Estado de México (La Silla Rota).- El candidato de la Coalición PRI, PVEM, Nueva Alianza y PES a la gubernatura mexiquense, Alfredo del Mazo, ha ofrecido que de llegar a ser gobernador, dará a mujeres necesitadas un “salario rosa” que consta de mil 200 pesos cada 2 meses.
Para ello, tanto en sus eventos como fuera de ellos, las estructuras priistas reparten a mujeres de los 125 municipios, miles de tarjetas de cartón rosa plastificado.
La Silla Rota ha detectado que el reparto se hace no solamente en zonas populares, también en residenciales, aunque las supuestas candidatas a ese beneficio no sean necesariamente, de escasos recursos.
A cambio de la entrega de la tarjeta rosa, se piden copias de la credencial de elector de las supuestas futuras beneficiarias, y se les pide votar por Del Mazo “para que se active el beneficio”.
Los promotores de esa tarjeta ofrecen en un folleto -que es repartido junto con el cartón- beneficios a grupos vulnerables, tales como canastas alimenticias, becas, diversos apoyos económicos, impulso a proyectos productivos, lentes, zapatos escolares, y hasta laptops, además del sueldo a las amas de casa.
Al final del volante, está la leyenda: “Con tu voto podremos materializar estas propuestas para los mexiquenses”.
El cartón entregado no cuenta con código de barras, ni folio.
Ese mismo esquema llevó a cabo el actual gobernador, Eruviel Ávila cuando era candidato, él repartió a diestra y siniestra su tarjeta La Efectiva, a cambio de la credencial de elector.
Esa tarjeta permitiría al poseedor acceder a 2 de los 12 programas sociales que ofrecía Ávila, y recibir apoyos durante los 6 años de gestión en los programas de Adultos Mayores, Mujeres Comprometidas, Seguridad Alimentaria, Compromisos por la Educación, para obtener compensaciones económicas, entre otros.
A ese programa se afiliaron 1 millón 500 mil personas que dieron copia de su credencial de elector durante el periodo de campañas.
Sin embargo, La Efectiva se activó hasta julio de 2012, 10 meses después de que Ávila rindió protesta como gobernador, debido a que se tuvo que depurar el padrón de registros de beneficiarios.
Entonces el gobierno argumentó que había familias enteras con tarjetas, o que gente del padrón ya contaba con algún programa social, lo cual no fue importante durante la campaña electoral.
Durante el periodo de depuración del padrón de La Efectiva, los funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social se percataron de que 63 por ciento de los registrados ya tenían un programa social, por lo que solo 37 por ciento del padrón original pudo acceder a los programas sociales.
Sin embargo, durante toda la administración de Ávila se han seguido entregando esas tarjetas en las que los beneficios económicos, por ejemplo, las becas a escoltas escolares, se dan sin comprobar el destino final que le den los beneficiarios al recurso.
El retraso inicial en la activación de la tarjeta de Ávila, también se debió a que no había planeación presupuestal para cumplir lo ofrecido.
De manera similar, durante los primeros actos de la actual campaña, cuando Del Mazo accedía a preguntas de la prensa, fue cuestionado respecto al origen de los recursos para dar el Salario Rosa, pero el candidato no supo precisar de dónde llegaría el dinero.
“La Efectiva” fue objeto de denuncias penales por parte del PAN y PRD por su probable uso electoral en los años 2012, 2014 y 2015, pero ninguna denuncia prosperó.
Además, el uso de la tarjeta fue vinculado a casos de corrupción por posible financiamiento ilícito de empresas como OHL, constructora del Viaducto Bicentenario.
En enero, la presidenta honorifica del DIF estatal e hija del mandatario, Isis Ávila, informó que este año se entregarían 25 mil tarjetas más.
El martes pasado, el representante de Morena ante el Instituto Nacional Electoral (INE) Horacio Duarte, denunció al PRI argumentando compra y coacción del voto a través del reparto de la tarjeta rosa, mediante la cual se influye de manera inequitativa en la intención del voto, asegura Morena.
Además acusan que esa estrategia de campaña es una simulación y engaño, pues lo ofrecido no tiene soporte presupuestal.