La sociedad mundial vive actualmente un contexto de cambios. En el ámbito de la educación superior esos cambios se expresan por el crecimiento acelerado del conocimiento y la rápida obsolescencia tecnológica, por la globalización que avanza teniendo como punta de lanza a la competencia internacional, por nuevos esquemas de cooperación universitaria que construye redes y puentes regionales, por la demanda de una educación de mayor calidad, pertinente, inclusiva y socialmente responsable, entre otros signos.
En nuestro país habría que agregar un contexto de crisis caracterizado por la persistencia de la pobreza, la inequidad, la inseguridad, la incertidumbre económica, la incipiente democracia, la falta de ética y, ahora, la azarosa vecindad.
Ante ese orden de cosas, las naciones han venido pronunciando diversas declaraciones regionales y mundiales para orientar las políticas nacionales de educación superior.
Dentro de las vigentes podemos citar a la Conferencia Regional de Educación Superior de 2008, en Cartagena de Indias, que comprende a América Latina y el Caribe; la Declaración Mundial de la UNESCO 2009, en París; la Cumbre de Jefes de Estados Iberoamericanos, de Veracruz 2014 y la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, de Bruselas, por citar las más importantes.
A ellas se suma la declaración sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, emitida por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en septiembre de 2015.
Todas esas declaraciones, si bien configuran ámbitos territoriales distintos, son coincidentes en la mayor parte de sus elementos, por lo que es importante refrendarlas y orientarlas en el futuro hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La ANUIES, en su Conferencia Internacional 2016 propuso, justo, abrir una discusión triregional para identificar las estrategias de colaboración que tendrían que desarrollar las organizaciones de universidades e instituciones de educación superior de la Unión Europea, América del Norte, Latinoamérica y el Caribe para impulsar conjuntamente el logro de los ODS.
En ese tenor, representantes de organizaciones de educación superior de 22 países de esas regiones, discutieron con gran intensidad, en distintos momentos de la Conferencia, acerca del tema.
Algunas de las conclusiones más importantes de esas discusiones apuntan a la necesidad de constituir una gran Alianza de la Educación Superior por los ODS, que formule una declaración y un plan de acción sobre la visión del espacio Interamericano y europeo, caracterizado por un espacio común, la complementariedad, el trabajo en redes de cooperación y la participación creciente de actores locales.
Se tomó el acuerdo de que dicho planteamiento sea presentado, discutido y, en su caso, ratificado en la Conferencia ANUIES 2017 en Guadalajara, para promoverla ante organismos internacionales, tanto regionales como mundiales, a decir: CELAC, SEGIB, OEA, UE, UNESCO y ONU, y para que se constituya en el posicionamiento de las tres regiones unidas, ante la CRES 2018 y las Conferencias Mundiales de Educación Superior de 2019 y 2020.
Esa voluntad de colaboración en igualdad de condiciones, en un marco de respeto, tolerancia y solidaridad, de todas las organizaciones de educación superior de las tres regiones, así como las acciones propuestas, dan certidumbre al desarrollo de la educación superior, más allá de las coyunturas políticas provocadoras.
*Roberto Villers Aispuro | Director General Académico ANUIES