El pueblo venezolano vuelve a marchar el día de hoy, y una vez más es reprimido por grupos antimotines, quienes lanzaron bombas lacrimógenas a los protestantes en Caracas.
"Menos de 100 personas nos estábamos concentrando, nos lanzaron gases lacrimógenos, dispersando la manifestación que ni siquiera estaba trancando el tránsito. Esto no va a poder con nosotros. Vamos a reagruparnos y a seguir", dijo Hasler Iglesias, líder de la oposición.
Las peticiones al gobierno son claras: convocar a elecciones, destituir a los magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y la liberación de presos políticos.
Los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocaron esta segunda marcha, “Contragolpe”, como protesta por sus derechos y en respuesta a la represión del día de ayer que dejó tres muertos, decenas de heridos y más de quinientos detenidos.
“La lucha por la democracia no termina. No descansaremos hasta que en Venezuela se recupere el hilo constitucional”, afirmó el líder de la oposición, Henrique Capriles Radonski.
Por su parte, distintos dirigentes sindicales de Venezuela afirman que la asistencia de los empleados a la marcha en apoyo al gobierno venezolano fue exigida de forma escrita mediante una carta que pedía “la defensa de la patria, la revolución y el gobierno bolivariano del presidente obrero Nicolás Maduro”. Los jefes de distintos sindicatos se presentarán ante la Organización Internacional del Trabajo argumentando acoso laboral.
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