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“Ajuste” a la Ley Electoral

Colocar parches a las leyes con nombre y apellido no es la mejor ruta

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Escrito en OPINIÓN el

Estamos recién cerrando el capítulo de la elección de 2015 (aunque a nivel local algunas entidades siguen resolviendo medios de impugnación) y ya existen diversas manifestaciones principalmente de dirigentes partidistas por hacer un llamado a no iniciar de manera adelantada la carrera por la competencia de la Presidencia de la República.

 

Sin ir más lejos, en esta semana el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones refirió que promoverá diversos “ajustes” a la reciente Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales para “fortalecer la equidad de cara a la contienda electoral”.  A este pronunciamiento, tanto el coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Miguel Barbosa en el Senado de la República, como el Presidente  de dicho órgano Legislativo Roberto Gil Zuarth del Partido Accion Nacional (PAN), se sumaron a lo manifestado por el dirigente del PRI.

 

Estos pronunciamientos están claramente encaminados a Andrés Manuel López Obrador, líder del Partido Morena en razón del posicionamiento que el tabasqueño ha logrado principalmente con el uso de spots, aunque no es el único elemento que tiene preocupado a los políticos ya que hay que reconocerle al Sr. López Obrador su astucia por posicionarse de temas coyunturales que también lo meten de lleno al debate de las ideas y de la confrontación; ahí tenemos por ejemplo, su postura y propuesta frente al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

 

La fuerza de López Obrador no es sólo apariencia, así lo han demostrado diversas Encuestas que lo colocan a la cabeza de las preferencias electorales rumbo al 2018; AMLO ha entendido bien las lagunas de la legislación electoral con lo que aprovecha en salir todo el tiempo en los spots de su partido político para promocionarse y por ello, la reacción de destacados dirigentes de tres fuerzas políticas no se hizo esperar.  Sin embargo, la historia nos demuestra que las leyes que son hechas dirigidas a algún actor político en particular siempre salen mal.

 

Ahora bien, en nuestro país ya parece un deporte olímpico el meterle mano a la legislación electoral, elección tras elección, y que la operatividad de dichos cambios genera en muchas ocasiones muchas complicaciones para la autoridad electoral que las debe instrumentar, para los actores de una contienda electoral que las deben de obedecer y hasta para el Tribunal Electoral que, deberá resolver en caso de controversia o, lo que es más probable, establezca nuevamente ciertos criterios y parámetros ante los huecos que los legisladores pudieran dejar nuevamente en la Ley electoral.

 

Pero cualquiera que sea el camino que al final los señores legisladores determinen, López Obrador se les ha adelantado, y por mucho, a las tres fuerzas políticas tradicionales.  En esencia estas fuerzas políticas estarían buscando que los tiempos oficiales que se le otorgan en calidad de prerrogativas a los partidos políticos, sean aprovechados por dichos Institutos Políticos y no por quienes pudieran ser sus candidatos.

 

Si al final las dirigencias partidistas a través de sus legisladores deciden “ajustar” la normatividad electoral, seguramente surgirán nuevas formas de penetrar con la gente, y así posicionarse con la ciudadanía, ahí esta el caso de El Bronco y su innovadora forma de hacer política a través del uso de las Redes Sociales que, dicho sea de paso, logró posicionarlo frente al electorado. A esto vino la lamentable #LeyFayad que todos conocemos en que paró este intento de ir en contra de la libertad de expresión.

 

Con lo anterior quiero decir, que bien puede requerir la legislación electoral ajustes que hagan más equilibrado los procesos electorales para los que participan en ellos, pero estar colocando parches a las leyes con nombre y apellido no es la mejor ruta, ya que de abrir el debate para generar “ajustes” a la ley electoral traerá consigo seguramente muchas otras voces que pedirán y hasta exigirán a los legisladores que de paso arreglen, definan o reorienten determinadas normas.  Para poner sólo algunos ejemplos, aquí les dejo, por mencionar sólo algunos, temas que bien podrían ser analizados:

 

  • Revisar la forma en que son designados los consejeros electorales, incluido su presidente del Instituto Nacional Electoral.

 

  • Analizar la forma en que son designados los consejeros electorales de los Organismos Públicos Locales Electorales.

 

  • Considerar  la uniformidad en los tiempos de precampaña y campaña en procesos electorales concurrentes (federal y local).

 

  • Evaluar las reglas en torno a la propaganda electoral.

 

  • Verificar la coordinación entre las autoridades electorales (federal y local).

 

  • Analizar  la uniformidad del día en que se llevan a cabo los cómputos distritales en elecciones concurrentes (federal y local).

 

  • Hacer escrutinio de las normas locales que, en su caso, determinen el voto desde el exterior.

 

  • Valorar  los esquemas y controles a la fiscalización de los recursos que reciben partidos políticos, sus candidatos y los candidatos independientes.

 

  • Examinar el umbral mínimo de votación requerido para conservar, o mejor dicho, para seguir recibiendo prerrogativas del Estado.

 

Independientemente de lo que decidan los señores legisladores, habremos de estar atentos a las definiciones que sean tomadas que, en todo caso, más que dirigirse a personas “políticas”, deben estar encaminadas a eficientar nuestra democracia y en hacer de los procesos electorales verdaderas fiestas cívicas.

 

@fdodiaznaranjo