Las Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano (FESP) celebran su aniversario número 26. Fueron creadas oficialmente el 1° de agosto del 2000, aunque las propias referencias de la Sedena han dado otros años y meses como los del inicio de las operaciones de este cuerpo de elite del ejército.
El contexto de su surgimiento es algo en lo que más o menos coinciden las fuentes militares que se han ocupado muy poco del tema. Los datos sobre este cuerpo son mínimos, se dan a cuenta gotas y de forma sesgada. Los altos mandos de la Sedena en turno han sido recelosos en cuanto al manejo de datos sobre las FESP.
Salvo por el periodo de la creación del otrora Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) el 12 de junio de 2003 -tiempo en el que la Sedena y otros sujetos obligados abrieron casi de golpe sus archivos para sorpresa de propios y extraños-, los momentos de transparencia y claridad informativa de la dependencia han sido contados.
Con los años y el ejercicio cotidiano de la transparencia a partir de una perspectiva de cautela y retraimiento, los mandos de la Sedena aprendieron a usar en su favor los huecos jurídicos y los giros de tecnicismo para negar información, clasificar archivos, ocultar datos y reservarse informes sensibles.
En este terreno caen, por ejemplo, las referencias al mítico Cuerpo de Fuerzas Especiales de la Sedena, a su surgimiento y a casi cualquier dato de estas tropas. La apertura de la Sedena ha sido lenta y selectiva al respecto y sólo se puede acceder a información de las FESP si el alto mando tiene a bien otorgarla a los medios de comunicación en una comida o en uno de sus aniversarios.
Esto acaba de ocurrir el pasado seis de agosto, unos días después del día oficial, cuando la Sedena ofreció un desayuno y un video supuestamente explicativo para conmemorar la fecha. Sin mayores datos que los del día de su creación, la Defensa Nacional subió a su página un video con conceptos apoyados con imágenes de algunas prácticas de las FESP.
La Sedena señala el 1°de agosto de 2000 como la fecha oficial de la creación de las FESP, sin embargo también ha manejado el contexto del Campeonato Mundial de Futbol de 1986 como el marco para darle vida a las primeras unidades, cuya misión era la de vigilar instalaciones estratégicas y estadios para prevenir actos de terrorismo.
Luego vino el alzamiento zapatista de enero de 1994 y con él el reforzamiento de la estrategia contrainsurgente, la creación de la Fuerza de Tarea Arcoíris, el surgimiento del grupo Cazadores (negado por la Sedena) que operó en Chiapas para eliminar a la cúpula del EZLN, y el inicio de operaciones del Grupo de Reacción Inmediata ubicado en San Juan Copalar, en la misma entidad, con el objetivo de atrapar y eliminar al Subcomandante Marcos.
Fue el zapatismo y la amenaza que este representó para el gobierno de Carlos Salinas lo que impulsó y aceleró la creación de las unidades de fuerzas especiales.
En octubre de 2007 el entonces General de Brigada DEM, Arturo Vallarta Tafolla, escribió en la Revista del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos sobre el origen de las FESP, destacando que sus antecedentes estaban en 1986.
El General explicaba en su artículo que “debido a las condiciones sociales delictivas en las que se encontraba nuestro país, en octubre de 1986, fue necesario adoptar medidas pertinentes para coadyuvar a la seguridad nacional por el Gobierno de México; una de estas medidas, fue la creación del “Grupo de Montañismo Anáhuac”.
“Después de un mes de exámenes a 156 militares voluntarios, se seleccionaron 64 elementos; la selección fue realizada por militares mexicanos y civiles extranjeros, especialistas en el estudio de la conducta humana, auxiliados por equipos electrónicos, aplicando criterios, cuya naturaleza alcanzara objetivos, con valores y comportamientos.
Una vez recibido su adiestramiento en cada una de sus especialidades, la unidad fue reunida con las tripulaciones de helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana, organizada y adiestrada en conjunto, indicaba el comandante en el texto.
El militar señalaba en el documento de la Revista del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos (que entonces no tenía versión digital), que al regreso del adiestramiento el grupo de Fuerzas Especiales estableció su base de operaciones, dando inicio a sus actividades a partir de julio de 1987.
En junio de 1990, añadía el militar, “el Gobierno Mexicano dio por terminado el proyecto con el que se originó la unidad; con fecha de 16 de agosto de 1990, se autorizó la plantilla orgánica, denominándose Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, con matriz en La Paz, B.C.S., y destacando en la ciudad de El Salto, Pueblo Nuevo, Durango”.
Meses más tarde, en noviembre de 1990, el G.A.F.E. fue cambiado a la Ciudad de México, Distrito Federal.
El General Vallarta Tafolla agregaba que “como consecuencia del levantamiento armado de 1994 en Chiapas, y dentro del programa de modernización del Ejército Mexicano establecido en 1995, se inicia y fomenta el desarrollo de las Fuerzas Especiales al crearse 10 Grupos los cuales fueron repartidos a las diferentes Regiones Militares y en 1996 se crean los dos últimos GAFE de Región Militar, con fundamento en el artículo 17 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos y artículo 29 fracciones Primera y Décimo Cuarta de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal”.
De acuerdo con lo escrito por el general, entre enero y abril de 1997 se crean 53 Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales adicionales, los cuales son repartidos en todas las Zonas Militares del país y se agrega una Fuerza de Intervención Rápida, es así como el 1/o. de mayo del mismo año, pasa su Revista de Entrada el Cuerpo de Fuerzas Especiales, unidad que organizó y estructuró una nueva plantilla orgánica, incrementándose los efectivos y segregándole la escuadrilla aérea.
Así, la estructura de las FESP para 1998 se integraba con “Grupos de Fuerzas Especiales para unidades especiales como son, el Cuerpo de Policía Militar y la Brigada de Fusileros Paracaidistas, así como también se crean 36 Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales, mejor conocidos como GANFES. Dependiendo administrativa y operativamente todas las nuevas unidades del Cuerpo de Fuerzas Especiales”.
Hoy, la estructura cuenta con 11 batallones (con una dotación de 500 a 600 elementos por batallón), 3 brigadas de FESP (cada brigada se integra con tres batallones), 1 una unidad de FESP para el Cuerpo de Policía Militar, 1 FESP del Alto Mando (bajo el mando exclusivo del titular de la Sedena y para operaciones de alto impacto), 1 Fuerza de Intervención Rápida (que opera en San Juan Copalar, Chiapas)y4 Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales (GANFES) en el sureste del país.
Tal es la estructura cambiante y de gran movilidad de las FESP, que son punta de lanza de una estrategia insuficiente hoy para seguir enfrentando al crimen organizado, sobre todo en Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa, Veracruz, Coahuila, Oaxaca, Nayarit, Colima, Chihuahua, Michoacán y el Estado de México.
Las cifras de la fractura delictiva en estas en estos estados hablan por sí solas.
Nada más.