CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota) .- La presidencia de Edgar Elías Azar frente al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México fue de claroscuros y vaivénes, por lo que no hay muchas cosas positivas que resaltar, coincidieron el director del Observatorio Ciudadano, Francisco Rivas y el investigador jurídico de la UNAM, Eduardo López Betancourt.
Consideraron que de los temas que dejaron que desear en su mandato fue la implementación del nuevo sistema penal, la falta de transparencia y nulo combate a la corrupción dentro del Tribunal, así como su largo periodo gracias a las dos reelecciones que ganó.
Ambos especialistas advierten que para mejorar la impartición de justicia en la Ciudad de México debe haber un cambio de fondo y no sólo de forma que se impulse desde la actual presidencia del TSJCDMX, encabezada por el magistrado Álvaro Pérez.
Nuevo Sistema de Justicia Penal
Rivas y Betancourt señalaron que Elías Azar, al irse de embajador de manera intempestiva a Países Bajos, dejó incompleta la implementación del nuevo sistema de justicia penal, además de que fue cuestionable el gasto excesivo de la construcción de los juzgados y toda la infraestructura de la llamada la “Ciudad Judicial”, que está en la colonia Doctores.
También coincidieron en que hay una percepción generalizada de fracaso del nuevo sistema de justicia penal y que las recientes declaraciones del jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, abonan a ello. Además externaron su preocupación por la falta de capacitación de los juzgadores orales.
“Los dichos del mismo jefe de gobierno, muestran que evidentemente existe la percepción de muchas personas de que el nuevo sistema lo que está haciendo es privilegiando a los intereses de los inculpados, y no está favoreciendo a los sistemas de acceso a la justicia para las víctimas, lo que en realidad apunta es un problema de capacitación no solo de los ministerios públicos sino de todos los operadores del sistema”, indicó Francisco Rivas.
En ese sentido, agregó, que hay un pendiente “importante” que no fue totalmente absuelto y que deja un grave problema a los capitalinos.
“Para mi las declaraciones del jefe de gobierno, que no son las únicas, afectan mucho la percepción y la posibilidad de que se mejore el sistema de justicia penal. Si todos lo estamos vapuleando. Pues parece ser que lo que estamos haciendo es casi querer regresar a un sistema que carecía de transparencia y que lo que hacía era fortalecer los cotos de poder de algunos cuantos”.
En tanto, el académico de la facultad de Derecho de la UNAM destacó que durante la presidencia de Elías Azar se establecieron parámetros que dejaron una gran duda en cuanto a los juicios orales tanto en materia penal, familiar y civil.
“Debemos señalar, sin pretender descalificar a los juicios, que estos no fueron debidamente entendidos. Hubo improvisación de juzgadores y esto fue lo más grave. Que no se dio en la presidencia del (ex) magistrado Elías Azar, una preparación adecuada de esos cuadros tan fundamentales como son los juzgadores”, dijo López Betancourt.
Añadió que “improvisar a un juez fue el peor error” y así fue lo que sucedió, pues, detalló que después de dos meses de cursos se les otorgó el nombramiento de juez oral y aquello “se convirtió en un ridículo que al final de cuentas el que pagó lo platos rotos fue el ciudadano que nunca encontró justicia”.
El investigador externó que durante la implementación de los juzgados hubo poca transparencia y que ese gasto se tiene que revisar, así como todo el el sistema de justicia penal se tiene que reconsiderar.
“Todo fue una farsa. Siento que esto deja mucho que desear, y por supuesto que en la cuestión patrimonial y en los gastos se tendrá que hacerse un análisis muy sereno, y ver si realmente respondieron a la realidad porque de pronto se habló de cientos y millones de pesos para reestructurar los juzgados orales y pero en realidad están en lugares totalmente inadecuados.
Se habló de transparencia y es lo que menos ha habido en el tema de los juicios orales y el gasto por la Ciudad Judicial tiene que ser motivo de un cuidadoso y exigente análisis. Me parece que fue excesivo y que muchas veces no justificó presupuestos tan altos”.
Reelección dudosa
De manera paralela a la implementación de los juicios orales, Rivas consideró que en la presidencia de Elías Azar no se dio un combate puntual a la corrupción.
“Hemos escuchado muchas veces como jueces están en contubernio aparente con delincuentes y no se ha visto desde el Tribunal Superior de Justicia un ejercicio sólido, fuerte, dinámico por generar un sistema de combate a la corrupción”.
Al respecto, el director del Observatorio Ciudadano dijo que con la última reelección, Elías Azar dejó un mal sabor de boca a muchos operadores del sistema de justicia y “el hoy nombramiento como embajador fuera de México deja esta idea de que no se iba ir democráticamente por su propio pie. Tuvo que dársele un premio para que se fuera de la presidencia del Tribunal. Lo que no es una buena señal si estamos hablando del tema de combate a la corrupción”.
Destacó que a pesar de que el Tribunal ha tenido mejoras y es el segundo más grande de América Latina, todavía tiene “grandes pendientes”. Aunado a que no tiene elementos para resaltar logros de la presidencia de Elías Azar.
“No puedo ligar un elemento clave del tribunal a él en particular. No dudo que los haya, pero personalmente no puedo decir que haya sido clave en algo. Obviamente el tribunal ha tenido sus mejoras a lo largo de los años en algunas cosas, sin embargo que para ser el segundo tribunal más grande de América Latina todavía tiene unos pendientes muy importantes y el hecho de que quien estuvo a la cabeza fue señalado por cuestiones de corrupción no parece una buena señal para todos los magistrados”..
En ese sentido, López Betancourt agregó que el mandato del ex presidente del Tribunal tuvo vaivenes, una serie de encrucijadas, planteamientos bastante preocupantes. “Primero una estancia prolongada que mantuvo el magistrado. Bastante sorprendente, sin precedente, no ha habido un caso igual y esto al final de cuentas originó la creación de un poder monolítico que va contrario a la buena administración de la justicia”.
Retos para la nueva presidencia del Tribunal
Rivas dijo que lo primero que debe de hacer el actual presidente del TSJCDMX, Álvaro Pérez es generar una estrategia que no sólo sea de comunicación, sino que sea de sustancia para explicarle a los mexicanos porque el nuevo sistema de justicia penal es un gran avance para todos y una oportunidad para fortalecer el estado de derecho.
Betancourt dijo que el nuevo presidente tiene que dar un viraje de 180 grados, tiene que haber una nueva actitud de los juzgadores y una conducta ajena a las dudas.
“El desprestigio del poder judicial en la Ciudad de México es impactante, nadie cree en él.
Está recibiendo un cadáver, un organismo muy desprestigiado. El reto más importante que tiene el actual presidente es una nueva dimensión al poder judicial enfocada en la honestidad. Eso va a ser el gran reto, capacitar y mejorar el nivel de los juzgadores”, consideró.
jamp