“El Día del Presidente” concebido como el momento estelar de la gestión presidencial, donde se rendía cuentas al Congreso de la Unión sobre logros y promesas se ha transformado en gran cantidad de ocasiones buscando de proteger la imagen del presidente en turno.
En esta ocasión Enrique Peña Nieto, ante un contexto de profundo descredito por parte de la ciudadanía, según lo reflejado en diversas encuestas, cambia nuevamente el formato de su informe, esto con el objetivo de acercarse más a la ciudadanía, con un esquema aparentemente dinámico donde se privilegia la interlocución con los jóvenes.
Este ejercicio puede resultar trascendente para la vida democrática nacional en la medida en que los participantes no pertenezcan únicamente a sectores juveniles afines al Presidente, contando con preguntas críticas hacia la gestión presidencial. Atraer a los jóvenes no sólo busca mejorar la perjudicada imagen del Presidente, sino que tiene un objetivo de cara al 2018, pues será el sector que definirá el rumbo de las elecciones.
La ciudadanía está cansada de la simulación de los partidos políticos, la situación nacional no es alentadora y lo menos que necesitamos son mecanismos de apertura simulada para proteger a un funcionario público.
La forma también cuenta porque seguimos encontrando a un Poder Ejecutivo sin voluntad de rendir cuentas ante el Congreso; en donde desde el sexenio de Felipe Calderón, la pluralidad política no encuentra mecanismos efectivos para ejercer cuestionamientos al Presidente.
Lamentablemente pesa más el miedo a la crítica que el ejercicio democrático de la rendición de cuentas y mientras eso no cambie, la credibilidad de la gestión presidencial será cuestionada, no sólo por el Congreso sino por la propia ciudadanía.
Nuestra democracia necesita que todas las voces sean escuchadas en este proceso, sí hay acciones que se están realizando de manera eficiente, es preciso que las autoridades den certeza de las mismas, siendo la ciudadanía el actor que realice una contraloría social sobre los logros que se manifiestan. No se trata únicamente de aprobar o rechazar la gestión de Enrique Peña Nieto, es necesario construir un esquema de gobernanza a partir de la colaboración entre todos los actores.
El autor es: Rodrigo Ramírez @rodrigo_rq
Egresado de la carrera de Ciencia Política y Administración Pública de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su interés académico y profesional se centra en temas del Poder Legislativo, sistema electoral, competencia y desarrollo rural. Es Coordinador de investigadores en el área de Análisis Político y Legislativo de Borde Político A.C. rodrigo@bordepolitico.com
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