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Adiós Don Ricardo…

Gran defensor de los temas de seguridad social.

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Escrito en OPINIÓN el

Ricardo García Sáenz era un hombre bonachón, de enorme sonrisa, pero preocupado hasta su muerte ocurrida este fin de semana, por el destino de la seguridad social. Las últimas veces que lo encontré mantenía su firme propuesta de impulsar un gran frente en defensa de la seguridad social.

 

En la época que lo conocí era el mismísimo director del Seguro Social, era mi contraparte, allá a fines de los años ochenta cuando miles de trabajadores de dicha institución marchaban por las calles para liberarse de uno de los líderes más conspicuos que ha tenido el sindicato del Seguro Social: Antonio Punzo Gaona.

 

Fueron los tiempos en que la mayoría de los integrantes del Congreso, que fungía como máxima autoridad sindical, se oponían a los acuerdos de la cúpula en perjuicio de los trabajadores. Recuerdo que fueron muchos los días que se tomaron por cientos de representantes sindicales, las instalaciones sindicales de calzada de Tlalpan, al sur de la ciudad de México.

 

En aquellos años hicimos alianza en la asesoría jurídica con Jesús Campos Linas (ahora enfermo) y Oscar Alzaga, brillantes abogados laboralistas de aquella época y hasta la fecha.  Allí conocí a muchos jóvenes congresistas que años después se convirtieron en dirigentes sindicales, preocupados no sólo por la democracia sindical sino también por la seguridad social.

 

Fueron más de 800 los trabajadores despedidos en aquel periodo, por haber tenido la osadía de desafiar a su líder sindical.  Las marchas incesantes reclamando reinstalación se sobrepusieron al reclamo de aumento salarial.  La autoridad decidió apagar las protestas reinstalando a todos los disidentes.  Eran los tiempos de la insurgencia sindical y acompañar a los trabajadores hombro a hombro en esa lucha fue de grandes lecciones para mi formación de abogado laboral.

 

A pesar de que se buscaba fortalecer la seguridad social, la ola privatizadora la minó. Carlos Salinas de Gortari le dio el golpe mortal para abrir las puertas a la iniciativa privada y sustentar la seguridad social con aportaciones que hiciera cada trabajador minimizando las del Estado. 

 

Las marchas callejeras no impidieron que se reformara la Ley del Seguro Social en el año de 1995 y los grandes sectores financieros ligados al Banco Mundial lograron su objetivo al apoderarse de los fondos pensionarios.

 

A don Ricardo García Sáenz lo empecé a encontrar en las calles, en las grandes marchas, defendiendo la seguridad social. En reuniones en las que se había conformado ese frente en defensa de la seguridad social lo cual siempre había defendido y que era elemento de confluencia de personas de distintos orígenes pero con un mismo propósito. Ricardo y otros más acudíamos a la casa del abogado Emilio Krieger que de la misma forma se había separado de las instituciones oficiales para defender la seguridad social y la democracia desde abajo.

 

Me sorprendía que Ricardo habiendo sido un alto funcionario del IMSS, y con otros altos cargos, se hubiese convertido en un militante que aportará su sabiduría en los temas de seguridad social, se convirtiera en opositor al gobierno, se afiliara al PRD y fuera funcionario de gran rectitud en los gobiernos de los últimos años en el Distrito Federal.

 

En varias ocasiones me reuní en su despacho de la colonia Roma para discutir, para escuchar, para leer y conocer de sus estudios en materia de seguridad social. No me cansaba.

 

En los últimos años, Ricardo lamentaba la crisis que enfrenta la seguridad social, la saturación, la carencia de servicios, el maltrato a los pacientes y la penetración cada vez mayor de empresas privadas en el campo social.

 

Los directivos del IMSS, ISSSTE y Salud dicen que no se privatizan esas instituciones, pero los servicios subrogados van en aumento. Hasta junio de 2015, el IMSS ya contrató con terceros servicios médicos, 4 mil 162 millones; representando un 63% más de las subrogaciones del año pasado.

 

La contratación de servicios integrales de diagnósticos o procedimientos terapéuticos ha tenido un repunte. Los servicios más contratados son pago por prueba de laboratorio, banco de sangre, cirugía de mínima invasión, hemodiálisis interna, cirugía cardiovascular, trasplantes de órganos y tejidos y hemodinamia.

 

En servicios de diálisis y hemodiálisis de 2001 a 2015 han representado erogaciones en el IMSS por 27 mil 775 millones de pesos. Actualmente son 29 empresas las que participan en las licitaciones para obtener ese lucrativo negocio.

 

La empresa Baxter (con capital estadounidense) se ha beneficiado con el 36% de los contratos, Fresenius Medical Care (empresa alemana) con el 28% y Laboratorios Pisa (empresa mexicana) con el 11% (firma tapatía metida en un escándalo de corrupción en Guatemala).

 

Tan sólo la compra de medicamentos a empresas transnacionales ha representado un gasto de 51 mil millones de pesos, el más importante de la historia del sector público. Las empresas privadas andan como tiburones.

 

El IMSS sigue licitando servicio de guarderías a pesar de la tragedia del ABC; ahora son 75 las requeridas para atender 14 mil 748 niños con un gasto de 3 mil 400 millones de pesos.

 

La subrogación es un síntoma lento y silencioso de la privatización de la seguridad social que altos burócratas peñistas niegan de cualquier forma. Pero lo que se ve no se puede ocultar.

 

Con el Seguro Popular, la subrogación ha entrado como mantequilla al alegar el gobierno que si el IMSS no puede atender debidamente, entonces las empresas privadas deben intervenir. Sus contratos no son nada despreciables por las jugosas ganancias que obtienen.

 

La alta burocracia del IMSS justifica la subrogación porque dice, sale más barata hacerlo que con personal institucional. Hasta la CTM (central vocera, que más de trabajadores, parece de empresarios) ha dicho a través de su consejero técnico José Luis Carazo, que el IMSS no se privatiza “pero que requiere subrogar algunos servicios para mejorar la atención”.

 

Hay personajes que no tienen idea del compromiso que debe tener el gobierno para fortalecer un servicio esencial como es el de la seguridad social.  Es parte de nuestra memoria histórica nacional, la cual no debemos perder y es ahora cuando hay que defenderla. 

 

Con mi recuerdo por la partida de don Ricardo García Sáenz, hombre probo, que en estos tiempos privatizadores impulsados por gobiernos entreguistas nos hará mucha falta.

 

Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx     Twitter: @Manuel_FuentesM