Tras la filtración de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, analiza una orden ejecutiva para sacar a su país del TLCAN, y la reforma fiscal anunciada en ese país -que baja el 15% a empresas- el peso se deprecio y los mercados se pusieron nerviosos.
Más tarde, la Casa Blanca emitió un comunicado para negar que Donald Trump tenga pensado salir del TLCAN por lo pronto, y que habló con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, para discutir el tema.
"Es mi privilegio actualizar el TLCAN a través de la renegociación. Es un honor tratar con ambos (líderes) y creo que al final el resultado hará a los tres países mejores y más fuertes", sostuvo el mandatario de EU.
"(Trump) acordó no terminar el TLCAN en este momento y los líderes acordaron ir más paulatinamente, acorde con sus procedimientos internos para permitir la renegociación del Tratado para los tres países", señaló la Casa Blanca.
La analista política, Maricarmen Cortés señaló que se está ante la incertidumbre de la política fiscal de Donald Trump, ya que se habla que va a bajar la tasa de impuesto a las empresas al 15 por ciento.
Sin embargo, economistas consultados por La Silla Rota, coincidieron en que la propuesta de reforma fiscal de Trump para reducir los impuestos a las empresas no es algo de deba alarmar a México, pero sí hacer que se trabaje en la materia para prevenir afectaciones.
Los especialistas explicaron que este proyecto aún no se aprueba en el Congreso Legislativo del vecino país, por lo que podría quedar como el caso del Obamacare.
Además, resaltaron que no se incluyó un impuesto fronterizo, como lo planteó Trump desde inicios de su campaña presidencial.
Sin embargo, instaron a las autoridades mexicanas a cabildear con empresarios estadounidenses y gobernadores, para buscar que los intereses mutuos no sean afectados.
Raymundo Tenorio Aguilar, director académico de la Escuela de Negocios en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm) destacó que, en caso de aprobarse esta reforma fiscal, el gobierno de México deberá implementar una ‘política espejo’, en la que se reduzcan también impuestos para inversionistas extranjeros.
Agregó que la principal atracción para una empresa son los estímulos fiscales, por lo que esta reducción hasta de 35% al 15%, en pago de impuestos haría más viable que aplicar inversiones en Estados Unidos y México perdería competitividad.
“El impacto en México debe ser proactivo, y hasta no ver si el poder legislativo en Estados Unidos aprueba esta propuesta, tendríamos que hacer algo en contraparte, algo de carácter espejo. Se vale, una política espejo, es decir, una política de estímulos para retener la inversión extranjera”, señaló.
Tenorio Aguilar consideró que, con esta reforma, las grandes compañías, principalmente del ramo automotriz, no retirarían la producción en su totalidad de México, sino lo que se afectaría son las inversiones y proyectos a futuro.
“Ya fracasó con Obamacare, es un plan fiscal aún, falta aun que lo aprueben. Yo considero que pueden regresar (a Estados Unidos) empresas pequeñas, pero grandes corporativos, como de la rama automotriz, no van a regresar porque los costos de cancelación de proyectos o cierre de plantas son muy altos, lo que sí es que nuevas inversiones podrían no cristalizarse. No hay que alarmarse, pero esto no quiere decir que debemos estar cruzados de brazos”, dijo.
Propuesta simplista
Por su parte, Jorge Gordillo, director de Análisis Económico de CI Banco, calificó la propuesta del magnate neoyorquino como ‘simplista y sin detalles’, porque no se especifica más sobre estas medidas.
Coincidió con Raymundo Tenorio en que tal como la reforma de Salud, llamada Obamacare, puede que no sea aprobada por los legisladores.
Pero, en caso de aprobarse, el economista afirmó que la diferencia de impuestos no es en lo único que se fijan las empresas al momento de invertir, por lo que México aún puede ser atractivo.
“La va a mandar al congreso, pero no les fu tan bien en la Reforma de Salud, aún no está seguro de que la vayan a aprobar. Esta propuesta fue muy simplista, no tiene nada de detalle, no esta tan claro que lo vayan a lograr conseguir, pero de hacerlo, de alguna manera tendría un impacto negativo en la competitividad de algunas empresas mexicanas, o algunas transnacionales, pero creemos que no es lo más importante el diferencial de impuestos en lo que se fijan las empresas, sino también en planes de reducción de costos, entre otras”, expuso.
En cuanto a las medidas que debe tomar el gobierno mexicano, Jorge Gordillo resaltó la negociación de cámaras empresariales de México y Estados Unidos, con el fin de crear un frente que contraponga cualquier propuesta que repercuta en la relación.
Puntualizó que nuestro país no tiene la capacidad de igualar una reforma de este tipo, con reducción a los impuestos, debido que las finanzas públicas actuales y su nivel de deuda ya ha preocupado a inversionistas extranjeros.
“Lo que si es cierto es que el gobierno mexicano no tiene la capacidad de igualar una reforma como la que propone Trump. Las finanzas públicas de México están muy justas, el gobierno tiene un nivel de deuda que ya ha preocupado a los inversionistas extranjeros, y el gobierno no podrá bajar más impuestos. El problema real es el tema comercial. No está fácil, ya han comentado que quieren hacer cambios en el Tratado de Libre Comercio y debe seguir México cabildeando con cámaras empresariales, para generar un frente fuerte y serio a cualquier propuesta de negociación”, manifestó.
El director de Análisis Económico de CI Banco también dijo que no hay de que alarmarse si aún no se aprueba esta reforma y resaltó el que no se haya incluido el impuesto fronterizo, que sí afectaría en gran manera a la economía mexicana.
En semanas pasadas, el canciller Luis Videgaray Caso declaró que México debe estar abierto a plantear una reforma fiscal, como respuesta a los cambios que se aprueben en Estados Unidos, con el fin de que el país no se encuentre en desventaja ni se perjudiquen las inversiones extranjeras.
LOS PUNTOS MÁS IMPORTANTES
Personas
• Disminuye el rango máximo de impuesto sobre la renta de 39.6 por ciento a 35 por ciento.
• Reduce el número de tramos de impuestos de ingreso personal de siete a tres. Otras tasas serían 10 y 25 por ciento.
• Dobla la deducción estándar para las parejas casadas a 24 mil dólares.
• Mantiene deducciones por donaciones caritativas, pagos de intereses hipotecarios.
• Provee alivio tributario aún identificado para familias con gastos de cuidado de niños y dependientes.
• Disminuye las deducciones utilizadas por los estadounidenses más ricos, incluyendo los impuestos estatales y locales.
• Deroga el impuesto de sucesión.
• Deroga el impuesto mínimo alternativo.
• Deroga el impuesto de 3.8 por ciento sobre los ingresos de inversión de la Ley de Salud del presidente Barack Obama.
Negocios
• Reduce la tasa impositiva (ISR) marginal superior de 35 por ciento a 15 por ciento.
• Reduce la tasa para las pequeñas empresas que representan los ingresos personales de sus propietarios de 39.6 por ciento a 15 por ciento.