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Administrativas y alumnas, las más acosadas en la UNAM

Un estudio demostró que las distintas expresiones del hostigamiento van desde la sutil hasta la descarada y brutal

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Escrito en METRÓPOLI el

En Ciudad Universitaria de la Máxima Casa de Estudios, las mujeres del sector administrativo y las estudiantes son la población que más ha sufrido acoso sexual o algún tipo de hostigamiento, revela un estudio de la UNAM.

En el informe “Intrusas en la Universidad” realizado por especialistas del Programa Universitario de Estudios de Género se detectaron 12 tipos de situaciones con diferentes grados de gravedad. 

“Desde la presencia de carteles, calendarios, pantallas de computadoras u otras imágenes de naturaleza sexual que le incomoden hasta el uso de la fuerza física para obligar a alguien a tener relaciones sexuales, pasando por conductas y actitudes tales como bromas, comentarios o preguntas incómodas sobre su vida sexual o amorosa y amenazas si no acepta las invitaciones o propuestas sexuales”.

El estudio indica que los diferentes grados no son equiparables, pero el reporte de algún suceso relacionado permite detectar, entre otras cosas, los sentimientos de desagrado e incomodidad que cierto tipo de ambientes y actitudes generan en integrantes de la comunidad universitaria. 

Las mujeres que reportan una mayor cantidad de actos de hostigamiento son las del sector administrativo con el 59.3 por ciento, seguidas por las estudiantes, 49.3 por ciento. 

En la población académica se declaró una proporción menor de hostigamiento sexual, el 39.8 por ciento, “aunque no por eso deje de ser importante”. 

Esto indica que las diferencias entre las poblaciones revelan, a su vez, las diferencias de las relaciones jerárquicas y de poder que se establecen dentro de cada uno de estos colectivos.

“Llama la atención que, en los diferentes nombramientos académicos, el hostigamiento se presente también de manera diferenciada, y que quienes más lo reporten sean las profesoras de asignatura, 45.8 por ciento.”

En la encuesta realizada en Ciudad Universitaria para este estudio se encontró que las distintas expresiones del hostigamiento van desde la sutil hasta la descarada y brutal de quienes no pueden asumir ni aceptar una relación de iguales entre los sexos, aunque esta última se presente de manera excepcional. 

El informe detalla que la frecuencia de los actos de hostigamiento es muy significativa y no solo las mujeres los padecen, aunque la proporción de mujeres que los reportan siempre es mayor que la de los hombres.

Otro dato importante que destacar como parte de los hallazgos de esta investigación es la identificación del sexo de la figura hostigadora: aunque también las mujeres participan como agresoras, en todos los sectores hay más hombres que hostigan tanto a la población varonil como a la femenil.

“En el conjunto de los resultados podemos apreciar que la figura masculina casi siempre supera 80% de los reportes de hostigamiento por parte de las mujeres y llega a 90.7% en el personal académico”.

Quienes padecen incidentes de este tipo reaccionan de diferentes maneras. En el estudio se detectaron a quienes no los reportan a las autoridades por no comprender muy bien si es algo tolerado, que debe “aguantarse”, o simplemente “no le dan importancia” debido a que la frecuencia de este tipo de comportamientos y la indiferencia y permisividad social que históricamente han predominado frente a ellos, obliga a quienes son blanco de éstos a desarrollar una forma de anestesia para protegerse del malestar que tales experiencias generan y procurar así el menor desgaste posible. 

Esto habla de la necesidad de fomentar una cultura de la denuncia, que ponga al descubierto una gama de comportamientos que no tienen por qué ser tolerados por nadie, reitera el informe. 

“Por otro lado, están quienes consideran inadmisibles estas conductas y deciden reportarlas a las autoridades. Sin embargo, se enfrentan a una especie de vacío institucional, recorriendo un largo y sinuoso camino del cual retornan con las manos vacías y la ratificación de impunidad con la que pueden proceder quienes hostigan”.

La encuesta del estudio revela que la respuesta mayoritaria a la pregunta por las acciones tomadas es “nada”. Son las alumnas, el 71.7 por ciento, las que en mayor medida proceden de esta manera, y es a ellas no las protege investidura alguna, como a las académicas, ni cuentan con el recurso de apelar a la amenaza de hacer intervenir al sindicato, como sucede con las administrativas.

También destaca la proporción de académicas, el 11 por ciento y administrativas, 15.7 por ciento que respondieron no haber hecho nada por temor a que se les considerara personas conflictivas. 

“Éste es un ejemplo de la huella que ha dejado una cultura del silencio impuesta como norma en esta materia, y del descrédito con el que se castiga a quienes se atreven a romper las reglas del juego”.