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En seguridad, gobierno extravía horizonte

En su extravío, Peña recorta dinero a programas de seguridad y lo otorga a presupuestos de defensa y marina.

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Escrito en OPINIÓN el

El presidente Enrique Peña Nieto cierra su sexenio pasmado por el triunfo de Donald Trump y su llegada al poder en los Estados Unidos, pero sobre todo fuera de control y con graves desaciertos en materia de seguridad.

 

Cancela programas, corta recursos y desaparece estructuras e iniciativas que si bien aparecían truncas o casi inactivas, permitían tener una base mínima de acción para llevar adelante programas de combate al crimen y prevención del delito.

 

Ahora, ni eso queda.

 

En su extravío, Peña recorta dinero a programas de seguridad y lo otorga a presupuestos de defensa y marina, en clara señal de un pragmatismo fincado más en compromisos y presiones desde ese ámbito, que desde la savia de una estrategia cuidadosa y construida en plazos y procesos a cumplir en forma transparente y fiscalizada por la sociedad y las instituciones.

 

Ni lo uno ni lo otro.

 

Sedena y Marina tendrán en 2017 los Presupuestos de Egresos de la Federación (PEF) que solicitaron en septiembre de este año.

 

La primera recibirá los de por sí recortados 69 mil 407 millones 968 mil 044 pesos para avanzar en la modernización de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) y para sacar adelante otros proyectos, como la compra de radares para el SIVA y la modernización de equipo táctico para el Cuerpo de Fuerzas Especiales.

 

La Marina ejercerá sus magros 26 mil 336 millones, 892 mil 543 pesos para con ellos mantener a tope su exitoso programa de inteligencia naval. A cambio sacrificará sus ambiciosos planes en el área de construcción de buques de diverso tipo y calado.

 

Se privilegiará la construcción de interceptoras Polaris y Acuario para apoyar las operaciones de intercepción en alta mar, que le han redituado, tan solo en este año, más de seis toneladas y media de cocaína asegurada a la secretaría que encabeza el almirante Vidal Soberón.

 

La cancelación más dolorosa para la Armada es la del proyecto de construcción de al menos dos fragatas holandesas Damen, Clase Sigma. La negociación para obtener las licencias de construcción de las Damen tomó cerca de tres años y dio como resultado la firma de acuerdos que se cumplirían dependiendo del panorama de la economía mundial y de las condiciones que hubiera para sacarlo adelante.

 

Ni lo uno ni lo otro.

 

Peña Nieto estrecha el círculo y quiere cerrarlo sin dejar en el aire un pendiente tan importante como el de la modernización de las fuerzas armadas, por una simple y sencilla razón: de aquí al final de su mandato, soldados y marinos serán la piedra angular del combate al crimen en cualquiera de sus formas.

 

La siguiente misión que engrosará el almanaque de los deberes militares y navales  será el combate al secuestro. Esta agenda ya estaba en la esfera de acción de los militares que encabezaba el general Guillermo Galván en el sexenio anterior.

 

Muy poco se avanzó en el tema, porque la descoordinación interinstitucional, la falta de recursos, la corrupción imperante y el monopolio en su combate defendido por la desaparecida Secretaría de Seguridad Pública federal de Genaro García Luna, cerraron caminos.

 

Hoy el tema le estalla en las manos –como muchos otros– al presidente Peña, carente de estrategia integral de combate al delito no solo por menospreciar o no entender la magnitud del problema, sino por ir desapareciendo instituciones, recursos y programas que pudieron haber funcionado de nuevo para sentar bases de operación o restructuración en el siguiente gobierno.

 

Ni lo uno ni lo otro.

 

Peña cierra su mandato constriñendo sobre sí mismo y sobre sus gobernados una presión que deriva en miedo y que será explotada como recurso electoral para aferrarse al poder que se le tambalea en las manos.

 

Marinos y soldados siguen adelante con las misiones encomendadas, pero sin una guía fundamental, sin rumbo verdadero, caminando para fortalecerse de cara a escenarios más complejos aunque con la esperanza de enfrentarlos con estrategias reales, sólidas, dinámicas y exitosas.

 

Hoy, las cifras del combate al delito en todo el país dejan mal parados a verdes y blancos, como se les quiera mirar.

 

Sin rumbo, cualquier camino es bueno tan solo por ser camino.

 

@JorgeMedellin95 

@OpinionLSR