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Anticorrupción a medias: la claudicación del PAN

La versión restringida de la ley 3 de 3 queda en evidencia que legisladores no tienen ni la más mínima idea de lo que significa ser un verdadero representante.

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Escrito en OPINIÓN el

Atrás quedaron los miles de spots del dirigente nacional del PAN Ricardo Anaya señalando que darían la batalla frontal contra la corrupción y las palabras del coordinador del Grupo Parlamentario blanquiazul en el Senado, Fernando Herrera Ávila, cuando señaló que la lucha contra la corrupción debe ser frontal y sin simulación, en medio del debate legislativo en la Cámara alta por la Ley Anticorrupción presentada a iniciativa de la ciudadanía.

 

Días después, en forma paradójica, los mismos Senadores de Acción Nacional rehuyeron el combate frontal contra este cáncer que ha socavado la credibilidad de las Instituciones del Estado, y sucumbieron nuevamente a los acuerdos con el PRI al sumarse al dictamen presentado por el PRI y el Verde de una Ley 3 de 3 que no responde a las verdaderas exigencias de la sociedad.

 

No está demás subrayar que la iniciativa de la Ley 3 de 3, presentada por la sociedad civil, empresarios y organizaciones sociales, establece, como eje central la obligatoriedad para los servidores públicos de hacer públicas las declaraciones patrimonial, fiscal y de intereses en forma periódica, como una medida para combatir la enorme corrupción en el sector público.

 

El Dictamen de la Ley Anticorrupción cuenta con el respaldo de  varios de los integrantes del Pacto por México (PRI, PVEM y PAN) pese a que en los ajustes, que más que eso son limitaciones en el combate a la corrupción, propuestos por la Comisión Anticorrupción del Senado haya soslayado la exigencia ciudadana de establecer la obligatoriedad en la presentación de la declaración patrimonial, dejando en su lugar una facultad potestativa del servidor público para decidir si presentan o no sus declaraciones.

 

Con la versión restringida de la Ley 3 de 3, la versión descafeinada, avalada por los partidos de siempre, queda en evidencia que algunos legisladores no tienen ni la más mínima idea de lo que significa ser un verdadero representante popular, pues lejos de ser la voz de las y los mexicanos y de retomar e impulsar la iniciativa ciudadana, han preferido darle la espalda a México, obedeciendo únicamente a sus propios intereses.

 

Es una lástima que los Senadores del PAN hayan dimitido en su lucha en preservar la iniciativa ciudadana de Ley 3 de 3 y en su lugar se hayan sometido a los intereses de un sistema opaco en donde la corrupción se ha convertido en el mecanismo para el enriquecimiento personal de las redes dominantes.

 

Ganaron los intereses creados, el Pacto por México goza de cabal salud. La ciudadanía tiene la última palabra.

 

@RicardoMeb 

@OpinionLSR