Las recurrentes visitas de hacker rusos a sitios donde van a haber elecciones en el mundo ya son parte de la coyuntura política de aquellos países que son afectados (o beneficiados) con las intervenciones.
Recientemente, una agencia de ciberseguridad japonesa reveló que hacker rusos intervinieron la página web de uno de los candidatos a la presidencia de Francia, Emmanuel Macron, quien anteriormente había ya denunciado que estos personajes míticos estaban propagando las famosas “fake news” (noticias falsas) en su contra para desacreditarlo durante su campaña.
De hecho Rusia tiene un gran interés en intervenir en las elecciones de Francia porque es uno de los países más importantes y con más influencia dentro de la Unión Europea, (aunque uno de los temas en la campaña de Le Pen es aplicar el “Frexit” la salida de Francia de la organización internacional), además de ser un importante miembro de la OTAN, y sede del mayor partido de extrema derecha de Europa, el Front National, cuya líder, Marine Le Pen, quien hace unos días renunció a su puesto de presidenta de su partido, se ha beneficiado de la financiación rusa.
En una de sus publicaciones, el diario The Guardian, afirmó que uno de los principales objetivos de las intervenciones rusas en las elecciones francesas es hacer que la ultraderechista, Marine Le Pen, llegue al Elíseo en mayo próximo donde se enfrentará a Macron, quien fuera ministro de Economía.
Incluso el mismo medio afirmó que Le Pen habría viajado a Moscú para encontrarse con Putin en marzo anterior, justo un mes antes de las elecciones, con la consigna de mostrarle su cercanía con los mismos ideales del presidente ruso, además del rechazo a la Unión Europea y su negación al Islam para generar enfrentamientos civiles.
A inicios de año, la campaña de Macron acusaba a Rusia de desacreditarlo mediante noticias falsas o Fake news, término que se puso de moda en la campaña de Trump, donde se ha especulado que también intervinieron hacker rusos para favorecer al candidato republicano
Esto, sólo un poco antes de que Julian Assange dijera a un medio ruso que “lanzaría petróleo al fuego en las elecciones francesas”, dando a entender que tomaría partido en los comicios.
Pero no es la primera vez que sucede, de hecho, en Estados Unidos hay una investigación en el Senado con la consigna de la intromisión de Rusia en las elecciones que le habrían dado la victoria a Donald Trump, en ese momento candidato por el partido republicano, partido predilecto del kremlin.
Entre los investigados están altos funcionarios del gobierno de Trump, como su yerno Jared Kushner quien se ha mencionado que mantuvo reuniones secretas con funcionarios rusos en uno de los edificios más importantes, propiedad de Donald Trump en Nueva York.
La situación aún no se esclarece y aunque no se tiene la certeza, incluso el gobierno de Barack Obama antes de dejar la presidencia, ordenó una investigación sobre presuntas intromisiones del gobierno de Vladimir Putin, presidente de Rusia, en las elecciones estadunidenses.
Rusia de hecho jugó un papel importante en las elecciones, pues las supuestas intervenciones en las noticias o “fake news” en contra de Hillary Clinton, la candidata que corrió por el partido demócrata, estuvieron al por mayor para desacreditar a la candidata.
La política estadounidense tiende a ser interpretada como impulsada por intereses geopolíticos más que por personalidades, y por lo tanto la mayoría de los rusos comunes asumen que poco cambiará, quien gane.
Sin embargo, las cálidas palabras sobre Putin de Trump, y el tono un poco más positivo de la cobertura televisiva relacionada con el magnate inmobiliario, han dejado su huella. Una encuesta durante el verano encontró que el 22% de los rusos tenían una opinión positiva de Trump, en comparación con sólo el 8% de Clinton.