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Carlos 'Mazoku', el joven aventurero víctima en accidente de Reforma (fotos)

Familiares exigen cárcel para el conductor Carlos Salomón Villuendas, quien manejó en estado de ebriedad y a más de 150 kilómetros por hora

Escrito en METRÓPOLI el

CUIDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- El espíritu aventurero de Carlos Martínez Zorrilla Kuthy se apagó la madrugada del 31 de marzo:la imprudencia, el alcohol y la velocidad fueron sus verdugos. Su cuerpo y el de tres amigos más quedaron en el pavimento en Paseo de la Reforma.

 

El automóvil BMW donde viajaron ‘de raite’, con una persona que acababan de conocer, quedó hecho pedazos. Así lo atestiguaron miles de personas en las fotografías y videos publicados por medios de comunicación y en redes sociales.

 

Ahora exigen justicia para las víctimas y cárcel para el conductor José Salomón Villuendas, quien después de manejar en estado de ebriedad y a más de 150 kilómetros por hora, resultó sólo con algunos rasguños.

 

Carlos es una de las cuatro víctimas de este accidente de tránsito que conmocionó a la ciudadanía; era un joven originario de Cuernavaca con espíritu de aventura. Le gustaba disfrutar de actividades al aire libre, salir y explorar la naturaleza. En las fotografías se puede dar cuenta de sus viajes al campo y a la playa.

 

En su perfil de Facebook, que ya aparece como un memorial para que sus seres queridos recuerden y conmemoren su vida, se ve a Carlos con su pareja, sonriente, y de fondo la zona arqueológica de El Tajín, Veracruz.

En otra fotografía, el joven esta bajó el agua, con equipo de buceo, sosteniendo con sus manos un animal acuático, parecido a un arácnido. Sin miedo, sin temor.

“Con una araña marina, en Mahuahual, Quintana Roo”, describió.

 

Carlos también visitó la Huasteca Potosina. Como el joven de aventuras, en esa ocasión saltó desde una gran roca hacia el agua, con los brazos extendidos y detrás, una extensa cascada.

En otras imágenes, aparece acampando con sus amigos y su pareja, en un lugar con gran vegetación, tiendas de campaña y fogatas para calentarse del frío.

 

'Carlos Mazoku', como se apodaba en redes sociales, disfrutaba su vida. Le gustaban las artes marciales brasileñas, llamada Capoeira; un deporte que practicaba cada que podía en sus ratos libres y cuando descansaba de su trabajo en Johnson Controls, una empresa proveedora de equipo electrónico y de sistemas de seguridad.

Tenía gustos muy peculiares para la música. Escuchaba el género deth metal con bandas como Cannibal Corpse, Two Wayz, Nile y Opeth.|1

 

En cuanto a películas, los géneros eran muy variados. Entre sus favoritas estaba Madagascar, Monsters Inc., La Era del Hielo, Gladiador, Harry Potter, El Transportador, Indiana Jones, El Laberinto del Fauno, entre otros.

 

Su repentina muerte fue una tragedia para sus familiares y amigos, quienes constantemente celebraban y elogiaban sus viajes y aventuras.

 

Alice, una de sus tías, publicó en Facebook: “Hoy es uno de los días más tristes de mi vida. Mi amoro Carlos ya no está más aquí. Malvado accidente! y porque iba el en ese coche??? Amoro te extraño demasiado, aun no lo puedo creer”.

 

Uno de sus amigos, Pablo subió a esta red social dos fotografías. Una de las primeras clases de Capoeira con él y otra, de su última clase juntos.

“Amigo Volt: Una de tus primeras y últimas clases de capoeira. Donde sea que estés te queremos mucho. QEPD”, escribió.

 

Alberto, publicó una imagen de cuatro amigos, entre ellos Carlos, con la leyenda: “Los momentos pasan, pero las experiencias son eternas”.

 

La vida de las cuatro víctimas del accidente se esfumó en cuestión de segundos. La imprudencia y la irresponsabilidad de una persona, les costó que esa noche del 31 de marzo, ya no regresaran a sus casas, con sus familias.

 

 

 

 

 

 

 

 

jamp