Algunos medios de comunicación de China coinciden en que las medidas que pretende tomar el nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, mismas que retomó en su discurso inaugural, pueden provocar un deterioro sustancial en las relaciones comerciales entre EU y China.
Durante su campaña electoral Trump acusó a China de manipular su divisa, y prometió introducir aranceles del 45% sobre los productos chinos.
Según el analista, Reto Hess, jefe de investigación de renta variable global de Credit Suisse, las firmas chinas que producen electrónicos y productos del hogar serían las más afectadas ante un ambiente de negociaciones comerciales adverso, debido a su volumen de ventas dentro de la unión americana.
El tamaño de las relaciones comerciales entre estás naciones es tal, que las firmas chinas de productos electrónicos y las de artículos del hogar tienen cerca del 70% de sus ventas en EU, y un gran número de empresas norteamericanas obtienen hasta el 90% de sus ventas en China.
Durante el 2012, durante una disputa territorial entre Japón y China por las islas Senkaku (Diaoyu), los consumidores chinos boicotearon a las firmas del país del sol naciente. Algunos analistas esperan que estás acciones se repitan contra marcas norteamericanas.
Dado el gran tamaño del mercado chino, país con más de 1,300 millones de habitantes, productores de otros países se verían beneficiados ante las medidas pretendidas por Trump, “los consumidores chinos podrían decidirse a comprar un auto alemán sobre un estadounidenses, o comprar una camiseta Adidas en lugar de una Nike”, opinó Hess.
Según Morgan Stanley, entidad financiera con sede en Nueva York, mientras sólo 2% de las empresas chinas generan la mayoría de sus ingresos en EU, más del 10% de las compañías estadounidenses inscritas en el índice MSCI (Morgan Stanley Capital International) tienen alrededor del 10% de sus ventas en China.
Con información de El Financiero.
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