios, pero las cifras de años anteriores han provocado consternación, tan solo en el 2013 asesinaron a 457 y en el 2014 fueron 329. http://bit.ly/2bIwZII
Estamos en una crisis de violencia, no vista desde la Segunda Guerra Mundial, las tensiones entre países han estallado guerras motivadas por religión o territorio, en otros casos, una ciudadanía hastiada de los abusos ha desembocado en guerras civiles para derrocar a sus gobernantes.
Mientras, México vive un conflicto interno en la lucha contra el narcotráfico, cuyas pérdidas humanas superan a los muertos en Iraq y Afganistán. http://to.pbs.org/1SwbcMC
Este es el año de la Humanidad, la oportunidad de hacer cambios y sumarse, de una forma u otra parece que nos hemos distanciado o insensibilizado ante las guerras y sus víctimas, nos llenamos de tantas noticias acerca de acontecimientos violentos alrededor del mundo que dejamos de escuchar el llamado a ser más solidarios, más conscientes, pero sobre todo, más compasivos.
*Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: http://eepurl.com/Ufj3n
También te recomendamos:
Río 2016: Bem-vindo ao inferno